El obispo invita a la esperanza en su homilía de la fiesta de la Virgen de la Calle

«'¿Para quién soy yo?' Es la pregunta que trabajaremos la semana que viene en el Congreso de las Vocaciones en Madrid. No para el miedo, no para la muerte, sino para la Vida, la Libertad de los hijos y de las hijas de Dios, para Jesús, nuestro salvador, esposo, amigo, hermano. La espera del Salvador ha sido larga: dos ancianos, Simeón y Ana, habitados por el Espíritu Santo, aguardaban la manifestación del Mesías. Y antes de morir, el Espíritu Santo les había conducido al Templo, y les señaló al niño en brazos de María», ha dicho en referencia a la carta a los hebreos leída en la eucaristía de la patrona celebrada en la Catedral de Palencia a mediodía.

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Además, se ha encomendado a las claves del Papa Francisco para vivir este Año Jubilar «para presentarnos en medio del mundo como signos de esperanza como hombres y mujeres de paz, que transmiten vida y engendran nuevas vidas, que dan esperanza a los enfermos, y a los jóvenes, a los migrantes y a los enfermos, a los vulnerables y excluidos», ha señalado.

Ha vuelto a referirse al Papa Francisco para cerrar su homilía. «Nos insiste en vivir anclados en la esperanza, que es lo más cierto a pesar de todos. Mientras hay esperanza hay vida, y esa es la que los cristianos estamos invitados a ofrecer a todos a manos llenas, con el corazón agradecido a Jesús, el Señor, que nos la ha regalado muriendo y resucitando por nosotros», ha reiterado el obispo aferrándose a la esperanza que marca este Año Jubilar. «Que la Virgen de la Calle nos acompañe en todo este Año Jubilar con su maternal presencia», ha apuntado.