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Los niños de Palencia: «De mayor quiero ser bombero»
El Parque muestra sus equipos y sensibiliza a los palentinos en materia de prevención de riesgos en la jornada de puertas abiertas
Fue una frase que se repitió incontables veces, como si del eco se tratase. «De mayor quiero ser bombero». Ya fuera al ponerse un casco ... rojo, tras escuchar a un profesional narrar cómo se enfrentan a los incendios o después de haber sido capaz de apagar un fuego, controlado y limitado en una especie de parrilla, con un extintor. Todos querían este domingo, en la jornada de puertas abiertas del Parque de Bomberos de Palencia, parecerse a ellos, a sus héroes, a los que escuchaban en silencio, atentos y con la boca abierta.
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Las gélidas temperaturas y los copos de nieve no amedrentaron a las familias que hicieron cola para conocer las instalaciones palentinas. Capuchas, paraguas y paciencia para esperar el turno y entrar en el recinto. Con pegatinas en las solapas de los visitantes, los bomberos organizaban los turnos para que por grupos asistiesen a la explicación sobre cómo atajar los riesgos del fuego en casa. No dejar nada enchufado por la noche –como cargadores o patinetes–, por ejemplo, y tampoco colocar ropa demasiado cerca de las estufas. También hicieron referencia a cómo actuar ante el fuego en una sartén, donde insistieron en que nada de agua, sino un paño para apagarlo.
Los distintos trajes que utilizan los bomberos de Palencia también atrajeron a muchos pequeños, que descubrieron que existían distintos tipos para actuar ante las llamas, donde se añadía el verdugo, casco, botas y guantes; otros para los rescates en el río o el Canal de Castilla, un chubasquero normal y dos equipos diferentes para capturar abejas y avispas asiáticas. «Son muy agresivas y van a ir a atacar. Por eso tenemos cascos especiales, ya que aparte de picar, escupen», afirmaba un bombero, que aconsejaba «no acercarse a ellas, ni para jugar ni para tirarles piedras».
Una especie de 'ptotocall' con parte del equipo de los bomberos como casco, cazadora y la boca de una manguera causó sensación entre los niños, quienes aguardaban su turno para ser inmortalizados por sus padres o abuelos, móvil en mano. También fue foco de muchos flashes una de las dos lanchas que se expuso en la planta baja de la estación.
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También entusiasmaron a los visitantes los drones que utilizan los bomberos para conocer el alcance de los incendios o dónde están los focos de los mismos. Les enseñaron las cámaras, las pantallas y toda la alta tecnología que usan para conocer al máximo el alcance del fuego. Aunque lo que más les impresionó a los niños fue el simulacro de incendio en el patio del recinto, donde ellos mismos se convertían en bomberos por un segundo y apagaban, con ayuda de un profesional y un extintor, las llamas de la barbacoa.
Y expuestos en el exterior del Parque, siete camiones actuales y los dos más antiguos, 'La Abuela' y 'El Abuelo', que desfilan cada año en la Cabalgata de Reyes. Ese fue el colofón a una mañana única, subirse a los camiones nuevos de los bomberos, a los mismos vehículos que cualquier día ven pasar por las calles con las sirenas y a toda velocidad porque van a enfrentarse al fuego, rescatar a alguien o afrontar una emergencia. Y al bajar de las unidades móviles, la frase del día: «De mayor quiero ser bombero».
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