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El juicio que se sigue en la Audiencia contra J. F. P. J., para quien el Ministerio Público solicita una pena global de 24 años de cárcel por ocho delitos cometidos contra su mujer (uno continuado de violación con uso de violencia o intimidación ... especialmente degradante, tres de maltrato uno continuado contra la integridad moral, uno continuado de amenazas leves, uno de maltrato habitual y uno continuado de coacciones leves ) continuó este martes con la toma de declaración a testigos y peritos, entre ellos el popular doctor Cabrera, psiquiatra forense conocido por su presencia en programas de televisión como Cuarto Milenio o Espejo Público.
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Ricardo Sánchez Rico
José Cabrera Torneiro, académico de la Academia Médico Quirúrgica Española y que ha sido presidente de la Sociedad Española de Toxicología Clínica, director general de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid y experto de la Agencia Española del Medicamento y de la Agencia Europea de Evaluación de Medicamentos, compareció este martes en la Audiencia de Palencia a propuesta de la defensa del acusado y señaló durante su declaración que el caso que se juzga estos días (el juicio contra J. F. P. J. comenzó el lunes y concluirá este miércoles con las conclusiones finales de las partes) «es uno de los más truculentos que he visto».
«Tengo mucha 'mili'. He asistido a 7.000 juicios, mil de ellos de violencia de género, y llevo cuarenta años haciendo periciales, veinte de ellos como funcionario de la administración pública», señaló el doctor Cabrera, que ante la sala se ratificó en su informe elaborado en noviembre de 2020. Un informe en el que, basándose en el sistema de evaluación global de Arce y Fariña –«en psicología y psiquiatría nada es determinante, pero esta prueba está homologada internacionalmente», dijo–, concluye que, tras analizar toda la documentación facilitada por la defensa, «la credibilidad de la denunciante es muy baja».
«Cuando hay un delito, tiene que haber una coherencia entre lo que se dice y la documentación al respecto. Se habla de palizas en 30 años que no se pueden probar, tiene que haber sintonía, armonía, y no la hay. No he encontrado documentos que avalen la historia clínica. La lesiones graves no se autocuran, como dice la denunciante, no es lo normal», señaló el doctor Cabrera.
La defensa preguntó al doctor Cabeza en relación a los hechos que recoge la Fiscalía en su escrito de acusación supuestamente ocurridos en la madrugada del 9 de enero de 2020, cuando el acusado «empezó a golpearle la cabeza a la mujer, le tiró de las orejas, le metió un calcetín en la boca para que no pudiese hablar y le introdujo los dedos en los ojos» , y también en relación a los que, según declaró la víctima, ocurrieron la noche anterior, la del 8 de enero de 2020, cuando J. F. P. J. golpeó a su mujer y la penetró anal y vaginalmente y después bucalmente «hasta el fondo» para que limpiara su pene «porque sangré». La defensa le preguntó si esos hechos pueden ser compatibles con una equimosis, y el doctor respondió que «una equimosis son puntos morados que pueden salir simplemente al apretar un brazo» y que «no hay armonía entre lo que se relata y la documentación sanitaria». «Si se aprietan los ojos hay alguna lesión, no tiene sentido que no quede», agregó el doctor Cabrera, que, en relación con las muestras de semen halladas en la vagina pero no en el ano ni en la boca, dijo que «los restos en la vagina puedan quedar varios días, en el ano menos y en la boca, apenas horas». «La analítica que le hicieron a la denunciante no llega a ninguna parte», agregó.
«Un heritema perianal puede no ser debido obligatoriamente a una violación anal. Si se introducen pepinos o morteros, arrojaría alguna lesión», continuó declarando el doctor Cabrera en relación a los hechos que recoge el Ministerio Público en su escrito de acusación y que relatan que el acusado obligaba a su mujer a realizar prácticas sexuales que suponían una humillación para ella, «introduciéndole de modo habitual, objetos por el ano, como pepinos, calabacines o el palo de un mortero».
«No es normal treinta años de brutalidad (la mujer, M. R. A., comenzó a salir con el acusado con 13 años y tiene ahora 51) sin ninguna denuncia, es muy difícil mantenerlo en el tiempo, en algún momento se rompe», aseguró el psiquiatra forense, que al ser preguntado tanto por la Fiscalía como por la acusación particular por su opinión en relación con la declaración de otros colegas forenses que aseguraron que sí es normal en treinta años no denunciar, dijo discrepar. «Es aceptable que pueda ser justo en ese momento, cuando se fugó de casa, cuando se rompió», señaló el doctor Cabrera, que fue preguntado también por las acusaciones por la validez del sistema Arce y Fariña, que dijeron que «es un protocolo para menores».
«También vale para adultos, no está personalizado. En el informe hago un análisis documental y hay asimetrías, contradicciones y poca credibilidad», precisó el doctor Cabrera, que reconoció no obstante que este método «no son matemáticas».
«Hay un amplio texto sobre la víctima y muy poco sobre el denunciado, pero no necesito una entrevista con él. Es cierto que lo ideal es haberme entrevistado con el acusado, pero no lo he hecho y nadie me lo ha impedido», respondió a la pregunta del magistrado ponente, Mauricio Bugidos.
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