El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 7 de Palencia ha dictado un auto en el que decreta el sobreseimiento y archivo de las actuaciones en relación con los jóvenes S. O. G. y D. M. D., los padres de la niña recién nacida ... cuyo cuerpo fue hallado el 9 de febrero de 2020 en una maleta en el río Carrión a su paso por Husillos. Ambos jóvenes, de 23 y 29 años, respectivamente, en el momento de los hechos, ingresaron en prisión dos días después, si bien fueron puestos en libertad el 6 de junio de 2020 tras recibir el juez que instruye el caso un informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, con sede en Madrid, que avalaba que, tras realizarse la autopsia en el cadáver del bebé, no había signos en él de entrada de aire en los pulmones, de lo que se podría deducir que ya nació muerto.
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Los hechos se remontan a las 22:00 horas del 9 de febrero de 2020, cuando la joven acudió al centro de salud de la Puebla y dijo que había sufrido un día antes un aborto. En concreto, que había expulsado «trozos» del feto, pero suscitó la alarma del personal médico puesto que los análisis no revelaban que hubiera dado a luz un día antes, y porque un feto no se expulsa como había descrito. Así que consultaron el historial de la paciente y vieron que constaba cómo días atrás, el 27 de enero, la joven había sido atendida en Urgencias y que allí se le había advertido de que se preveía un parto de riesgo, por lo que se le derivaba a otro centro sanitario especializado. La joven se negó a ser ingresada y mostró su férrea voluntad de irse, pese a los consejos de los médicos, que le obligaron a firmar un papel en el que se especificaba que recibía el alta de manera voluntaria, en contra del criterio facultativo. Se dio aviso a la titular del Juzgado de Instrucción Número 5, que se encontraba de guardia, pero no se pudo retener a la joven contra su voluntad, si bien se le advirtió de las consecuencias que podría acarrear su decisión, no solo para su salud y la de su bebé, también penales si había complicaciones.
El 9 de febrero de 2020, desde el centro de salud de La Puebla, después de que la joven no diera razón del paradero de su bebé y de que se cercioraran con pruebas de que el parto no se había producido hacía un día, sino muy posiblemente varios antes, se alertó de esta situación a la Policía Nacional, que acudió al centro de salud para tomar declaración a la joven, que en un primer momento les dijo que había dado a luz en la noche del 8 de febrero, aunque afirmó luego que había sido el 7 y que había perdido al bebé y lo había arrojado a un contenedor en el Polígono Industrial de Palencia.
Los agentes iniciaron la búsqueda del mismo, al tiempo que realizaron gestiones para que se paralizase la recogida de basuras en la zona. La Policía Nacional, junto con la Policía Local y los servicios de limpieza de la empresa Urbaser, inspeccionaron durante más de dos horas más de 40 contenedores, sin resultado alguno.
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Trasladada la joven a la Comisaría, manifestó en su declaración que ella, junto a su pareja, habían enterrado al bebé junto al Refugio, en el Monte el Viejo, por lo que se localizó al joven D. M. D. y se trasladó a ambos a dicho paraje, de nuevo siendo infructuosa la búsqueda. El joven manifestó que no había visto qué había dentro de la bolsa y que solo le había acompañado a su pareja hasta una rotonda, aunque finalmente, y al ser de nuevo interrogados ambos en la Comisaría, él se derrumbó y confesó que el parto se produjo el 28 de enero, que tuvo lugar en un local en el que tenían una peña, que el bebé nació muerto y que, tras el parto, arrojaron al bebé al río Carrión, en un paraje cercano a Husillos.
Agentes de la Policía Nacional se desplazaron con la pareja al lugar donde manifestaban haber depositado al bebé, encontrando a las 4:00 horas los bomberos de Palencia el cuerpo en el fondo del río, dentro de una maleta llena de piedras y de ladrillos, dentro de una bolsa de basura y a metro y medio de agua de la superficie, a un kilómetro de distancia del puente. Era una niña de más de 1,5 kilos, de al menos 27 semanas y con el cordón umbilical y restos de placenta en la bolsa.
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El informe preliminar del forense apuntaba a que el bebé nació vivo y que murió al parecer por hipotermia, con lo que se decretó el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de la pareja investigada por un posible delito de asesinato. Pero el 4 de junio se decretó su puesta en libertad después de que el magistrado que instruye el caso recibiera el informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.
Tras admitir la petición del fiscal, el pasado 8 de enero el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 7 de Palencia tomó declaración al forense que intervino en Palencia sobre la autopsia de la recién nacida, que respaldó el informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses a pesar de que en un primer momento pensó que el bebé había llegado a respirar.
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El juez se hallaba desde entonces a la espera de si el Ministerio Público pedía más diligencias o si acusaba por un presunto delito de aborto imprudente, pero el fiscal ha solicitado esta semana el sobreseimiento del procedimiento y el titular del Juzgado de Instrucción Número 7 ha decretado el sobreseimiento y archivo de las diligencias en relación con S. O. G. y D. M. D., defendidos respectivamente por los letrados Luciano Amor y Eduardo Bueno, «sin perjuicio de las acciones civiles que, en su caso, puedan corresponder a los perjudicados».
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