

Secciones
Servicios
Destacamos
«No vamos a ir al juzgado, pero sí queremos que la muerte de mi madre sirva por lo menos de denuncia pública, queremos que ... se sepa su caso para nadie sufra algo así, porque no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Es muy injusto, tenía mucha vida por delante aún. Mi madre estaría orgullosa de que su muerte sirviera al menos para salvar a otras personas». Roto por el dolor pero convencido de que ese sería su deseo, el palentino Adai Martínez Gil, de 23 años, al igual que su hermano Jonathan, quieren denunciar la negligente atención que, a su juicio, sufrió su madre, Leonor Gil García, de 54 años, quien falleció el pasado 11 de septiembre víctima de un cáncer de colon con metástasis tras seis meses a la espera de una cita médica presencial. «Hay más casos así y quiero que la gente haga fuerza para que no le ocurra esto a más personas», añade Adai, que no sabe qué hubiera sido de su madre de haberla visto antes un médico, pero que tiene muy claro que con la pandemia «nos estamos olvidando de cosas más graves que el coronavirus, como por ejemplo el cáncer».
El caso de Leonor Gil García se remonta al pasado mes de febrero, cuando le hicieron unos análisis de heces, orina y sangre y vieron que tenía el hierro bajo. «Le dieron una suplementación alimenticia que le provocaba un dolor abdominal muy fuerte al comer. Mi madre llamó al médico y le dijeron que sería por el hierro. Así siguió hasta que se decretó el estado de alarma en marzo y ella seguía con unos dolores terribles. Trabajaba cuidando a sacerdotes de los Agustinos y tenía que coger bajas. Hablando otra vez ya en mayo con el médico no pudo ser más legal, porque lo primero que le advirtió es de que había tenido unas décimas de fiebre, así que le hicieron una PCR y le recetaron unas pastillas para los gases, sin citarle para verle. Yo fui a recoger al centro de salud de Pintor Oliva el parte de baja de mi madre y a la farmacia a por las pastillas. Así estuvimos hasta agosto, que la ingresaron el día 25», recuerda Adai.
Otros casos similares
«Había llamado por teléfono ya diciendo que no podía más, que necesitaba que le viera un médico, porque era comer y morirse de dolor. Nadie pensaba en lo grave que era lo que tenía. Le vieron y le ingresaron con un cáncer de colon muy avanzado y con tratamiento paliativo, y a los 17 días, el 11 de septiembre, murió. El día de su funeral, el 12 se septiembre, era también su cumpleaños y el día de su aniversario», comenta Adai, que se queja amargamente del trato en Atención Primaria pero alaba la atención «espectacular» en el hospital Río Carrión, «sobre todo de los enfermeros».
«Siento orgullo por mi madre, porque luchó hasta el final, ella que fue siempre una mujer tan activa. No tengo rencor pero sí un sentimiento de injusticia, me duele mucho que se pueda dejar a una persona así», concluye el hijo de María Leonor Gil García, destrozado por su pérdida.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.