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Ignacia Heras, con sus globos de cumpleaños. El Norte

Palencia

Ignacia cumple 109 años entre ejercicios matemáticos

Nacida en Santervás de la Vega, lleva viviendo los últimos seis años en una residencia en Saldaña y, aunque ya ve poco, entrena la mente cada día con sumas, restas y multiplicaciones

Domingo, 21 de enero 2024, 00:27

Nació con la Primera Guerra Mundial, al poco de iniciarse, allá por 1915. Aunque a ella la contienda que le marcó fue la Guerra Civil Española, que reclutó a su marido al poco tiempo de casarse, el mismo año incluso de la boda. «La guerra ... empezó conmigo», señala, pensativa. Regresó tres años después y tuvieron dos hijas, hasta que enviudó. Con su segundo esposo, aumentó la familia con cuatro pequeños más. «Además, tengo ocho nietos y diez biznietos», afirma, con orgullo. Ignacia Heras, de Santervás de la Vega, soplará 109 velas el 1 de febrero, y lo hará porque aún tiene energía y fuerza para ello.

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«La verdad que ya son 109 años, esos no los puede contar mucha gente y estoy feliz porque todavía puedo hacerlo», afirma, quitando hierro a las velas de la tarta que marcarán una cifra tan alta. Ignacia vivió siempre en Santervás de la Vega, hasta que ya con 103 años comenzó a residir en el geriátrico El Castillo en Saldaña, cerquita de su casa. «Yo he trabajado siempre en la casa y en el campo y sacando adelante a toda la familia», argumenta, y es que cuando tenía quince años su madre, Aquilina, falleció «y yo me quedé cuidando a mis cinco hermanos, uno de ellos de tan solo tres años».

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Reconoce que la vista ya le está fallando. «Está mucho peor porque no puedo ni leer, ni hacer casi costura como lo que me ha gustado», pero, por contra, la cabeza le sigue funcionando a la perfección. Tanto es así, que se entretiene y se entrena «para seguir así de bien» con cálculo matemático. «Me gusta mucho hacer sumas, restas y multiplicaciones mentales», explica con toda la normalidad del mundo. Por contra, el parchís y ese tipo de juegos le suelen aburrir y ante la tele se detiene «para ver las noticias y poco más».

Con ayuda de un andador se mueve con total libertad, aunque ya a la calle salga menos. «Hay un pasillo muy grande en la residencia, ese lo recorro y así muevo las piernas», explica. También sigue yendo con mucha frecuencia a su pueblo, a Santervás, para comer en casa o estar un rato con sus hijos y nietos. Allí siempre se lleva el andador porque le encanta salir a «su patio» para pasear. «Allí lo paso divinamente», sentencia.

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El 1 de febrero se acerca e Ignacia ya sabe que irá a Santervás de la Vega, con su familia, a celebrarlo. «Comeremos en El Moral, que es el restaurante de mi nieto en el pueblo», señala. «Ahora ya como poco y hay algunas cosas que no puedo, pero supongo que sí que haya tarta», afirma, aunque reconoce no es muy golosa.

La fiesta también la va a tener en la residencia donde vive. «Aquí me encuentro muy bien, me tratan bien y la verdad es que estoy contenta», asegura. Y tanto la quieren allí, que hasta le han preparado un largo vídeo de felicitación con píldoras de toda su existencia. «Es que yo he pasado muchas cosas en la vida», concluye.

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