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rebeca adalia
Domingo, 3 de julio 2022, 00:30
Cuarenta años como alcalde dan para mucho. Y aún más, si el edil del pueblo se extralimita a sus funciones oficiales. Este es el caso de Eutiquio Manuel Meneses que ha pasado a la historia de Hornillos de Cerrato como el «alcalde polivalente». Una persona que estaba dispuesta a ayudar a sus vecinos en todo lo que estuviera en sus manos.
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Eutiquio no solo se dedicó a la tramitación de papeles o a calcular las facturas del Consistorio, sino que se convirtió en el fontanero, transportista, practicante, cartero y hasta músico del pueblo.
La entrega a sus vecinos fue tal que ejerció de sacristán, auxiliando al cura, en una época en la que los oficios de difuntos eran ceremonias muy largas. También el médico le enseñó a poner las inyecciones a aquellos vecinos que no podían desplazarse a Torquemada al consultorio. E incluso se convirtió en el 'manitas' de la localidad arreglando cualquier electrodoméstico que a sus vecinos les dejaba de funcionar.
No hay que olvidar que fue secretario de la Hermandad de Labradores y que quedó segundo en un concurso musical en Palencia.
El regidor, que nunca cobró por sus servicios, solamente percibió en especie alimentos o regalos que le entregaban sus vecinos en agradecimiento a su ayuda desinteresada.
Este hornillero, casado con Adela Blanco, fue padre de cinco hijos: Virgilio (pianista que murió en Puerto Rico en 2016), Herminia (falleció en 2016), Adela, Guadalupe, y Amalia. Vivió la Guerra Civil, pero aunque pertenecía a la falange siempre promulgó por la paz en su municipio para que sus vecinos no se enfrentasen.
1507: Acampa en Hornillos de Cerrato el cortejo fúnebre de con los restos de Felipe I 'El Hermoso', fallecido en Burgos, que bajo la presidencia de su esposa la reina Juana I de Castilla 'La Loca' se dirige a Tordesillas.
1905-1979 Vida de Eutiquio Manuel Meneses, alcalde de Hornillos de Cerrato durante cuarenta años.
1949 El castillo de Hornillos de Cerrato es declarado Monumento Histórico-Artístico.
Su hija Guadalupe recuerda que su padre se sentía muy orgulloso de haber contribuido a la instalación del abastecimiento de aguas a las casas de los vecinos y que era un hombre que siempre trataba con mucho respeto a todo el mundo.
Se jubiló a los 70 años de edad para dejar paso a nuevas generaciones. Salió de su pueblo en muy pocas ocasiones. Solamente lo hacía si era inevitable, como por ejemplo la tramitación de documentos en Palencia, tarea de la que siempre se escaqueaba y delegaba en su mujer si era posible. Sus últimos años, los que estuvo enfermo, los vivió en Valladolid, aunque sus restos descansan en su pueblo natal.
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Julio Arrieta, Gonzalo de las Heras (gráficos) e Isabel Toledo (gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
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