Una experiencia futurista al volante del Renault Austral que se fabrica en Palencia

Quienes decidan cambiar el coche que compraron hace, digamos, diez (o más) años y vayan al concesionario a probar el nuevo Austral que Renault fabrica entre Palencia y Valladolid pueden pensar que no se encuentran al volante de un automóvil, sino de algo completamente diferente. Estar acostumbrado a mecanismos como el cambio de marchas manual, el cuentakilómetros analógico o el lector de CDs, por no hablar de las servidumbres y sonidos de los motores diesel o de gasolina, y sentarse a los mandos del último C-SUV híbrido de la marca francesa puede causar un 'shock'. Más parece que se encuentra uno pilotando una aeronave que un vehículo de cuatro ruedas. Ponerlo en movimiento no baja al conductor a la tierra; no es de extrañar que su anuncio publicitario imite el lanzamiento del Austral con el de un cohete.

La prueba de conducción realizada este jueves entre Madrid y La Granja (Segovia) ha tenido como protagonista el modelo E-Tech full hybrid de 200 CV en su versión iconic esprit Alpine (la gama más alta, cuyo precio parte de 43.600 euros). La versión mild hybrid 12 V de 140 CV equilibre (desde 30.900 euros), no obstante, no le va a la zaga en cuanto a equipamiento de serie.

Si lo primero que llama la atención al entrar en el habitáculo es el salpicadero –el volante provisto y rodeado de botones y palancas y su gran pantalla OpenR, toda una ventana a un sinfín de posibilidades digitales–, nada más arrancarlo el Austral deja claro que su mecánica automotriz también está a otro nivel. El coche somete a la carretera, se impone a sus exigencias y condicionantes y gracias a un chasis provisto de tecnología 4Control de tercera generación con cuatro ruedas directrices que se comunican entre sí es capaz de empresas imposibles para otros.

La prueba incluyó una demostración de cómo el Austral puede hacer un giro de 180 grados en un espacio de 10,1 metros, imposible para, por ejemplo, un coche tan pequeño y maniobrable como el Clio.

Equipado con 32 ayudas a la conducción, informa de la velocidad de la marcha y de la limitación del tramo en el parabrisas, reconoce las señales de tráfico, alerta de la distancia de seguridad con el vehículo más próximo reduciendo la velocidad, detecta el ángulo muerto y previene la salida del carril en caso de adelantamiento, entre otras ventajas.

La versión estrella incluye una batería eléctrica de 400 voltios que se recarga durante la conducción y que, combinada con el motor de gasolina proporciona 200 CV, consume 4,5 litros a los 100 kilómetros y apenas emite 102 gramos de CO2. Todo esto, en la práctica, se traduce en uno de los resultados más sorprendentes de la prueba; sin duda un factor determinante a la hora de convencer a los potenciales compradores.

En su versión E-Tech, el Austral tiene un depósito de 35 litros de gasolina. Con la aportación eléctrica, el salpicadero marca 800 kilómetros hasta el siguiente repostaje. Tras recorrer los 90 kms. que separan La Granja de Madrid subiendo y bajando los 1.880 metros del puerto de Navacerrada, el monitor de autonomía marcaba 780 kilómetros.

Punta de lanza del plan Renaulution con el que el fabricante francés pretende conquistar (desde España) el mercado de los Sport Utility Vehicles de tamaño grande, el Austral demuestra en estética y prestaciones que el segmento tiene un rival ganador. La competencia debería estar preocupada.

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