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Jose Rojo
Lunes, 9 de octubre 2023, 07:10
Juan Guardiola (Madrid, 1965) tomó posesión de director profesional de la Fundación Díaz-Caneja el 16 de septiembre de 2022, un cargo que ha estrenado, ya que durante los 27 años anteriores no había existido dicha figura. Este licenciado en Historia del Arte entiende ... esta institución como «un aparato epistemológico de producción de saber científico y, al mismo tiempo, como un dispositivo crítico de aprendizaje y de producción colectiva de saberes y experiencias».
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–Hágame una radiografía del estado en el que se encontró este museo un año.
–La fundación ha realizado un extraordinario papel en la difusión de la obra del artista Juan Manuel Díaz-Caneja. Hay que recordar que es el centro de arte contemporáneo más antiguo de la comunidad y unos de los primeros del país. Cuando se creó en 1995, respondía a unas expectativas. Durante 28 años se han realizado numerosas exposiciones y actividades para el disfrute de la ciudadanía. En 2023 el mundo no es igual, vivimos en una sociedad que ha salido de una pandemia y afronta el cambio climático, por lo tanto, el museo debe adaptarse ante este cambio de paradigma.
–Ante esta situación, ¿cómo abordará su renacimiento?
–Esta línea de trabajo ecológica se ha implementado en la nueva colección permanente y las exposiciones temporales, además hemos creado espacios nuevos (Naturaleza Invitada, Espacio Video, Auditorio, Paisajes Sonoros, Intervenciones), donde tratamos de una manera específica dichas cuestiones medioambientales.
–Sin duda, un gran reto.
–Hasta ahora la Fundación Díaz-Caneja ha tenido entre sus funciones la custodia de su colección, así como la exposición, educación, difusión y comunicación de sus actividades. No obstante, todo museo es una institución pedagógica y educativa, similar a los colegios y la universidad, si bien en el ámbito museístico la formación se realiza de un modo más experimental. Entendemos la FD-C como un aparato epistemológico de producción de saber científico y, al mismo tiempo, como un dispositivo crítico de aprendizaje y de producción colectiva de saberes y experiencias. En este siglo XXI los museos han aprendido que el objetivo de toda mediación es democratizar la institución y hacerla accesible a diversos públicos. Los programas públicos de la FD-C se han configurado como un espacio para la transformación social, así como para la creación de comunidades críticas, dado que los museos son lugares de producción de sentido, significado, subjetividad, así como de sujetos y públicos. Este trabajo educativo es nuestro gran reto.
–Usted liga el arte a la sostenibilidad, al medio ambiente y a la ruralidad…
–Sí, lo hacemos desde la colección permanente y las exposiciones temporales, pero, sobre todo, a partir de los programas públicos que denominamos 'Miércoles X la Caneja'. Este proyecto, realizado en colaboración con la Universidad Popular de Palencia, propone dedicar todos los miércoles una actividad pública (conferencia, proyección, mesa redonda y presentación de proyectos) que desarrolle los objetivos de la fundación en relación al arte, la naturaleza, la sostenibilidad y la ruralidad en el territorio. Un objetivo primordial de la FD-C, bajo la idea de 'ecología de la creación', es establecer una red orgánica de trabajo a partir de la colaboración institucional, la optimización y colectivización de recursos y el diálogo con la sociedad civil. Por ello estamos colaborando con otras asociaciones, organizaciones y festivales culturales de la ciudad bajo la idea de cultura local de cercanía. Del mismo modo, se plantean cooperaciones con los espacios y colectivos artísticos existentes en la provincia.
–Una de sus prioridades es la renovación de la colección permanente de Juan Manuel Díaz Caneja, que se podrá ver el miércoles, 11. ¿En qué consistirá esa reforma?, ¿se basará en una concepción diferente a la anterior?
–Efectivamente, el miércoles inauguramos la nueva colección permanente donde pretendemos revisar la obra de Juan Manuel Díaz-Caneja en diálogo con otros artistas contemporáneos y con áreas temáticas relativas a su trabajo. El objetivo es mostrar una narrativa opuesta al cubo blanco, donde la obra de arte se muestra aislada, y para ello presentamos un dispositivo museográfico que plantea la confrontación de las obras de arte con textos, objetos documentales, materiales de archivo y propuestas artísticas contemporáneas. Se ha planteado una duración de tres años y se expondrá la obra de Díaz-Caneja, junto a préstamos y depósitos de obras de arte de museos públicos y colecciones particulares. Además, de cara a dar una coherencia a la propuesta curatorial se han trabajado otros 'modos de hacer' con el objetivo de implantar unas prácticas de consumo más éticas. Me explico, se han establecido unas directrices a seguir, tales como criterios de cercanía en la selección de obras y artistas, la utilización de materiales y procesos ecológicos, reciclaje de dispositivos y materiales expositivos, etc. El objetivo es reducir la huella de carbono y mostrar arte de una manera más sostenible (y económica).
–También apostará por expandir la obra del pintor palentino a otras salas de la provincia.
–Sí, tenemos un proyecto de museo expandido, pero no centrado en mostrar la obra del artista Díaz-Caneja. La FD-C desea poner en marcha un programa de residencias artísticas en el medio rural. Las directrices conceptuales se enmarcan en tres áreas de trabajo como son la sostenibilidad ambiental, los saberes rurales y la despoblación. El objetivo es la creación, formación e investigación en áreas no urbanas, generando conocimiento, intercambio y diálogo a partir de la reflexión y debate. El programa de residencias se realizará en colaboración con proyectos nuevos o ya existentes, por ello la FD-C invita a espacios y colectivos artísticos en la provincia a presentar sus propuestas con el fin de mapear el territorio, visibilizar y poner en valor su trabajo.
–¿Qué otras acciones tiene en mente poner en marcha?
–Bueno, hay acciones que ya hemos puesto a trabajar, como son las residencias para artistas palentinos en la propia fundación, tenemos este año a la artista Ana Frechilla trabajando en un estudio en el museo y el año que viene mostraremos el fruto de su investigación sobre los lobos en una exposición. También recientemente se ha incorporado la ilustradora Almudena Cuesta a la residencia de la FD-C. Del mismo modo, este año hemos empezado a trabajar con el artista vallisoletano Diego del Pozo en un proyecto de intervenciones a realizar en diversos espacios de la fundación donde nuestra línea de trabajo se traducirá en dibujos murales a lo largo del museo.
–Reclama, además, que este centro se convierta en un espacio para los ciudadanos y para la integración que vele por los derechos humanos, la diversidad y la inclusión. ¿Qué tiempo se da para lograr ese objetivo?
–Bueno, en realidad, no nos hemos dado un tiempo, sino que se ha integrado desde el comienzo. La FD-C como centro de arte contemporáneo debe realizar un papel de mediador cultural e integrador de ciudadanía que establezca un principio de igualdad de trato entre mujeres y hombres e incorpore en su programación actividades, temarios, debates y proyectos que sensibilicen a su audiencia en aquellos aspectos de libertad, derechos humanos, convivencia y tolerancia independiente de la sexualidad, la religión o la raza. La diversidad y la inclusión está en nuestro ADN, como ejemplos son las numerosas actividades que hemos realizado con la Plataforma Derechos de las Mujeres, Fundación Secretariado Gitano o el Colectivo Chiguitxs LGTB+, entre otras asociaciones.
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