Palencia

Cuatro grupos actuarán en el XXVII Almuenza Folk de Hornillos de Cerrato

Hablar musicalmente de Castilla es hacerlo de folk, uno de los sellos de identidad de la región que ha sido transmitido de generación en generación de forma oral y que, en los últimos años, ha logrado hacerse un hueco relevante en conciertos y festivales que quieren poner de manifiesto el valor que tiene para los castellanos. Encuentros musicales como el que tendrá lugar en Hornillos de Cerrato el próximo fin de semana con la celebración del XXVII Almuenza Folk. El municipio palentino se convertirá en la capital del folk desde el 9 de agosto, viernes, hasta el día 11, domingo, gracias a la participación de hasta cuatro formaciones dedicadas a la música más tradicional.

De esta forma, la localidad palentina se reafirma como referente en la organización de este tipo de citas musicales, que cada año son apoyadas por un mayor número de asistentes. El certamen nació hace 27 años como homenaje a uno de los vecinos de Hornillos que había fallecido tras sufrir un accidente. Después, la Asociación Cultural Almuenza mantuvo un festival que ha ido ganando notoriedad con el paso del tiempo y que, gracias al apoyo económico tanto del Ayuntamiento como de la Diputación Provincial, se ha podido mantener año tras año.

Jaime Valdeolmillos, uno de los organizadores, destaca la acogida que tiene esta cita, que cuenta con todo tipo de público procedente de diferentes puntos de la geografía regional. «En las provincias castellanas, el folk forma parte de su ADN. Hay un gusto especial por la música tradicional, y más ahora que está adaptada a los tiempos y cuyos músicos tienen una calidad excelente», explica.

La selección de los grupos que participan cada año se hace atendiendo a que haya una variedad y no se repitan los mismos estilos o procedencias para así dar cabida al mayor número de tipos diferentes. «Hemos traído grupos de muchas partes de España durante estos 27 años, e incluso han venido de otros países», sostiene Valdeolmillos.

Todo ello, sin olvidar el presupuesto con el que la organización cuenta y que es de alrededor de 16.000 euros. Una cifra con la que se intenta hacer un festival «muy digno y con artistas que realmente merecen la pena», destaca Valdeolmillos. «Y, sobre todo, que el espectáculo durante esos tres días sea merecedor de que ocurra lo que viene ocurriendo», agrega.

Valdeolmillos se felicita porque, durante esta cita, el pabellón Alfonso Pérez Marcos se llena. «Incluso tenemos que abrir todas las puertas de los laterales y del fondo para que haya gente viéndolo desde fuera. Eso es señal de nuestro festival, que a la gente le gusta», aclara.

Un festival con un espíritu especial ya que la intención de la organización no es solo que los grupos lleguen hasta Hornillos a cantar sino también a conocer el pueblo, la asociación, que coman todos juntos en comunidad y que ese germen con el que nació esta cita se mantenga vivo con el paso de los años.

Este fin de semana estaba reducido antes a un solo día. Así ocurrió durante los primeros diez años, hasta que después se dieron cuenta de la necesidad de extenderlo para comodidad de los asistentes, dando también la posibilidad de tener más días dedicados al folk y a la música más tradicional de tierras castellanas.

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