Palencia

La cosecha cae a la mitad y junto a la de 2017 se convierte en la peor en una década

La cosecha registrada en este año 2023 ha sido muy similar a la de 2017, un ejercicio realmente desastroso para el sector, que ha vuelto a ver cómo en esta ocasión, además, al mal rendimiento del cereal había que sumarle también la sementera más cara de la historia por el alza de los precios de la energía sufridos en otoño.

La segunda peor cosecha de la última década ha afectado a cerca de 900.000 hectáreas en todo Castilla y León. La sequía ha afectado a todas las provincias de la región. Por territorios, Burgos alcanza casi las 152.500 hectáreas siniestradas;Palencia supera las 125.500, Soria registra más de 100.500 y Valladolid queda por encima de las 147.000.

Para los agricultores, este año ha sido especialmente duro, no sólo por los daños ocasionados por la sequía, sino también por los altos costes de producción que han debido de enfrentar desde el comienzo de la campaña y que han marcado un año agrario con un final amargo para los profesionales.

Los abonos de sementera han aumentado un 70% y el gasóleo un 50% respecto a la pasada. «Además de la sequía, lo peor de todo ha sido los costes tan caros a los que hemos tenido que hacer frente. Ha sido la campaña más cara de la historia pagando hasta tres veces más por cualquier producto. Por lo que, a la falta de lluvia también se le ha unido esto», explica José Luis Marcos.

La sequía del año 2017 supuso un importante punto de inflexión para los agricultores de Castilla y León, que entonces solo contaban con seguro en 700.000 hectáreas. En cambio, este año, son más de 1,5 millones de hectáreas las que están aseguradas, la mejor herramienta con la que cuenta un agricultor en gestión de riesgos. «Los rendimientos han quedado reducidos a entre 1.000 y 3.000, lo que ha dado lugar a un gran número de partes a los seguros. Se calcula que más del 70% de los asegurados han dado parte por sequía, dependiendo también de la zona y del cultivo siendo este año el cereal el más afectado», afirma Blas Donís, presidente de UPA Palencia.

La cosecha de cereal se ha reducido en Castilla y León durante esta campaña a 3,24 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 3% respecto al año anterior. Las inclemencias meteorológicas han provocado que la producción estimada disminuya un 52% respecto a la media de los últimos cinco años, que estaba establecida en 6,7 millones de toneladas y que, por tanto, sea un 37% inferior a la de la campaña pasada, que, sin ser buena, alcanzó los 5,2 millones de toneladas. «Se ha formado la tormenta perfecta entre la sequía y la subida de los productos. Los resultados son los que son, unas cosechas muy pobres que no nos permiten cubrir gastos. En el Cerrato ha sido catastrófico y ha sido la zona que peor parada ha salido», señala David Tejerina, presidente de COAG Palencia.

Estos datos muestran que la región está ante la segunda peor cosecha de este siglo, sólo superada por la de 2017, cuya producción fue únicamente de 2,7 millones de toneladas. El descenso en Castilla y León es similar al sufrido en toda España, donde apenas se recogerán 8,3 millones de toneladas, de las que la región aportará en torno al 40%, un peso similar al de un año normal.

La campaña muestra una significativa disminución de la superficie cultivada de cereal de invierno, que asciende a 1,64 millones de hectáreas, un 10 % inferior a la cultivada la campaña pasada, y un 12% por debajo de la superficie media de los últimos cinco años. Esta bajada obedece a dos razones. Por un lado, al aumento de la superficie de cereal segada en verde para consumo como forraje respecto a lo que se destina en un año normal debido a la sequía. Y por otro, a la necesidad de incluir cultivos mejorantes en la rotación de cultivos de la explotación con el fin de cumplir los requisitos de la nueva PAC y los ecorregímenes, lo que ha supuesto una disminución de la superficie de cereales en favor de otros cultivos mejorantes como leguminosas o girasol.

Respecto a la superficie por cultivos, es el trigo el cereal más sembrado en la comunidad, con 762.000 hectáreas y una producción estimada de 1,64 millones de toneladas, seguido de la cebada, con 704.000 hectáreas y una producción de 1,34 millones de toneladas. Al centeno se dedican 59.000 hectáreas, 83.000 hectáreas a la avena y 30.000 al triticale, cultivos que, en conjunto, alcanzan una producción de 262.000 toneladas. Con los datos de cotización actuales, se estima un valor de la producción de cereales de invierno de unos 850 millones de euros, lo que supone un 53 % menos que la cosecha de la campaña pasada.