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Abrió sus puertas el 28 de mayo de 1986, en principio como tienda de iluminación, regalos y souvenirs. Diez años más tarde, en 1996, se unió el local anexo, se crearon dos entradas distintas y se añadieron productos de souvenir joven para ampliar el perfil de los clientes. La tienda Regalos Sancho bajará la persiana para siempre el año que viene, aún no hay fecha concreta, después de cuarenta años en la Calle Mayor de la capital. «Me emociono con pensarlo, es que son muchos años», afirmaba este jueves Rosa María Sancho, junto a su hermano Juan Carlos. Este, por su parte, reconocía que «por una parte sí que tenemos ganas de jubilarnos, pero por otra se nos caerá la lagrimilla luego. Hay gente que dice que se nos olvidará en quince días, pero desde los 16 años he estado en tiendas y ya lo había mamado de niño».
La historia de la familia Sancho con el comercio de Palencia se remonta a principios del siglo XIX, cuando su abuelo abrió una carnicería en Barrio y Mier. Posteriormente, la trasladó a Becerro de Bengoa, local que más adelante dividió para vender carne en una mitad, y regalos en la otra. «Ya en el año 1953, que se jubiló mi abuelo, se tiró la pared, se unió todo y se hizo el Bazar Belén, que ha estado hasta 1993. Y del 1986 a 1993 estuvimos con las dos tiendas a la vez, con el Bazar Belén y con Regalos Sancho».
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Lámparas, abanicos, copas, imanes, figuras, un ajedrez... En las instalaciones de los hermanos Sancho hay casi de todo. '¿Tiene descuento este marco?', preguntaba una señora e instantes después una pareja comentaba ante una de las estanterías de la tienda: 'Mira qué cristalería más bonita'. «Desde que hemos puesto el cartel ha sido una locura, luego suponemos que se irá la cosa calmando. Pero es verdad que estos días ha venido muchísima gente. Como hay mucho de todo, pues es fácil que entre gente a mirar y querer comprar», resumía Juan Carlos Sancho, mientras atendía a un cliente.
La tienda de 147 metros cuadrados está repleta de matrioskas, camisetas, quijotes o relojes. Y no solo eso. En el almacén situado justo debajo, y con una extensión de 130 metros cuadrados, hay mucho más material. «El almacén está lleno, con cosas repetidas o cosas que retiras porque no han gustado mucho y llega el género nuevo y tienes que hacer hueco», explicaba Juan Carlos Sancho.
Que un comercio de proximidad haya aguantado cuatro décadas en la ciudad de Palencia no ha sido tarea fácil. «Ha sido muy difícil mantenerse tanto tiempo. Cada año era más difícil y peor porque Internet está machacando todo el comercio y cada vez es más complicado todo, pero hemos ido poco a poco y hemos llegado a la meta», reconocían Juan Carlos y Rosa María Sancho, hermanos del también comerciante Luis Fernando Sancho, de Musical Sancho, que también se jubilará recientemente. «Con nosotros de pone fin a una historia familiar de comerciantes que comenzó con nuestro abuelo a principios del siglo XIX y siguió con nuestro padre y tío», comentaban con pesar.
«Están los tiempos muy complicados para el comercio. Siempre gusta cuando vienen de fuera y te dicen que qué ciudad más bonita o se interesan por la tienda y preguntan que cuánto tiempo llevamos aquí. Te hace sentir bien y hablas y comentas. Incluso nos llaman por teléfono de fuera para que les mandemos una figura del Cristo del Otero porque les gusta mucho y hacen bizum y quieren que se lo mandemos», sentenciaba Juan Carlos.
El futuro cierre de Regalos Sancho dejará la Calle Mayor aún más desanjelada, después de la marcha de Zara en 2021 y de H&M más recientemente, en diciembre de este pasado año.
«El cierre de Zara nos partió en dos», reconocía Rosa María Sancho. Con la jubilación de los hermanos Sancho, este histórico comercio de la capital bajará su persiana para siempre.
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