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Más de un centenar de músicos llenan de vida Abarca en su fiesta
La localidad celebra por quinto año consecutivo dos jornadas de conciertos y actividades con una respuesta entusiasta de músicos y vecinos
Abarca de Campos ha vuelto a demostrar que la música en vivo no necesita grandes escenarios para emocionar. Lo está haciendo este fin de semana ... durante la quinta edición de su Fiesta de la Música, un evento que reúne a más de un centenar de intérpretes –contando los coros– en dos jornadas ininterrumpidas (este sábado y domingo) de conciertos, actividades y encuentros en espacios repartidos por toda la localidad.
La cita, impulsada por la Asociación Cultural de Abarca de Campos, el Consistorio, la Fundación Francis Chapelet y la Asociación Musical Amigos de los Clásicos, ha convertido este pequeño municipio palentino en un auténtico escenario al aire libre. La programación ha contado con hasta cinco puntos diferentes –la Casa Museo, la sede de la Fundación, la iglesia y su atrio, la Alameda y el Corrillo–, ofreciendo hasta tres conciertos simultáneos en distintos momentos del día. Una diversidad de localizaciones que ha permitido adaptar los repertorios al entorno y facilitar al público una experiencia cercana y accesible.
«La unión hace la fuerza y hace cinco años surgió la celebración de esta fiesta. Siempre intentamos implicar al mayor número de instituciones o asociaciones posibles. Este año disfrutamos de más de cien músicos contando los coros», destacó este sábado Álvaro Rubén García Arroyo, presidente de Amigos de los Clásicos y patrono de la Fundación Francis Chapelet.
En la edición de este año no han faltado los nombres propios. El violonchelista Eduardo García interpretó una cuidada selección de las Suites de Bach, mientras que cerrará el programa durante la jornada de hoy el bajista Juanjo Puertas, acompañado del pianista de jazz Jesús Bravo, con la presentación de su último trabajo. Ambos recitales son los grandes atractivos, después de una jornada intensa de actuaciones que abarcaron desde formaciones corales hasta propuestas contemporáneas.
Las elevadas temperaturas obligaron a modificar algunos emplazamientos para mejorar las condiciones del público. «Vamos a cambiar de ubicación uno de los conciertos y celebrarlo en la iglesia porque así el público lo agradecerá», apuntaba García Arroyo.
La filosofía del evento se mantiene fiel desde sus inicios, trabajo colectivo, cercanía y altruismo. «Todo se realiza desde la más absoluta modestia. La Fundación no dispone de un gran capital para programar grandes eventos. La gente no viene por dinero, y esa filosofía que mantenemos desde nuestros comienzos prevalece», recalcó el organizador.
Proyecto en crecimiento
Pese a ese carácter modesto, la cita gana impulso cada año. «Es difícil con la música clásica, aunque nuestro proyecto no se limita solo a ella. Lo que no se conoce, no se valora, entonces creemos que hay un enorme desconocimiento. Poco a poco, en estos cinco años, vemos que la gente se va animando a venir a disfrutar con nosotros», afirmó García Arroyo.
Ya con la vista puesta en cumplir seis años el próximo año, el objetivo es mantener el pulso creciente del festival. «Todos los que se han quedado sin participar este año los estamos apuntando para que el próximo no fallen. Todos tenemos las agendas ocupadas y es complicado coincidir, pero todo el que viene repite, tanto en cuanto a público como a participantes. Se crea un ambiente ideal y la gente tiene ganas de volver», concluyó el organizador.
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