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Echa de menos saltar al campo, con silbato en mano, a dirigir un encuentro. «El fútbol me ocupaba un montón de tiempo entre entrenamientos, viajes y partidos. Ahora es como que todos los días fueran iguales», señala la palentina Elena Peláez que, además de arbitrar los encuentros de Primera Iberdrola Femenina y Regional Preferente en categoría masculina, es matrona en el Hospital Río Carrión.
Coronavirus en Palencia
Álvaro Muñoz
Esther Bengoechea
El fútbol le ocupaba –mínimo– seis días a la semana entre entrenamientos y partidos. «Lo compagino con mi trabajo, pidiendo muchos favores a las compañeras. Tengo suerte y todas me entienden. La verdad es que entre unas cosas y otras, poco tiempo libre me queda», explica.
Ahora, confinada en su piso, cuando no se encuentra en el edificio de maternidad, busca mantenerse en forma en sus ratos libres. «Tengo terraza en casa y me sirve para hacer ejercicios, ya sea de fuerza, de cardio o incluso para correr, no es muy grande, así que doy vueltas y vueltas», detalla la colegiada palentina. También, el Comité de Árbitros le manda posibles entrenamientos, para que no pierda el físico y esté en forma y preparada para cualquier momento.
Curiosamente, aunque no pueda correr por el campo, solo el deporte, los propios entrenamientos, le sirven para desconectar de la realidad. «Ahora es difícil olvidarse del coronavirus porque en el trabajo es monotema y en casa también si sigues con las noticias, así que mi momento es cuando entreno, que ahí sí que me evado de todo», reconoce la matrona, que estudió Enfermería en Palencia y terminó su especialidad en el Clínico de Valladolid.
Elena Peláez lleva trabajando como matrona en el Hospital Río Carrión de Palencia desde mayo del año pasado, ya que ha ido encadenando distintos contratos. Ahora mismo, con la crisis del coronavirus en su punto álgido, la palentina trabaja en los paritorios y en la planta de maternidad, ahí donde la necesitan. «Las gestantes están más asustadas que de normal, porque según llegas al hospital ya se ve el ambiente de nerviosismo y preocupación. Al final, no deja de ser una situación muy complicada. Ahora a las embarazadas, según llegan por Urgencias, ya les ponen las mascarillas y les toman la temperatura. Los maridos o acompañantes ya no pueden entrar en los partos, así que están solas durante toda la dilatación. Intentas trasmitirlas calma, lo que pasa que es complicado y difícil en estos momentos. Sin duda intentas acompañarlas, que también es muy bonito, el poder compartir con ellas el momento», reconoce la sanitaria de 25 años.
Dentro de estar en la primera línea de batalla, ella está en la parte alegre, en la zona bonita, donde aún quedan celebraciones y alegrías entre tanto miedo y pandemia. «Es la parte más alegre que queda del hospital ahora mismo. Sí, tenemos suerte de estar en esa zona porque cada día tienen que seguir abriendo plantas para el coronavirus. Y el paritorio y la planta de maternidad tienen que seguir sí o sí», argumenta.
Los expertos
Doménico Chiappe
A pesar de esto, tienen que tomarse medidas igual, para evitar el contagio. «Utilizamos mascarilla y guantes más las medidas de higiene para que no se colapse todo porque, si ya hay compañeras que comienzan a dar positivo, en cualquier momento también puedo ser yo. Y si hay alguna gestante que tenga Covid positivo, existe un protocolo específico donde habría que habilitar el paritorio dos solo para ella, tanto para la dilatación y el parto, con los equipos especiales y una matrona en exclusiva», afirma, aunque aún no se han enfrentado en Palencia a una gestante con coronavirus.
«Cada día se plantea algo nuevo, un nuevo protocolo. Tenemos que tenerlo todo previsto porque es una situación tan inusual, que surgen cosas que nunca se habrían planteado antes», argumenta Peláez, que afronta cada día con mucho ánimo a pesar del miedo generalizado. «Yo voy a trabajar con muchas ganas, pensando en lo que puedo ayudar o aportar. Cuando ya estás en el hospital, en tu puesto de trabajo, no le das más vueltas al tema del coronavirus porque estás centrada en hacer las cosas bien, en atender a las mujeres», reconoce.
Dentro de la dupla de fútbol y enfermería o mejor dicho arbitraje y partos, siempre tuvo claro lo que quería ser, desde que tenía doce años y por primera vez dirigió un partido. «Querer siempre he querido antes ser árbitra que matrona. Lo tenía más claro que otra cosa, desde hace trece años que comencé», cuenta. «Lo de matrona surgió mientras estaba haciendo la carrera, me parecía algo bonito y alegre. Y ahora es como el fútbol, que cuanto más trabajas de matrona, te va gustando cada vez más. Le vas cogiendo cada vez más el gustillo», admite. Eso sí, lo más difícil no es asistir un parto, ni siquiera dirigir un partido, lo más difícil es «ver un penalti».
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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