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Sus padres, el dramaturgo y orquestador teatral, José Sanchís Sinisterra, y la actriz y directora escénica, Magüi Mira, dos colosos de sus respectivas profesiones, conforman la carta de presentación de Clara Sanchís Mira, nacida en Teruel (1968), afincada en Madrid y que llega a la ... capital del Carrión este lunes para inaugurar la cuadragésima quinta edición del Festival de Teatro 'Ciudad de Palencia' con la obra 'Los desiertos crecen de noche'. Un montaje cimentado con textos de su progenitor y en el que la actriz turolense, que ha labrado por sí misma una brillante carrera interpretativa en teatro, cine y televisión, estará acompañada por David Llorente, Concha Delgado y José Luis Patiño, un cuarteto teatral que se hacen llamar 'Los pájaros'. La función descorrerá el telón del Teatro Principal después de la concesión de galardones a los laureados por el público en la pasada edición del ya clásico certamen palentino, aunque contemporáneo en su temática. Este acto inaugural comenzará a las ocho de la tarde y en él se entregará el Premio de Honor a Sanchís Sinisterra.
–¿Su nacimiento en Teruel fue un imprevisto?
–Mi padre era catedrático de Literatura en Valencia y, tras aprobar la correspondiente oposición, obtuvo una plaza en Teruel, donde yo nací y donde estuvo ejerciendo cuatro años como profesor de Literatura en un instituto, aunque luego pidió traslado a Barcelona, donde vivimos durante mucho tiempo. Sin embargo, desde hace quince años todos vivimos en Madrid.
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Jose Rojo
–¿Le intimida enfrentarse a libretos de José Sanchís o estar a las órdenes de Magüi Mira más que con otros profesionales?
–Yo no lo llamaría intimidar. Trabajar con ellos me provoca una mezcla de mucha ilusión y mucha responsabilidad porque son dos grandes de la escena española, dos profesionales maravillosos. La familiaridad es inevitable y hay lenguajes comunes.
–La obra 'Los desiertos crecen de noche', con la que llega este lunes a Palencia está construida con textos antológicos de su padre.
–Esta función es la antología de su teatro breve y constituye un recorrido por su escritura e imaginación. Él lo llama 'teatro menor', pero es teatro con mayúsculas, ya que son piezas maestras que él escribió durante el proceso de creación de sus textos más reconocidos y él mismo apuntó que a partir de ahí empezó a trabajar más con el humor en su teatro. Hay humor, surrealismo, misterio y poesía. Esta obra está tratada de forma muy artesanal, nos hemos dirigido los propios actores como una orquesta de cámara, aunque firmemos la dirección David, un actorazo y un lector empedernido de mi padre, y yo. Los otros dos protagonistas, Concha y José Luis, también son dos actores fabulosos.
–¿Qué cuenta este montaje?
–Un grupo de músicos está tocando y uno de ellos, el trompetista de la banda, entra en un sueño y, a través de ese sueño, recorremos joyas literarias de Sanchís Sinisterra, algunas de las cuales nunca se habían representado antes. Historias entrelazadas que versan sobre dos personas que se aman y que nunca consiguen besarse o sobre una mujer que ha leído una novela que cuenta su propia vida e intenta hablar con el autor del libro, entre otras tramas. Estos textos yo ya los había leído cuando tenía 20 años, edad a la que empezaba a hacer teatro, y en aquel momento soñaba con interpretarlos algún día. Llevarlos a escena ha sido y es muy emocionante para mí porque llevan la firma de mi padre.
–Soñaba con interpretar esos textos, pero su vocación iba por otros derroteros, la música.
–Sí y lo sigue siendo. A los 20 años estaba a caballo entre los dos mundos, mi vocación musical y la interpretación, y ahí sigo estando. Por eso me hace muy feliz interpretar espectáculos donde toco y compongo la música.
–¿Y cuándo saltó la chispa de su faceta de actriz? ¿Su madre fue su espejo?
–Mi madre no fue mi espejo, aunque la admiro muchísimo. Estamos muy unidas, pero hemos tenido carreras muy independientes. Seguramente tengamos muchos puntos en común en la forma de trabajar y manejemos un lenguaje similar a la hora de entender el oficio, pero también somos muy distintas. Y lo que me llevó a subirme a los escenarios fue la música. Empecé a tocar en espectáculos de teatro y, al tener genes teatrales, un día me propusieron decir una frase y lo hice. Al principio, me parecía más fácil hablar al público que tocar, pero, luego, me di cuenta de tanto la interpretación como la música tienen la misma dificultad. Y, al final, la interpretación me atrapó, pero nunca he olvidado la música porque sigue estando muy presente en mi vida y en profesión.
–¿Con qué rasgos de su padre y de su madre se identifica?
–El mayor punto en común con ambos, y que además me encanta, es el sentido del humor. De ellos he aprendido un gran respeto y responsabilidad por el oficio y, por supuesto, el trabajo permanente. Sin duda, mis padres tienen mucho talento, pero se mantienen arriba también por su esfuerzo y dedicación.
–En el espectáculo que presentará en Palencia, ¿firma usted misma la música en directo?
–No sólo yo, sino el resto de mis compañeros de reparto, que nos denominamos 'Los pájaros'. La música la hemos compuesto los mismos actores y la tocamos en directo a la vez que interpretamos. En esta función somos actores-músicos que interpretamos la banda sonora del espectáculo, que va secuenciada con las escenas. ¡Es algo muy mágico! Yo toco el teclado; José Luis, la trompeta; Concha, la percusión; y David canta. Este montaje, divertido a la par que profundo y muy representativo del teatro de José Sanchís, se estrenó hace dos temporadas y, de vez en cuando, lo rescatamos, sobre todo, cuando se le rinden homenajes a mi padre.
–En el Teatro Principal se reencontrará con su padre, a quien se le concederá el Premio de Honor que otorga el festival teatral de la ciudad.
–Sí, sí. Me hace mucha ilusión que se le conceda este premio en una ciudad que para nada me es desconocida. En Palencia he actuado muchas veces en ese precioso teatro. El año pasado estuve con 'Miércoles que parecen jueves', de Juan José Millas; el anterior, con 'Una habitación propia', de Virginia Wolf; y hace algunos años me concedieron el premio del público a la mejor actriz por 'La lengua en pedazos', de Juan Mayorga.
–¿La magia interpretativa está más en el teatro que en el cine o la televisión, medios en los que también trabaja?
–A mí me gusta trabajar en los tres medios. Cuando llevo mucho tiempo sin hacer teatro, cine o televisión, los echo de menos. Son técnicas diferentes y las tres son muy interesantes. El teatro tiene la maravilla y la exigencia del directo y la complicidad con el resto de los compañeros y con el público. La televisión tiene mucha inmediatez y es muy estimulante para el actor. A mí la televisión me ha enseñado mucho para el teatro y viceversa, aunque el teatro ha sido mi gran escuela.
–¿Qué proyectos ocupan hoy su tiempo?
–En estos momentos estoy representando 'Conspiranoia' en el Teatro Alcázar de Madrid, una comedia de Marc Angelet y Jordi Casanovas en la que formo parte del reparto junto a Luis Merlo, Natalia Millán y Juanan Lumbreras, y, al mismo tiempo, estoy preparando el espectáculo 'Cortázar en juego', que se estrenará el 23 de octubre en el teatro madrileño de La Abadía y con el que, posteriormente, giraremos por el resto de España. El montaje está dirigido por Natalia Menéndez y la dramaturgia la firmamos mi padre y yo sobre textos de Julio Cortázar.
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