Jóvenes ucranianos y rusos delante de la Palencia International Residence, antes de ir a entrenar. manuel brágimo

Alejados de la barbarie y unidos con jóvenes rusos por el fútbol

Setenta jóvenes llegaron a Palencia desde Ucrania hace un año, de los que aún quedan la mitad en la capital

Sábado, 25 de febrero 2023, 00:46

«Fue muy duro, aún se me saltan las lágrimas al recordarlo», afirma Santiago Tejedor. Fue uno más del grupo de palentinos de los que decidieron llenar un autocar de ayuda humanitaria y viajar hasta la ciudad rumana de Suceava, donde dejaron las medicinas, comida ... y ropas, y recogieron a 46 personas rumbo a Palencia. Aunque en principio iban a ser todos niños, finalmente acogieron a familias.

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Este viaje tan organizado desde el corazón y uno posterior algo más sosegado (y ya en avión) lo llevaron a cabo desde el Palencia Junior College y la Palencia International Residence, junto con la Asociación Benéfica Otero Sawabona y varias empresas del polígono San Antolín –con la ayuda de farmacias y particulares–.

Todos están escolarizados y mantienen contacto entre ellos, al acudir varios días por semana a la Academia de Fútbol

«En total, entre los dos viajes, trajimos a unas setenta personas, de las que actualmente quedan más o menos la mitad en Palencia», explica Santiago Tejedor, que viajó hasta allí para traerles a finales de marzo, en un intenso viaje de ida y vuelta que realizaron a cotrarreloj en cinco días. Al principio, los refugiados se quedaron en el colegio de los Barnabitas, en el Camino de la Miranda, hasta que fueron acogidos –los que viajaban sin padres– por distintas familias palentinas. Las abuelas que también iban en el autocar fueron reubicadas en Madrid, Barcelona y Melilla.

De los setenta niños que llegaron desde Ucrania en autocar y en avión hace casi un año, aún quedan la mitad en Palencia

«Otros niños han regresado a sus países porque la guerra ha ido cambiando de zona y la situación estaba mejorando por donde ellos vivían al moverse las batallas», argumenta Tejedor. Todos los niños que permanecen en Palencia, que tienen entre doce y dieciséis años, están escolarizados y mantienen el contacto entre ellos. «Les seguimos dando clases en la Academia de Fútbol y van allí a actividades deportivas y a perfeccionar su español varios días por semana», reconoce Santiago Tejedor, quien incide en la buena relación que tienen los ucranianos entre ellos y lo que disfrutan jugando juntos al fútbol. «También juegan y conviven con niños rusos que ya estaban viviendo en Palencia desde antes de la guerra y no hay ningún problema entre ellos», agrega.

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