Manuela Merino, directora del hotel Don Rodrigo de Palencia

«Si hubiera abierto un hotel en Madrid, sería cola de león, pero aquí, cabeza de ratón»

En la calle Los Gatos, esta joven levantó hace casi dos años un nuevo establecimiento hotelero en el mismo lugar donde se había mantenido ya uno desde la década de los noventa. Pero Manuela Merino lo hacía con un aire nuevo en el que el diseño y la vanguardia son dos de sus señas de identidad, que han conseguido posicionar ya al Hotel Don Rodrigo como una referencia en los alojamientos de la ciudad.

El 4 de diciembre de 2021 abría sus puertas tras iniciar las obras varios meses antes, en verano, y tras una profunda remodelación interna que le ha dotado de tres estrellas. Manuela Merino Rojo, quien se define como una apasionada por el emprendimiento, es graduada en Derecho por Icade y cuenta con un máster en Finanzas a través del Centro de Estudios Garrigues.

Tras varios años en la capital madrileña, Manuela Merino volvió a Palencia y puso en práctica todo lo que había estudiado y leído durante mucho tiempo para dar forma así a este hotel, que consta de tres plantas y 27 habitaciones, además de cafetería y restaurante, y que ha superado todas las expectativas que la joven tenía antes de comenzar.

Manuela Merino ha estado recientemente en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Palencia para hablar sobre 'Vanguardia e innovación hotelera en Palencia' en el marco de un curso de emprendimiento. Allí, para los alumnos de la UNED, contó cómo se inició en el emprendimiento. «Por casualidades de la vida y por atrevimiento, y tuve un golpe de suerte. El punto de inflexión en mi vida fue un libro que me permitió ver qué es lo que me gustaba en la vida, que era el mundo de las finanzas», explica, a la vez que matiza que durante todo este tiempo no ha dejado de leer libros y de leer en Internet a autores como Daniel Lacalle o Juan Ramón Rallo.

Pero no solo se ciñe a lecturas económicas, lee de todo. «Hablo también de la ruptura de dogmas y como yo, habiendo estudiado siempre en centros católicos, soy agnóstica. ¿Y cómo llegué ahí? Gracias a diferentes autores. Hay que leer un poco de todo y es importante tener esa variedad», apunta.

En el balance que hace de su iniciativa de emprendimiento, señala que «muchos casos es una estadística y un solo caso es una anécdota. Si yo hago esto en Madrid, soy cola de león y si lo hago en Palencia, soy cabeza de ratón. Se trata de elegir lo que quiere uno», argumenta.

Contó también para los alumnos de la UNED que nunca le ha costado decir que le iba mal si así era, «pero esta vez estoy muy contenta, con mi trabajo, con la gente que me rodea y trabaja conmigo», añade.

«Solo hay una vida»

Como consejos para nuevos emprendedores, resume que «es importante estar formado y una vez que lo estás, no hace falta saber grandes cosas, pero es necesario tener unas nociones básicas como saber leer un balance. Tener cabeza y raciocinio. Y una vez que lo tienes, hay que lanzarse a la piscina. Cuando yo comentaba esta idea, muchas veces me decían que qué estaba diciendo, pero lo que tengo claro es que solo hay una vida. Prefiero pedir perdón a pedir permiso, y no me quería quedar con las ganas. Esto es como el amor, hay que arriesgarse no sea que alguien se espabile y te tome la delantera».

También lamenta la falta de apoyos al emprendimiento. «El empleo que se está creando en España es básicamente público. Esto es lo que le ha pasado históricamente a Argentina. Estamos creando empleo público, que está muy bien, pero que por su naturaleza se sostiene por el empleo privado, que no se está impulsando como se debería. Los países nórdicos son los que más éxito tienen y también los que tienen el impuesto de sociedades más bajo. Y es que muchas veces se te quitan las ganas de emprender cuando ves el tipo impositivo en el 25% o cuando escuchas cosas cómo que se van a controlar los beneficios empresariales», concluye.