Para ser de Primera

Fue un gran día, el primero de muchos otros, como el de hoy, en el que Valladolid se echa a la calle para agradecer a su equipo el regreso, justo un año después, al lugar que se merece, junto a los grandes-grandes, a los matagigantes y a algún grande venido a menos.

Vienen meses para disfrutar, para subir al estadio a arropar al Pucela cuando vengan Modric, Aubameyang, Griezmann, si se queda, y algún descarte más de los clubs-estado. Para conjurarse contra esos que llaman rivales directos para mantener la categoría, para coleccionar las cartas de los jugadores blanquivioletas en la colección de Adrenalyn.

¡Somos de Primera!

La temporada del Real Valladolid, en números

Eloy de la Pisa Clara Matute

La ciudad se paralizará de seis a ocho de la tarde para rendir honores al Real Valladolid

J. Sanz

Empieza la planificación: los que se van y los que se quedan

El inmenso premio de no rendirse nunca

Juanjo González

Y es que si la infancia es la patria del hombre y el fútbol un estado de ánimo, los más favorecidos, hosteleros aparte, de todo el impulso de tener un equipo y una ciudad en la liga de las estrellas deben ser los niños, las niñas, hinchas ya, pero de corazón, sin condiciones y libres del cinismo que se apodera de los que vamos sumando años. Por esa capacidad de atracción que tiene el fútbol a esas edades, por el efecto multiplicador que va a tener esa atracción al volver a Primera, es importante que los que son abonados ya y los que lo acabarán siendo, los que practican el fútbol durante el curso en ligas escolares y en las federadas, crezcan en eso que al presidente de la Federación Española no se le despega de la boca, los valores. Que no es otra cosa que la solidaridad de un deporte en el que el equipo siempre es mejor que la suma de sus jugadores, el respeto por los rivales, los árbitros y las aficiones y el reconocimiento a entidades que nacieron para disfrutar de un deporte que jamás imaginaron se convertiría en uno de los mayores negocios del planeta.