Opinión

¡Mira los valientes!

Como tampoco ha sabido quedarse Gonzalo Santonja, que llegó al Consejo de Gobierno de la mano de Vox y se queda de la mano de Mañueco. Imposible no acordarse de Toni Cantó y Ayuso. ¿De verdad no tiene Mañueco ninguna referencia cultural en el ámbito de influencia del PP o, incluso, en sectores independientes de la Cultura de Castilla y León que se ha quedado con Santonja? Con el sólido Gobierno que ha conformado, la metáfora viene sola: es como llevar un traje de Armani, pero con una mancha de aceite en la solapa.

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Los de Vox están totalmente despistados. El desconcierto con su jefe en Madrid es absoluto. Recuerdan a los de Ciudadanos cuando los bandazos que empezó a dar Rivera (ahora pacto con Sánchez, ahora pacto con Casado). Se han replegado a las Cortes, van a tener que dejar el puesto principal del grupo, portavoz, al exvicenada de la Junta, Juan García-Gallardo (empieza a ponérsele cara de Igea tras salir del Gobierno regional), y resulta que el principal puesto institucional de Vox va a estar en manos de quien lleva meses acaparando protagonismo por estas tierras en el partido de Abascal, Carlos Pollán. Aunque si atendemos a la portada web de las Cortes, donde se anuncia a todo trapo la proyección de la película 'El discurso del Rey' el próximo 18 de julio (¡toma día señalado para la extrema derecha!) en el cine de verano que ha instalado el Parlamento regional pues, oigan,... Hay que ponerse en lo peor de aquí al final de la legislatura que, aunque toque en febrero de 2026, no llegará tan lejos. Dos encuestas serias que le den a Mañueco mayoría absoluta (o casi, que para eso están UPL, Soria Ya! y Por Ávila para completar 41 escaños) y unos meses de gestión que le distinga de estos dos años largos con Vox y habrá adelanto electoral.

Ampliar

El Gobierno que ha conformado es para ello. Donde estaba Vox, hoy hay guiños al electorado femenino (una vicepresidenta, Isabel Blanco, y una consejera más, Leticia García), guiños a sindicatos y empresarios (para reconstruir el Diálogo Social desde los escombros de lo que dejó el consejero de la cruzada cazacomunista, de cuyo nombre ya no quiere acordarse nadie) y guiños al sector agrario (María González Corral es apuesta segura por la gestión seria en un agro moderno y de vanguardia, pero reivindicativo ante Bruselas). Si logra que su particular Toni Cantó no se la prepare con alguna salida de pata de banco desde la Consejería de Cultura (a ver si es capaz de desmontar la declaración como BIC de la Pirámide fascista de los Italianos en Burgos), Mañueco ha conformado un Gobierno genuinamente del PP, batallador, volcado en gestionar con el mensaje frente a Vox de 'Nosotros nos ocupamos de los problemas de la gente, no de crearles más' y buscando achicar espacios ante un PSOE desnortado, descabezado y cuyo secretario regional, Luis Tudanca, es el principal interesado en que Mañueco adelante elecciones por que así no le da tiempo a Ferraz a buscarle relevo en el cartel electoral (sacar del Ministerio tan pronto a Ana Redondo no se entendería) y se garantiza otros cuatro años a casi 100.000 euros/año en las Cortes. Si fuera un líder como merece tener el PSOE, Tudanca ya habría anunciado una moción de censura contra Mañueco por la ruptura con Vox. Pero es Tudanca, otro valiente de la política.

Abascal le ha hecho a Mañueco el trabajo de romper en la Junta y quitarle el sambenito de gobernar con la extrema derecha, aunque los del PP llevaban trabajando casi diez meses para propiciar esa ruptura. Las cinco consejerías que tenía Mañueco en el pacto con Vox habían preparado ya acuerdos con sindicatos y empresarios para que fueran firmados por el presidente antes de finalizar este mes. La nueva titular de Industria se encuentra buena parte de esta tarea hecha.