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¿Se acuerdan de aquella frase del 'ni está ni se le espera'? Pues en Castilla y León, el PSOE, partido nacido en estas tierras ... para ser eterna oposición a la derecha, acaba de readaptarla para aplicarla así: 'Ni estamos ni se nos espera'. Ese es el drama al que la más que decadente acción de Luis Tudanca, secretario regional, que no líder al frente los socialistas, acaba de condenar a su partido hasta bien avanzada la próxima década. Y eso solo tiene una traducción política: Alfonso Fernández Mañueco tiene todo el campo despejado: el no líder socialista se lo ha allanado por la izquierda y García-Gallardo ('Gallaaaaaaaaardo, Gallardoooooo, si no sabes torear pa' qué te metes', suena de sintonía en Vox) se lo ha asfaltado por la derecha. Aunque no todo el monte es orégano para el presidente popular. Por partes.
Conocido es que Luis Tudanca ni sabe hacer oposición ni es capaz de conformar una alternativa seria a la derecha. Tantas veces se le ha visto, tantas pruebas ha dado que cuando tuvo al alcance de la mano la Presidencia de la Junta, o al menos el demostrar que quería ser presidente, al ganar en 2019 a Mañueco, fue incapaz de erigirse como relevo a decenas de años de mayorías absolutas del PP. Tuvo, eso sí, el impagable convencimiento de Albert Rivera y el amén de Francisco Igea a no pactar con el PSOE, lo que inmortalizó al PP en la Junta de Castilla y León. Montó Tudanca una guardia pretoriana a su alrededor y, tras deshacerse Mañueco de Ciudadanos con un tuit, empezó a deambular por la política regional.
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Lleva semanas diciendo que quiere ser candidato socialista a la Junta otra vez y resulta que en el primer acto parlamentario que ha tenido Tudanca para mostrar con hechos esos deseos, va y se borra de la tribuna de oradores. El pasado martes 19 no defendió la propuesta de su partido de devolución a los corrales de los Presupuestos de PP-Vox para Castilla y León este año. Dejó la intervención en manos de su portavoz en asuntos económicos, Rosa Rubio, y él, que dice que quiere ser candidato otra vez, desaprovechó esa ocasión. Aquí y en Kuala Lumpur quien quiere ser candidato se hace omnipresente, acude hasta a la puerta de las ermitas a buscar votantes y, por supuesto, no desperdicia la tribuna de un Parlamento como hizo el estadista Tudanca el martes pasado. No hay nadie tan feliz en la política de Castilla y León en estos momentos como Mañueco por el autoborrado socialista.
Llueve sobre mojado en este PSOE. Aún resuenan las quejas de hace años, cuando era secretario provincial Javier Izquierdo, porque en los tribunales les fijaban una cantidad que estimaban desproporcionada para personarse como acusación popular en la 'Perla Negra', el juicio que desde hace semanas trata de verificar si hubo corrupción en el alquiler, primero, y la compra, después, del edificio de Arroyo que adquirió la Junta de Castilla y León para instalar servicios de Economía. Resulta que el pasado día 14 compareció como testigo en la vista oral quien presidía el Ejecutivo regional en aquellos tiempos, Juan Vicente Herrera, pero el representante de la acusación que ejerce el PSOE, ni una pregunta al expresidente. ¡Como para no salir silbando este de la sala de vistas!, como contaba Álvaro Muñoz en este diario en el arranque de la crónica de dicha comparecencia. Este miércoles tuvo que recuperar el interrogatorio a Herrera y el caso 'Perla Negra' el mismísimo Óscar Puente en una respuesta desde el banco azul del Congreso, pero no logró hacer el ruido que tendrían que haber hecho días antes sus correligionarios en la región.
Tras la no presencia de Tudanca el martes en la tribuna de las Cortes y el silencio en el interrogatorio a Herrera, la pregunta es de cajón de tabla de madera de árbol: ¿Hay alguien al frente del PSOE de Castilla y León? La respuesta es clara y la dan los propios socialistas: 'Ni estamos ni se nos espera'. Y con el PSOE de Valladolid dirigido con mando a distancia desde la capital de España por su secretario provincial, ministro sonrisa del régimen sanchista y de todos los charcos tuiteros que se puedan pisar, es fácil concluir que no hay nadie tan feliz en la política de Castilla yLeón en estos momentos como Mañueco por la no oposición que tiene.
¿Feliz del todo? No. Resulta que cuanto peor le va a su socio Vox ('Gallaaaaaardo, Gallardoooo, si no sabes torear pa' qué te metes', suena en el partido de Abascal), cuanto menos se ve al PSOE y cuanto más incongruente es la política de Pedro Sánchez ante el independentismo catalán, en el PP de Valladolid, provincia en la que Vox mantiene diputado nacional, trabajan por amargarle la fiesta a su presidente regional. Hay codazos en el PP entre la capital y las Medinas y esta semana, la más grande del año a orillas del Sequillo, se espera movimiento en el merendero privado de ese empresario que tanto le marca la acción diaria al medio alcalde-medio senador de Valladolid, JJ Carnero.
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