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Y cuando entraron en febrero se dieron cuenta del grave problema del campo. Los políticos de Castilla y León, encabezados por el presidente Mañueco, seguido con los ojos vendados por el secretario regional, que no líder, del PSOE, Luis Tudanca, y con la muleta ... tan esencial como inexplicable de los del vicenada de la Junta García-Gallardo, se han encontrado en el tránsito a febrero con las protestas, serias, muy serias, de los agricultores. Y miren que ya se encargó el equipo del presidente de la Junta de asegurarle –en el aburridísimo enero que han protagonizado los políticos– una foto amable con los dirigentes de las organizaciones agrarias, encabezados por el eterno Donaciano Dujo, de Asaja, que ya va para un cuarto de siglo en el cargo.
De poco valió esa foto. Esta semana, los agricultores se han echado a las carreteras y calles. Con convocatorias espontáneas, dicen. «Sin sindicatos agrarios ni partidos políticos» –ojo al dato–, como le insistió a este cronista un exalcalde del PP. Ojo, que esta protesta le echa un pulso a las propias organizaciones agrarias como únicas interlocutoras de las administraciones públicas. El hartazgo en el campo puede llevarse por delante a más de un acomodadísimo dirigente agrario si en los próximos días no se calman los ánimos. Muchos de quienes han salido con su tractor a protestar acusan de pasividad a los Dujo, Palacín, González... Incluso al más que omnipresente en el sector desde tiempos inmemoriales Pedro Barato.
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Silvia G. Rojo
Silvia G. Rojo
¡Protestas al margen de las organizaciones! Desconcierto en Asaja, UPA y Coag. Confusión entre los del consejero Gerardo Dueñas. ¿De verdad? La primera gran aportación del nuevo delegado del Gobierno, Nicanor Sen, a la política regional ha sido culpar de estas protestas a Vox. Pero chocaría esto con el llamamiento de Dueñas a que se reivindique «a través» (sic) de las organizaciones agrarias. Dueñas es el único consejero de Vox en Castilla y León que puede salvar los muebles de los de Abascal en la Junta, aunque mucho va a tener que hacer para tapar la inacción del consejero de Toros, Gonzalo Santonja, (pobre Cultura), y 'Cazacomunistas' Veganzones, (pobre Industria, pobre Empleo)... El desconcierto es mayúsculo. Ahí está el Ministerio del socialista Planas haciendo equilibrios, no sea que con Pedro Sánchez volcado únicamente en salvar a Puigdemont y a todos los independentistas con la amnistía vaya a estallar en España una protesta como la de Francia.
Desconcierto en los despachos ministeriales y autonómicos. Desorientación (¿de verdad?) en las oficinas sindicales y patronales agrarias. Y la pregunta que empieza a golpear en los despachos oficiales: Si además de estas protestas por la crisis de costes y las restricciones normativas a los agricultores, en primavera no lloviera, ¿qué? Restricciones en Cataluña, quinto decreto contra la sequía en Andalucía...
Hace muy pocos días fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Valladolid Josep Borrell. ¿Qué pinta en este comentario, si es alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad? Releyendo la hemeroteca, se atisba alguna causa de que las reservas de agua sigan siendo 30 años después un elemento abundante en unas zonas de España y escasísimo en otras. El 27 de junio de 1994, Borrell, que era ministro, entregó a las autonomías un borrador de anteproyecto de Plan Hidrológico Nacional basado en trasvases desde las cuencas con más agua embalsada. Proponía llevarse una tercera parte del agua de los embalses del Duero. Juan José Lucas presidía Castilla y León y le sirvió en bandeja a José María Aznar un arma política para rematar la etapa de Felipe González en la Moncloa, por entonces sumido en escándalos de corrupción (Roldán, Mariano Rubio...) e impotente ante la acción asesina diaria de ETA. Borrell recogió cable, pero viendo los presidentes siguientes, se comprueba que ni el propio Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy ni hoy Sánchez han hecho algo por poner en práctica soluciones (ni vía los descabellados trasvases ni vía nada de nada) que eviten que la falta de agua en unas regiones acabe poniendo en jaque muchos proyectos de vida mientras, además, el cambio climático avanza al galope.
El 70% del consumo de agua procede del sector agrario y el 17%, del industrial. Si sigue sin llover, ¿alguien garantiza que no habrá una guerra del agua entre autonomías?
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