Óscar Puente y Jesús Julio Carnero. El Norte
La carta del director

El efecto Rashomon en Valladolid

«Esta semana hemos vivido el comienzo de uno de esos episodios, la disputa por la Alcaldía de Valladolid, que irá creciendo paulatinamente a lo largo de las próximas semanas»

Ángel Ortiz

Valladolid

Domingo, 15 de enero 2023, 00:41

AKIRA Kurosawa estrenó en 1950 una película, 'Rashomon', cuya historia ha servido desde entonces para dar nombre a un efecto, el «efecto Rashomon», utilizado en jerga jurídica y narrativa para resumir un comportamiento bastante corriente: que 'lo que ocurre' es muchas veces solo 'una interpretación ... de quien lo vive'. O sea, nada que ver con la realidad ni con su percepción, sino directamente con la experiencia personal. En el largometraje del cineasta japonés, la trama desarrolla el relato de un juicio por la violación de un bandido a una mujer y el posterior asesinato del marido, un samurái. Hasta el personaje fallecido aporta en la vista oral su versión de lo ocurrido, a través de una médium. Las tres analepsis de los protagonistas, la del supuesto asesino, la de la mujer violada y la del esposo muerto, son perfectamente verosímiles, pero al mismo tiempo contradictorias. De modo que es imposible hallar siquiera un mínimo de verdad compartida.

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Es lo que a menudo sucede cuando hay que explicarle a alguien la actualidad, muy particularmente la política: los periodistas y la opinión pública en general no siempre recibimos razonables perspectivas parciales, complementarias o con matices de los actores u observadores principales de cualquier episodio, sino directamente contradictorias. Eso sí, todas ellas impecables sobre el papel.

Esta semana hemos vivido el comienzo de uno de esos episodios, la disputa por la Alcaldía de Valladolid, que irá creciendo paulatinamente a lo largo de las próximas semanas. El miércoles conocimos quién encabezará la candidatura del PP, Jesús Julio Carnero. Así quedó definida la principal batalla que a nivel autonómico viviremos en las elecciones de mayo. Tras ella sabremos si el actual alcalde, Óscar Puente, continúa su tercer mandato con el bastón de mando o es el consejero de Presidencia de la Junta, procurador por Valladolid, exconsejero de Agricultura y expresidente de la Diputación de Valladolid y del PP de la provincia quien recibe el testigo de la ciudadanía. Aquí el efecto Rashomon viene dado por el hecho de que, inmediatamente, desde uno y otro partido se han formulado conjeturas sobre lo que ocurrirá y por qué el domingo 28 de mayo. Así, desde el entorno del PSOE se defiende, porque lo sienten de verdad, que Puente ganará de calle. Por conocimiento popular de su líder y por resultados previos y tendencia, principalmente. Carnero, líder de la lista del PP en la provincia de Valladolid, obtuvo en las autonómicas adelantadas de febrero pasado solo 2.000 votos más que en 2019 (de 46.000 a 48.000), pero siguió perdiendo frente al PSOE, a pesar de que los socialistas retrocedieron en el mismo tiempo de 60.000 a 51.000 votos. El proyecto de Mañueco y de Carnero, por tanto, cedió hace un año frente al de Tudanca y Gómez Urban en la capital. Pero lo más relevante es la tendencia de Puente: de 2015 a 2019, aumentó su base electoral de manera aplastante y pasó de 38.000 a 60.000 sufragios, mientras que el PP se dejó por el camino 10.000, de 60.000 a 50.000. Esto refleja un punto de partida bastante equilibrado, algo favorable al socialista. El actual alcalde no debería, sin embargo, caer en el triunfalismo. Queda por ver el alcance y contagio de las inercias demoscópicas nacionales, que ahora mismo no benefician al PSOE ni a Pedro Sánchez, en las grandes ciudades. Hay que ver cómo queda Valladolid Toma la Palabra, formación que seguramente necesitará. Y cuidado, Carnero es un político inteligente, trabajador y que dispondrá de toda la artillería del partido a escala local, autonómica y nacional.

Desde el otro lado del cuento, en el PP han despejado la incógnita, después de meses de incertidumbres, con la mejor opción posible, toda vez que el presidente provincial del partido, Conrado Íscar, se borró de ese proyecto hace tiempo. Íscar quiere repetir en la Diputación. Es cierto que Jesús Julio Carnero es quizás, por detrás de Mañueco, el mejor activo político del PP en la comunidad y su perfil institucional aportará estabilidad, serenidad y orden. Pero, nuevamente, solo con eso, solo con esa interpretación personal y vívida de los hechos, no puede darse por segura una victoria que, en todo caso, se prevé en suma con Vox. Porque Carnero debe armar su relato de alcalde y, en términos de credibilidad, la arriesgada decisión de aguantar en la consejería podría restarle rotundidad y claridad a su mensaje. El político zamorano debería poner por delante de todo a Valladolid y eso, lo miren como lo miren, difícilmente es compatible con las obligaciones de una consejería de Presidencia. Si acaso con el acta de procurador por Valladolid, pero no con una agenda institucional autonómica de primer orden. Puente va a usar, seguro, esa grieta para defender que lo primero para Carnero no es la ciudad, sino Mañueco. Jesús Julio Carnero, que llega tarde y forzado a la cita, debería entregarse absolutamente, en cuerpo y alma, a la candidatura, desde ya mismo.

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Quedan meses de agrios debates. Pues bien, desde El Norte de Castilla trataremos de contrarrestar todo lo que en este ámbito, como en todos los que abordamos con nuestro periodismo, pueda deberse a un engañoso efecto Rashomon… La campaña electoral ha comenzado.

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