Ferrero

Editorial: Los nervios de una moción

La guerra entre PP y Ciudadanos, tras la moción de Murcia y el adelanto electoral en Madrid, pone en riesgo el Gobierno de Mañueco

El Norte

Valladolid

Miércoles, 10 de marzo 2021

La moción de censura registrada en las Cortes de Castilla y León por el PSOE comenzó a tomar forma hace semanas. El primer medio que se refirió a ella fue El Norte de Castilla hace más de quince días y desde entonces ha protagonizado el ... debate político en la comunidad. Lo sucedido este miércoles no es, pues, ninguna sorpresa. Sí lo es el asombro y cara de susto con que algunas voces, dentro y fuera de los cuadros orgánicos regionales del PP y Ciudadanos, se han referido a ella. Menospreciando incluso con la burla la capacidad del PSOE, el partido que ganó las elecciones en 2019, de activar un proceso de cambio de gobierno –legítimo por otra parte–, azules y naranjas han desperdiciado un tiempo precioso para fortalecer la alianza que sustenta al ejecutivo de Alfonso F. Mañueco.

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Ahora Luis Tudanca, secretario general del Partido Socialista, defenderá un programa de gobierno en sede parlamentaria y buscará el apoyo de 41 procuradores para convertirse en nuevo presidente de la Junta. Pero ello ya no será, como hubiese ocurrido en otras circunstancias, un acontecimiento sujeto netamente a condicionantes locales o domésticas. Porque la moción se ha precipitado fruto de otra presentada por PSOE y Ciudadanos en Murcia y por el adelanto electoral en la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso.

Por eso ahora Ciudadanos ya es responsable directo, aunque no se sume a ella, de la moción de Castilla y León. El PSOE, temiendo que en Castilla y León se adelantaran elecciones como en la capital para abrir un nuevo ciclo legislativo de cuatro años, ha resuelto lanzar su propuesta sin apoyos claros. La moción no tiene muchos visos de prosperar, por tanto, pero quedan por delante largos días de negociaciones, nervios e incertidumbres nada positivas, por cierto, para la gestión de una crisis sanitaria y económica de proporciones históricas. Salvo que se dé un gesto rotundo y claro –y quizás ni así– por parte de la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que todavía no se ha producido, no es descartable que, fruto del conflicto abierto a nivel nacional entre PP y Ciudadanos, la tormenta política iniciada en Murcia acabe embruteciéndose hasta el extremo de provocar un cambio de presidente en Valladolid. Eso sí, después de esta moción, si Mañueco sigue en su despacho del colegio de La Asunción, el pacto PP-Cs acabará reformado en bastantes puntos, incluso acompañado de cambios en el Consejo de Gobierno.

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