García-Gallardo y Mañueco, felices tras ser aprobados los primeros Presupuestos del pacto PP-Vox.RUBÉN CACHO-ICAL
El aliento de Vox en la nuca del PP
LA ESPITA ·
Si la aprobación de los Presupuestos de Castilla y León para 2023 es la cara de la moneda para Mañueco, la cruz la encarnan el PP de Valladolid y la división que ha estallado con la falta aún del candidato a la Alcaldía
Quién le iba a decir a Alfonso Fernández Mañueco que sus mayores dolores de cabeza como presidente regional del PP se los iba a provocar hoy Valladolid, la plaza en la que se juegan a una carta las elecciones municipales del 28 de mayo. Tras ... ocho años de gobierno de izquierdas, con el socialista Óscar Puente a la cabeza, y habiendo 'quemado' como candidata a Pilar del Olmo, los populares llegan tarde y divididos a los prolegómenos de la precampaña. ¡Quién se lo iba a decir a Mañueco!
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El presidente de la Junta y del PP regional ya tiene aprobados los Presupuestos de 2023 (sainete incluido del error de PP-Vox al votar la Ley de Medidas). Dispone de dos años de tranquilidad política. «Hipotizando el futurible», que diría Felipe González en tan errónea como almibarada expresión, si Mañueco quisiera desprenderse ya de Vox y gobernar en solitario (¡qué tentación!) podría hacerlo porque tiene presupuestos. Un año de vigencia de éstos y la prórroga en 2024 si no consiguiera aprobar otros, le garantizan de facto llegar a 2025 como presidente de la Junta. «Coge el Gobierno y ya irás viendo día a día», le dijo Juan José Lucas a José María Aznar cuando en 1996 el PP tuvo que pactar con CiU y PNV. Mañueco cogió en abril la Junta, pese a ser el primero que metía a Vox en una institución autonómica, y ha sacado los presupuestos (sainete incluido del error de PP-Vox al votar la Ley de Medidas).
Pero que no cunda el pánico: no tiene pinta de que Mañueco esté tentado antes de las municipales a pensar en nada parecido a prescindir de socio. Bastantes dolores de cabeza le provocan los suyos como para meterse en más líos. Además, ¿dónde va a encontrar otra muleta en la que apoyarse tan idónea como los de Vox, con Juan García-Gallardo en punta de lanza? Por mucho que renieguen ambos, Ciudadanos y Vox tienen un punto común en esta tierra: hacerle el trabajo difícil a Mañueco. Los del partido naranja, hoy peleados por enterrar el cadáver de lo que en su día circuló con ínfulas de alternativa al PP, se encargaron desde la Consejería de Sanidad de degradar la Atención Primaria en los pueblos. La acción de la que fuera consejera ciudadanera del ramo, Verónica Casado, de infausto recuerdo para los pueblos y el personal de los consultorios, le vino de perlas al PP. Ciudadanos se abrasó a lo bonzo y la mayoría de sus escaños fueron a parar a Vox, excepto el testimonial de Valladolid que ocupa Francisco Igea, para que no se olvide que quien gestiona contra los administrados acaba expulsado del hemiciclo. Deberían tenerlo en cuenta 'Cazacomunistas Veganzones', Gerardo Dueñas y Gonzalo Santonja ahora que en el fin de año Vox exhibe como pieza de caza mayor la política antidiálogo social que practica esta Junta. Nunca sabremos si Mañueco, de haber gobernado en solitario, habría mimado tanto las relaciones con empresarios y sindicatos como en su día lo hizo Juan Vicente Herrera, pero lo que es cierto es que no se ha ocupado de coger el extintor contra la política de tierra quemada que ha aplicado Vox en esta materia.
Carnero, a la derecha, junto a Mañueco en las Cortes el pasado viernes tras el fiasco de la votación de la Ley de Medidas por el error del PP y Vox.
RUBÉN CACHO-ICAL
Lo importante de Mañueco para Mañueco es que gobierna ya con nuevos presupuestos. Por tanto, ¿feliz? Ni mucho menos. Llega a las navidades comprobando que hasta Vox se ha adelantado al PP en algo tan esencial como la elección de cartel a la Alcaldía de Valladolid. Que el partido de Santiago Abascal tenga ya designada a la jueza Irene Carvajal muestra que en la capital vallisoletana, la plaza de todas las plazas en las municipales de mayo, Vox le echa el aliento en la nuca a los populares. Ardían en la tarde del jueves los grupos de Whatsapp de éstos al conocer la noticia. Y, claro, el hecho de que el marido de la candidata sea, nada más y nada menos, que el presidente de Asaja en Valladolid, Ramón Alonso, ha encendido aún más los ánimos de unos afiliados como los del PP que siempre han mimado a esta organización agraria, a la que desde los tiempos de Lucas el PP considera casi suya. En 1991, Lucas fue presidente de la Junta con 5 procuradores que se habían integrado en las listas populares desde el brazo político de Asaja que era Solución Agraria Independiente (SAI).
Peor no lo puede estar haciendo el PP de Valladolid. Cada decisión que no adopta su presidente, Conrado Íscar, hunde un poco más sus posibilidades de seguir al frente del partido e, incluso, como candidato a la Diputación. Y la falta de apoyo de quien le puso en el puesto, su antecesor, Jesús Julio Carnero, empeñado hoy en que se le vea como mano derecha de Mañueco, está abocando a los populares a conformarse con encontrarse, en el mejor de los casos, la Alcaldía de Valladolid. La estrategia del PP pucelano (esa que se decide en un merendero de un empresario a orillas del Sequillo) es ya la de ir a las elecciones de mayo a ver si suena la gaita. Todo un riesgo porque Vox pesca en el caladero tradicional de votos del PP y la izquierda a la izquierda del PSOE irá a las urnas como una piña. Mañueco no gana para dolores de cabeza con los suyos en Valladolid.
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