Raquel confió a su entorno que con Pedro «estaba en el cielo o en el infierno»

Leonoticias informa de que la segunda sesión del juicio contra Pedro Muñoz ha contado con la declaración de personas cercanas a la víctima, quienes han afirmado que Raquel no tenía problemas con el alcohol y han reconocido ser testigos de insultos, desprecios o marcas en el cuerpo que el expolítico supuestamente propinaba a su exmujer.

El hermano de Raquel fue uno de los refugios de la víctima y en él confió algunas agresiones. «Nos contaba que la había agarrado del cuello y que usaba maquillaje para taparlo. También que la anulaba en reuniones de partido y que la llamaba de puta para arriba». En una cena de Navidad, Enrique reconoció en Muñoz a un hombre «al que no le gusta que le lleven la contraria». Él fue quien le informó del «accidente» en la finca de Toreno que se produjo tras una discusión por un programa de televisión.

Por su parte, su hermana Rocío estuvo presente en un episodio en el que Pedro «arrastró por las escaleras» a Raquel y oía como su hermana se quejaba. «Me contaba que con Pedro estaba en el cielo o en el infierno». Todo ello en basa a un «control» en el que la víctima no podía ni ejercer su trabajo como abogada y se tenía que esconder para poder ir a verla a Burgos.« Tenía miedo a las represalias».

Diferentes amigas de Raquel Díaz han pasado por la sala para confirmar el calvario que sufrió la exmujer de Pedro Muñoz. Todas han coincidido en lo «demacrada» que veían a la joven abogada, con pérdida de peso, episodios de insomnio y aislamiento de grupo. «Tenían muchas discusiones fuertes. Yo le vi hematomas una noche que estaba muy nerviosa y se refugió en mi casa a dormir», expuso Ana Belén, que también pudo leer mensajes en los que Pedro se dirigía a su mujer con frases como «hija de puta, ¿dónde estás?».

Esas peleas «muy subidas de tono y violentas» también se las trasladó a Inmaculada. En presencia de su amiga, Muñoz le dijo por teléfono: «Eres una puta y como puta que eres tienes que estar en la calle». Raquel en varias ocasiones avanzó su intención de cortar una relación «tóxica y peligrosa» y en la que no podía dar un paso «sin que él supiera dónde estaba en cada momento».

Lorena confirmó que la víctima tenía «miedo» en una relación «tormentosa y de idas y venidas» donde se encontraba vigilada. «Eran interrupciones constantes con llamadas», en cada ocasión que Raquel quedaba con amigas. «La anuló como persona y laboralmente».

Mismo argumento tuvo Cristina al reconocer en su amiga un vaivén emocional. «Tenía momentos de mucha euforia y otras temporadas de miedo y quererse separar». La testigo aseguró que Pedro «torturaba» a su exmujer y que ella le tenía miedo «a su poder y a que la vetara laboralmente».

Los últimos declarantes fueron la secretaria del despacho de Raquel, a la que no le constaba que la abogada tuviera problemas con el alcohol y que recogió comentarios de la víctima por el trato y los insultos de Muñoz. También intervino un amigo de Raquel al que pidió ayudas para una mudanza de su casa de Santo Tomás de las Ollas.

Además, Gustavo, el guardés de la finca, reconoció que fue el primero en llegar tras el aviso de Muñoz del «accidente» que había tenido su exmujer porque «se había caído». Fue en compañía de su esposa, Manuela, que «pasó la fregona» por el lugar de los hechos «porque le salió», no por orden de nadie.

La sangre se encontraba debajo de Raquel, que «salivaba y respiraba» en el momento en el que llegó el testigo. Posteriormente, llamó a Pedro en varias ocasiones «por interés» en el estado de Raquel. La sesión se cerró con esta declaración y se reabre este miércoles con nuevos testigos y presencia de la Policía Local de Toreno.