Juicio en León
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Raquel Díaz, sobre la brutal agresión: «Me dijo: 'zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?'»«Este señor a mí me rompió la vida». Así comenzó la declaración de Raquel Díaz en la Audiencia Provincial de León. La exmujer de Pedro Muñoz asistía en silla de ruedas a la sesión oral y testificaba como víctima de una brutal agresión ... que le generó casi una veintena de lesiones y la dejó parapléjica.
Su relación con el expolítico se iniciaba en 2016, cuando él aún estaba con su exesposa. Empezaron a vivir en Santo Tomás de las Ollas en 2018 y se casaron el 1 de diciembre de ese año. «El trato vejatorio fue durante todo el tiempo que dura la relación», sentenció.
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Los primeros avisos de lo que estaba viviendo se los dio a su hija en un mensaje de texto con un libro de Iñaki Piñoel, un escritor que habla de víctimas de violencia de género y psicópatas integrados. «Yo le expliqué así que era víctima de malos tratos con un psicópata integrado que no me dejaba en paz aunque no vivía conmigo». Cuando quedaba con algún cliente -ella era abogada-, él aparecía en el bar. «No pasaba nada allí, pero cuando llegaba a casa llegaban los palos».
Raquel Díaz apuntó que Muñoz la amenazaba diciendo «que estaba mal de la cabeza, que me iba a hundir en Ponferrada, que iba a matar a mi hermano, a mi hermana, a mis sobrinos y a mi hija y que no se me ocurriera nunca jamás dejarle porque iba a acabar conmigo».
Según la víctima, le pidió dinero para pagar la campaña electoral de 2019 y la dijo que «nada le haría tan feliz como poder casarse conmigo». «Caí en la trampa, me sentí tan enamorada que acepté», mientras que los invitados abonaban su regalo en una cuenta de partido para financiar la campaña. «Él me quitó todo lo que tenía».
Ella se comunicaba con familiares contándole lo que vivía y que han quedado registrado en, cartas, mensajes y llamadas. «Estoy destrozada. No sé qué hacer para que esto no ocurra y cuando pasa solo quiero morir», les manifestaba.
«Me prohibió ir al gimnasio, a fisioterapia, ver a mis amigas, quedar con mi familia… Me prohibió todo». Diferentes amigas recogen como testimonio las amenazas de Pedro Muñoz, según se recoge en la causa. La llamaba, ella ponía el manos libres y vertía insultos contra ella.
Estaba en el vestidor de su dormitorio cuando empezó todo. Ella estaba preparando la maleta mientras él quería cenar. Él subió a la habitación y la preguntó «qué cojones estaba haciendo». Y le dijo que se iba. «Se puso como un energúmeno y fue cuando me dijo que la única manera de librarse de él era muerta».
Raquel también narró cómo vivió la agresión que la dejó parapléjica: «Me agarró con su mano derecha, me golpeó con la izquierda en el ojo. Para no caerme, que me levantó en la terraza, me agarré al brazo y tenía las uñas largas para que no me soltara. Me lanzó contra el pozo y resbalé por el suelo. Salió de la casa y me decía: 'Zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya? ¿Te has enterado de que la única forma que tienes de librarte de mí es muerta?'». Una vez le tomó el pulso y comprobó que estaba viva «me arreó un golpe en la cabeza con un bate, me dio en los brazos, en las piernas, en las costillas. Me dejó en muerte cerebral. Me dijeron que todos los golpes que tenía eran incompatibles con un solo hecho», plasmó en su duro relato.
Ingresó en el hospital con muerte cerebral y la dieron por muerta en dos hospitales. «Me arrastró por tres escaleras por las piernas». También afirma que en una galería la tumbó y le puso en la cabeza un cojín. Allí fue asistida por el 112.
Las pesadillas que padeció en la UCI le hicieron «como un puzle» para encajar todo lo que ese día ocurrió.
Sobre sus supuestas adicciones al alcohol, que Muñoz narró en su declaración, la víctima asegura que «tomaba una caña cuando salía a cenar o con las amigas y nada más».
La amenazaba con que conocía a mucha gente y que las cosas se hacían como quería él. «El 112 estaba ordenando cosas que no tenía capacidad para hacer, y la Policía Local estaba bajo sus órdenes».
«Estoy postrada en una silla de ruedas y encerrada con ancianos y pacientes psiquiátricos», reconoce Raquel sobre su experiencia vital actual.
Durante su intervención, la hija de Raquel afirma que su madre tenía «anulada la voluntad» y que se encontraba «atrapada» a nivel psicológico. «Era una mujer totalmente anulada».
Además, no le consta que su madre tuviera problemas con el alcohol. «Yo pronto me di cuenta de que era un maltratador y no quería ni verle. Tenía a mi madre controlada, la llamaba varias veces cuando quedaba conmigo».
La joven aseguró que su madre tenía «anulada la voluntad» y que estaba «atrapada» a nivel psicológico. «Era una mujer totalmente anulada». Del mismo modo, no le constaba que su Raquel tuviera problemas con el alcohol. «Me di cuenta desde el principio de que era un maltratador -Pedro Muñoz- y no quería ni verle. Tenía controlada a mi madre y cuando quedaba con ella la llamaba varias veces», matizó.
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