Un oso mata un ternero de 220 kilos en León y acaba con siete colmenas

Los pueblos de la montaña de León siguen recibiendo nuevos vecinos. El aumento de los osos ha generado que ocupen nuevos territorios en los que antes no estaban presentes e, incluso, que se atrevan a traspasar líneas que ocupan los habitantes de las aldeas, según apunta Leonoticias.

San Feliz de las Lavanderas se suma a una larga lista de pueblos afectados por los destrozos de osos, esta vez, no solo en campos, que también, sino incluso en ganaderías.

Gonzalo Hernando y Patricia Hernando forman una titularidad compartida de explotación agraria que se divide en dos campos cercanos.

La pareja, en los últimos meses de verano, ha sufrido varios ataques de lobo. Pero, lo que realmente les ha sorprendido es el ataque de un oso a uno de sus terneros. El animal herido, de más de 220 kilogramos de peso, acabó perdiendo la vida por las heridas generadas. «Tenía las zarpas del oso marcadas por todo el cuerpo», asegura el hombre. Una situación «inusual» y que nunca habían vivido con anterioridad.

Ángel Blanco, presidente de la junta vecinal asegura que los osos no frecuentaban la zona y que, no se trata de un unico animal ya que, por los alrededores del pueblo, se avistó una osa con dos oseznos. «Van a empezar a formar parte del entorno porque se han reproducido y eso genera que se vayan a quedar aquí», explica.

El presidente también ha sido víctima de dos ataques, esta vez en sus colmenas. El 22 de agosto sufrió un ataque en tres de ellas, algo que, dos días después, volvió a repetirse esta vez sumando cuatro. «He puesto cámaras y un pastor para evitar que el oso vuelva a entrar y, de momento, parece que está funcionando», asegura.

La situación se ha repetido en varias ocasiones a diferentes vecinos de la localidad. Árboles con fruta, plantaciones de lechugas y otros frutos son algunas de las delicias que los osos se permiten a escasos metros del pueblo. «Los osos de momento no han entrado mucho a las calles, pero no descartamos que comiencen a hacerlo», asegura Blanco.

Sin previos ataques de osos y «desconcertados» por la situación, los vecinos han decidido esperar a que pasen las semanas y dejar que los osos vuelvan a su lugar.

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