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Olvídense, lo de «se busca bajista para una banda» o los comienzos en una sala de ensayos de mala muerte ya no se llevan. Hoy la música va en otra dirección, no es mejor ni peor, solo diferente. «Ahora desde tu casa, con un ordenador, unos auriculares, una tarjeta de sonido y un micrófono puedes hacer magia», apunta Marcos Fernández.
Este leonés, también conocido como Kynni, es un artista emergente que en la última edición del Monoloco conquistó 15.000 espectadores. Según informa Leonoticias, sus comienzos en la música forman parte de la actual normalidad. Un hobby al que le dedicas muchas solitarias horas antes de sacar los primeros temas que tan solo escuchan tus amigos pero poco a poco el proyecto va creciendo. «Vas viendo que a la gente, sobre todo la más cercana, le va gustando y si le gusta a la gente que te rodea vas tirando para adelante y así ha sido hasta el día de hoy, que en el último año se ha acentuado un poco más», explica este músico.
La tecnología y sobre todo plataformas como google o youtube facilitan la tarea, pero no se engañen hay un gran trabajo detrás. «Hay muchas más facilidades que anteriormente, pero yo creo que la gente no valora el esfuerzo y el proceso que lleva todo esto, porque nos lo curramos mucho», afirma este músico.
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Para que este tipo de proyectos florezca hay otra figura clave, el productor. En este caso, desde un pequeño local situado en la calle Suero de Quiñones, Navan se encarga de mezclar todas las pistas que dan lugar al tema final.
Conoce bien como funciona la actual industria musical, que resume con una frase, «mejor hecho que perfecto». «Hoy en día, hay que ser genuinos, tener algo que llame la atención por algo. Hay muchísimas cosas de todo y yo creo que lo que más llama la atención es lo que triunfa, no porque sea mejor. Al final, en un mar de cosas tiene que saltar una gota un poco más alta para decir: -Ah, vale-, y que lo pillen los algoritmos, es como el ojo de Sauron, del Señor de los Anillos, funciona un poco así», manifiesta.
Pero lo algoritmos están en continuo movimiento, lo que hoy lo peta en muy poco tiempo será antiguo. «Ahora mismo, en el top que más canciones pega puede que sea Bad Bunny y un álbum le dura un mes y medio; antes, yo recuerdo de comprarme un CD que durante todo el año estaba sonando en el coche», explica Navan.
Un estilo que ya es mainstream por lo que poco a poco ha abandonado la línea rompedora para pasar a un formato más cuidado. «Hemos pasado un momento punky total, en el que el directo era precisamente ponerte en un escenario decir cuatro chorradas y poner tu canción de fondo. Eso ya empieza a cansar un poco, incluso a la gente que ha crecido con esta música, y ya se está pidiendo más calidad en los directos», sostiene este productor leonés.
De la misma manera que las guitarras eléctricas atronaban a las clásicas, ahora los sonidos pregrabados disgustan a las tradicionales bandas. Y en un futuro esta música aborrecerá a la que todavía no ha llegado. Porque si algo está claro en la música es que cada generación busca diferenciarse de la anterior.
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