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Imagen de una de las calles del Pueblo Mágico de la provincia de León.
El antes y el después del Pueblo Mágico de la provincia de León

El antes y el después del Pueblo Mágico de la provincia de León

La pequeña localidad de 16 habitantes ha experimentado importantes cambios en los últimos 33 años que le han permitido convertirse en uno de los puntos más visitados en la provincia

El Norte

Valladolid

Miércoles, 5 de febrero 2025, 11:03

«El cambio es bestial». El Pueblo Mágico de la provincia de León no es ni la sombra de lo que fue. Cuando todo apuntaba a su desaparición, la pequeña localidad de 16 habitantes inicio hace 33 años un camino sin retorno que le permitió resurgir de sus cenizas y convertirse en lo que es hoy, una de los enclaves más visitados de la provincia.

«Han sido muchos años de trabajo y, sobre todo, que cuando se empezó con todo esto del único turismo que se hablaba era del de playa, no había otra cosa», destaca el pedáneo, Ricardo Vila. De su mano, el Pueblo Mágico de la provincia de León renació obrando así su particular milagro.

El nació en San Facundo, donde ha vivido y vive y donde siendo minero comenzó a colaborar con su antecesor, Manuel Díaz, un hombre hoy con más de 90 años que reside todavía en la localidad. «Era un gallego que se casó en el pueblo, trabajó mucho por él, pero era una persona que trabajaba más desde la fuerza bruta, pico y pala, porque no tenía forma por aquellos tiempos, no tenía carné para desplazarse, no tenía posibilidad de moverse y era de los que había que hacer un reguero a pico y pala, que era un trabajo buenísimo pero llegó un momento en que yo veía que aquello no era suficiente, que había que darle un cambio», apunta Vila.

Según informa Bierzonoticias, en el año 1983, Ricardo trabajaba como picador en Navaleo y junto a su hermano decidió abrir un restaurante en el pueblo. «La gente nos decía que estábamos locos, abrir un bar donde no había gente», recuerda. Pero ellos creían firmemente en el potencial turístico que tenía la localidad y eran de los que pensaban que «la mina iba a tener una decadencia importante, nunca nada parecido a lo que ha sido», resalta el pedáneo.

Los primeros pasos

Arrancaron el negocio y en 1990 recuerda como el Consejo Comarcal del Bierzo publicó el primer folleto de rutas turísticas de la comarca bajo el epígrafe 'El Bierzo a pie'. En ese momento «ya hice lo posible para que incluyeran el trazado de San Facundo al Pozo de las Ollas», una ruta que hoy es visible para cuantas personas visitan el pueblo dado que su imagen es una de la icónicas el pueblo que ilustra la fachada lateral de una casa situada delante del bar.

El pedáneo logró su objetivo pero cuando el recorrido se publicó en el folleto promocional editado por la institución comarcal «me dí cuenta de que era inaccesible», señala, «evidentemente no se había ido a visitar», remarca. Ricardo Vila junto a dos hermanos «y otras dos o tres personas» no lo dudaron un momento y armados de la herramienta necesaria «nos fuimos un día a limpiar la ruta para que se pudiera subir y bajar por ella», explica. Un recorrido de ida y vuelta de doce kilómetros que completaron desbrozando y limpiando.

2020

Imagen después - Vista aérea de San Facundo.

1980

Imagen antes - Vista aérea de San Facundo.
Vista aérea de San Facundo.

«Desde ahí siempre trabajando en esa línea», apunta el presidente de la Junta Vecinal de San Facundo. Fue entonces cuando decidió implicarse de lleno en asentar las bases del nuevo rumbo del pueblo, su pueblo, tomando el relevo a su antecesor para darle un giro de 180 grados a un futuro que parecía nada halagüeño, quizá «con una idea que yo tenía demasiado avanzada para los tiempos que corrían» pero que al final los años le han dado la razón «sobradamente».

«Siempre dije que quería hacer de San Facundo una ciudad sin dejar de ser pueblo y la gente se reía», relata. Un propósito que en su cabeza tenía claro. «Se trataba de dotarlo de todos los servicios posibles para garantizar una calidad de vida cómoda y buena para todos los habitantes», explica Vila, incluso de algunos «que cuántos quisieran tener».

En este sentido, echando la vista atrás entiende que siempre han ido «por delante de las circunstancias y las situaciones», siempre con la idea de «querer mejorar, a pesar de que teníamos pocos recursos, de que era muy difícil», por lo que «para mi tiene mucho más valor llegar donde estamos llegando», remarca.

Del barro al asfalto

El proyecto de San Facundo arrancó sin apenas recursos y así siguen hoy en día «porque lo que tenemos y nada es lo mismo», apunta Vila, con tan solo 9.000 euros de presupuesto anual que maneja la Junta Vecinal. Pero de ahí también el valor de la perseverancia y de seguir adelante luchando por su objetivo a pesar de las dificultades.

«Iba consiguiendo sacar del Ayuntamiento cosas, tuve la oportunidad durante muchos años que antes en la Junta había un programa de Hábitat Minero en el cual entraban las juntas vecinales y se financiaban las obras al 90% y nos dio muchísimas posibilidades», explica el pedáneo.

2024

Imagen después - Calle principal de San Facundo.

1976

Imagen antes - Calle principal de San Facundo.
Calle principal de San Facundo.

Unos trabajos en los que se implicaban todos los vecinos que podían, teniendo en cuenta que la mayoría eran gente mayor. Vila recuerda como en una ocasión el ayuntamiento acometió las obras de asfaltado de un tramo de calle. Fue en el año 1996 y los vecinos pagaron entonces 4.000 pesetas de contribuciones especiales el metro lineal. «Yo viendo aquello me planteé: si tenemos que esperar a que el ayuntamiento nos pavimente todo el pueblo nos vamos a ir muy largo en el tiempo», asevera Vila.

Contando con que era una obra necesitada por el pueblo y en vista de que podía prolongarse en el tiempo decidió preguntarle a los vecinos si estaban dispuestos a pagar 4.000 pesetas metro lineal «para que todos fuéramos iguales por compensación». Se unieron con una piña y con el apoyo de todos «empezamos a pavimentar el pueblo», indica el pedáneo. Algo que consiguieron en cuatro años. «Fui sacando obras del Hábitat Minero todos los años y como todo el mundo pagaba esas 4.000 pesetas era lo que nos permitía ejecutar esas obras y adelantar en el tiempo la pavimentación de las calles», asevera.

Soterramiento del cableado

A partir de ahí el despegue de San Facundo empezó a rodar. De forma previa, ya en el año 92, «habíamos abierto todo el pueblo para meter el cableado soterrado», explica el pedáneo, todo ello «cuando no se hablaba de soterrar en ningún sitio», subraya, y cuando incluso el mismo técnico de la compañía eléctrica llegó a decirle «que era imposible, que se podía», a lo que respondió que o el proyecto era soterrado o no era. Y lo consiguieron.

Para ello el propio Vila viajó a Madrid, a las oficinas de Unión Fenosa, con un planteamiento «que no le había hecho nadie en ningún sitio» y con una propuesta muy particular. «Yo quería soterrar los cables pero no le pedía que me hiciera la obra sino que me facilitaran el material y el trabajo se la hacía yo con las subvenciones que conseguía». Así, lograron que tanto Telefónica como Unión Fenosa aportaran toda la tubería y las arquetas lo que le permitió ponerse manos a la obra.

2024

Imagen después - El Pueblo Mágico de la provincia de León fue pionero en el soterramiento del cableado de luz y telefonía.

1986

Imagen antes - El Pueblo Mágico de la provincia de León fue pionero en el soterramiento del cableado de luz y telefonía.
El Pueblo Mágico de la provincia de León fue pionero en el soterramiento del cableado de luz y telefonía.

«Son cosas que parecen increíbles pero son ciertas, ahí están», apunta el pedáneo de San Facundo. Animado por los avances después llegó la playa fluvial y en 2004 la carretera de acceso al pueblo. Junto a ellas las nuevas redes de abastecimiento y de saneamiento. También aquí fueron pioneros a la hora de hacer el tratamiento de agua con rayos ultravioleta sin cloro, gracias a una ayuda del Plan E del Gobierno socialista de Zapatero.

Se trataba de una actuación que llevaba a cabo un multinacional estadounidense que exigía que se abonaran los materiales en el momento de solicitarlos «y nosotros dependíamos de una subvención», recuerda Vila. «Hablé con el empresario, le expuse el tema y me dijo que no me preocupara, que su empresa asumía el cargo hasta que llegaran los fondos», resalta. Por ello tiene claro que en este camino «no solamente es el que quieras, es el que encuentres estos apoyos porque sino es imposible, no llegas».

El nuevo acceso y la playa

Luego llegó el Plan Miner de donde salieron los fondos para poder acometer las obras de la playa fluvial y la carretera, «posiblemente el pueblo que con diferencia más inversión se llevó de los fondos Miner», reconoce Ricardo Vila.

Y todo eso gracias a un nombre propio, el del entonces Secretario General de la Federación de Industrias Afines (FIA-UGT) en el Bierzo, Manuel López, que en ese momento forma parte de la Comisión Regional de Minería. «Me conocía, había estado en San Facundo, había contado mis proyectos, lo que pretendía, y fue mi valedor para poder lograr esos fondos, yo creo que esas cosas no se pueden olvidar a pesar de que ya no esté porque imagino que compromisos es lo que le sobraría», subraya.

2022

Imagen después - Playa fluvial de San Facundo.

2003

Imagen antes - Playa fluvial de San Facundo.
Playa fluvial de San Facundo.

Recuerda Ricardo Vila que en un receso de una de la reuniones de la Comisión Regional de la que López formaba parte le llamó para decirle que «solo había podido conseguir 350.000 euros para la playa, si me llegaban, y le dije vamos a ver Manolo, si no tengo nada». Fue la primera inversión en la playa fluvial y la zona de acampada. «Entonces ese agradecimiento siempre está ahí», remarca.

La carretera ha sido para la Junta Vecinal posiblemente la obra «de mayor transcendencia porque sin ella aunque tuviéramos todo lo otro no tendría viabilidad porque con la cantidad de coches que llegan a San Facundo sino tuviéramos carretera por dónde los metíamos o donde aparcaban».

2024

Imagen después - Carretera de acceso al pueblo de San Facundo.

2003

Imagen antes - Carretera de acceso al pueblo de San Facundo.
Carretera de acceso al pueblo de San Facundo.

El despegue turístico

Con infraestructuras y servicios en marcha, San Facundo decidió dar el salto promocional a nivel turístico en el año 2016 con la presentación de su primer video en Fitur. «Ahí fue donde nosotros empezamos el despegue y donde me di cuenta de una vez por todas que cuando quieres poner en valor algo siempre tienes que buscar el mejor lugar y qué mejor sitio que Fitur», explica el pedáneo. Unas imágenes que se proyectaron durante tres días «en bucle, desde que empezaba Fitur hasta que terminaba», indica.

Un primer e importante paso que se consolidó al 2017 como el año de no retorno donde el nombre de San Facundo empezó a brillar más allá de las fronteras comarcales, todo ello a base de cariño, ilusión y, sobre todo y por encima de todo, de realidad. Tres propósitos con los que Ricardo Vila se entregó para difundir toda su riqueza y potencial. Este es el único secreto, además de trabajo y constancia. «Es lo que a gente le engancha, porque yo puedo ir a Fitur y contar 50.000 milongas y quedar como un señor pero luego si la gente viene y no lo encuentra los engañados no son ellos, eres tú».

A su promoción turística se suma el Encuentro Gastronómico y Cultural de la Trucha, que sin desmerecer al botillo como embutido rey de la comarca, buscó también en el plato su elemento diferenciador. Celebró su primera edición en 2018 con 250 comensales «un éxito tremendo», remarca Vila, que a día de hoy sigue manteniendo.

2020

Imagen después - Aparcamiento de autocaravanas.

1990

Imagen antes - Aparcamiento de autocaravanas.
Aparcamiento de autocaravanas.

El Pueblo Mágico de la provincia de León cuenta ahora con 16 habitantes una cifra que queda lejos del medio centenar de vecinos con los que arrancó su despegue. «La población ha ido bajando pero como contrapartida todo se ha ido arreglando y la gente regresa en distintas épocas del año, es decir, el pueblo tiene vida», destaca el presidente de la Junta Vecinal, artífice de situar a San Facundo en el mapa nacional e internacional. «Hay muy pocas casas que no estén arregladas, muy poco también a la venta y si se vendiera lo quitarían de las manos», reconoce.

San Facundo por el mundo

33 años después Vila sigue aún más implicado si cabe que al comienzo. No se cansa, «porque crees en lo que haces, porque sientes pasión por ello y porque no tienes ningún interés personal, aunque a veces haría falta mucho más, aunque a veces cueste llegar pero eres feliz con lo que haces porque te das cuenta de la repercusión que ese trabajo de esa manera tan altruista está teniendo a nivel mundial», insiste.

2024

Imagen después - Viviendas recuperadas en el Pueblo Mágico de la provincia de León.

1973

Imagen antes - Viviendas recuperadas en el Pueblo Mágico de la provincia de León.
Viviendas recuperadas en el Pueblo Mágico de la provincia de León.

El pedáneo es consciente de que el día que no esté no será lo mismo pero solo una visita por el pueblo permitirá constatar todo el trabajo realizado. «Aunque va a quedar todo muy organizado y va a ser mucho más fácil para el que venga detrás que pueda hacerlo también estoy convencido de que no va a ser lo mismo, San Facundo tiene una importancia brutal por lo que tiene, por lo que significa pero que nadie dude de que un porcentaje muy alto de San Facundo soy yo».

Un éxito que tiene sus mimbres. «La clave siempre está en creeer en lo que haces, en sentir pasión por ello y en que cuando tú estás haciendo un trabajo que para otros es un esfuerzo y un sacrificio para ti es una satisfacción porque disfrutas con lo que haces. Para mi lo es», concluye Vila.

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