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A partir de 1925, fue su sobrino, Antonio Díaz Guerra quien continuó con su legado, lo amplió y lo llevó a ser conocido mundialmente, llegando a tener sucursales en La Habana y en La Coruña. Antonio Díaz Guerra elaboró licores, vermouth, refrescos, ponches y hasta una bebida sin alcohol.

Este berciano adelantado a su tiempo fue pionero en la Comarca en utilizar la publicidad para vender sus productos. «El sobrino de Antonio Guerra, que es con la persona que siempre hemos tratado nosotros, se desplazó hasta Nueva York, allí ve como se están comercializando las cosas y trae muchas ideas. En 1940 pone un anuncio de Bodegas Guerra en la puerta del Sol de Madrid. Por aquel entonces, aquí nadie sabía lo que era el marketing y él ya lo manejaba», cuenta Ángel Gómez.

El dueño de uno de los bares de Cacabelos asegura que «mira si era un visionario que en aquella época las mujeres no iban a los bares porque no estaba bien visto, entonces él saca un licor dulce en un envase parecido a un botecito de colonia para que las mujeres bebieran en los bailes».

Bodegas Guerra explosionó de tal forma que hasta el gigante Coca Cola lo llevó a juicio. Antonio Díaz Guerra fue el creador de la famosa Cola York, una bebida que «era una zarzaparrilla a base de jengibre, anís estrellado, sacarosa de azúcar y canela» relata el presidente de la Cooperativa que también asegura que «esta bebida no tenía cola pero el sabor era muy parecido al de la Coca Cola».

Cola York empezó a comercializarse más allá de las fronteras del Bierzo, e incluso, del país. Fue entonces cuando Coca Cola demandó a Bodegas Guerra alegando que «el envase de la Cola York era similar al de Coca Cola. Ese pleito, después de mucho pelear, lo gana Antonio Díaz Guerra. Una de las razones por las que lo gana es porque la bebida no lleva cola. Por otro lado, durante el tiempo en el que Coca Cola lo demanda, él no puede seguir comercializando esa bebida por lo que le provoca pérdidas. Además, tras ganar el pleito tuvo que cambiarle el nombre de Cola York a Coli York. Nosotros a día de hoy tenemos las dos marcas registradas», cuenta Ángel Gómez.

«Lo que se cuenta en Cacabelos desde siempre es que Antonio Díaz Guerra contactó con un enólogo de Valencia para intentar hacer algo parecido a la Cocacola. Cuando creó Cola York empezó a exportar a Argentina y le empezó a quitar mercado a Cocacola. Este le puso una demanda por poner la palabra Cola en el nombre», cuenta el dueño de un bar de la villa del Cúa. «Cada vez que Cocacola le ponía una demanda en alguna parte del mundo, él tenía que coger un barco e ir al lugar con sus abogados».

Tras aquel pleito y a pesar de haberlo ganado, Bodegas Guerra quiebra en 1981. «A Antonio Díaz Guerra le empiezan a ir mal las cosas económicamente y se sucede en Cacabelos una disputa. Algunos bodegueros de la villa se pusieron en su contra y llega un momento en el que el banco de La Coruña, amenazado por los otros bodegueros, le suspende el crédito. Guerra se había expansionado mucho y no puede hacer frente a todos los gastos sin ese crédito por lo que entra en liquidación», explica el presidente.

El Juzgado nombra un liquidador y en esa liquidación, la Cooperativa Vinos del Bierzo de Cacabelos, fundada en 1964, compra todas las marcas de Bodegas Guerra, así como todo su patrimonio.

El presidente de la Cooperativa de Cacabelos confiesa que «tenemos la idea de recuperar esta bebida refrescante bajo el nombre de Cola York».

Dunpink es otra bebida refrescante que crea Antonio Díaz Guerra con sabor a naranja hecha de forma artesanal a base de fermentación, como se hace a día de hoy la limonada, pero sin alcohol y con el componente de la sacarosa.