El astronauta leonés Pablo Álvarez se gradúa y espera ya su primera misión al espacio

El niño que con 5 años miraba a la luna desde las montañas de Omaña ya está preparado para conquistar el satélite.

Pablo Álvarez es oficialmente astronauta de la Agencia Espacial Europea. La ceremonia de graduación de la generación del 2022 ha servido para colocar las 'alas de plata' al leonés, que se convierte así en el tercer astronauta español de toda la historia -siguiendo los pasos Miguel Pérez Alegría y Pedro Duque-.

La graduación se ha celebrado en Colonia, donde Pablo lleva más de un año entrenando, combatiendo condiciones extremas y estudiando minuciosamente diferentes conceptos vinculados con la astrofísica, según apunta Leonoticias.

Sophie Adenot, Rosemary Coogan, Raphaël Liégeois, Marco Sieber, la australiana Katherine Bennell-Pegg y el propio Pablo Álvarez han recogido los distintivos que les acredita como aptos para empezar a protagonizar misiones espaciales.

Tras el intenso año de entrenamiento, los astronautas han recibido la certificación y obtenían el pleno derecho a ser elegibles para vuelos espaciales.

Bajo el nombre 'Hoppers', elegida por los propios candidatos, la clase ha querido ser bautizada con el término que se refiere a su ambición para saltar en baja gravedad, comenzando las misiones en la Estación Espacial Internacional y prepararse para explorar la luna.

El parche fue colocado en el brazo del astronauta leonés, que también recibió en el pecho el emblema de la ESA, además de recibir el certificado en plata como nuevo miembro de la agencia. Las doce estrellas del parche representan a los 12 miembros de la reserva que también forman parte de esta generación, entre los que se encuentra la también leonesa Sara García.

Pablo tuvo la oportunidad de dirigir unas palabras para recordar su primera gran decepción espacial, cuando siendo un niño le dijeron que solo 12 personas habían logrado llegar a la luna. «En ese momento me di cuenta de lo difícil que era, pero también de que quería ser astronauta».

Su sueño quedó aparcado hasta que vio un post de la ESA en el que se convocaban méritos par un exigente casting en el que participaron más de 10.000 personas y del que Pablo, junto a su seis compañeros, fueron elegidos para este entrenamiento que ahora llega a su final.

Agarró la oportunidad y la aprovechó. Ahora, Pablo, el chico de León, está más cerca que nunca de llegar a la luna y llevar con él el origen leonés del que siempre presume.

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