«Hay que ir a por el 3-1», decía José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid y arengador de regidores del PP en un lunes de campaña atorrante. Le corrigieron, «3-2», porque en Valladolid se juegan cinco escaños para el Congreso. «Ya le ... quitaba 1 al PSOE», admitía con sorna. La cuenta es esa. 3-2 para PP-PSOE ó 2-2-1 para PP-PSOE-Vox. Y un 3-2, calculan los populares, tendría como traducción que Vox pasara, casi seguro, de 6 diputados a 0 en Castilla y León. Oxígeno para el PP a nivel nacional, triunfo incontestable en su territorio fetiche y aire de mando en plaza para Alfonso Fernández Mañueco frente a su socio de Gobierno.
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Así que la visita de Martínez Almeida y de Borja Sémper, portavoz popular, buscó centrar el mensaje, enviar las directrices para captar votantes más allá de la derecha a la derecha, y orillar a Vox. Narciso Michavila, de la consultora GAD3, hablaba de la posibilidad de alcanzar 160 escaños para el PP en una entrevista en la COPE, mientras en su último tracking para Vocento lo situaba ya en una horquilla entre 148-153. Y, sobre todo, explicaba en este último sondeo que el PP captaba votos de Vox, pero también del PSOE (un 8%).
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Sémper comenzó el día con una reunión con representantes de la cultura. El hoy portavoz suena como ministrable en caso de Gobierno de Feijóo. Y la cultura es una de las áreas preferidas por su socio en Castilla y León (incluidas Valladolid y Burgos) o Comunidad Valenciana para plantear su batalla ideológica. «Independientemente de a quién votes, a quién reces, a quién beses, tienes exactamente los mismos derechos que tu vecino. Queremos un país en el que cada cual pueda pensar como le venga en gana y desarrollar un proyecto vital en función de lo que considere», enunció Sémper en su intervención ante la prensa y los alcaldes y candidatos populares. Una frase-caña para pescar en el centro y la izquierda del electorado. En la misma línea habló de los pactos de Estado, «seis», que Feijóo ha ofrecido a Sánchez. Uno de ellos, el «pacto territorial», habla de «fortalecer la España de las autonomías». Otro sarpullido en la piel antiautonómica de Vox, partido que propugna el regreso al centralismo. Y hurga Sémper: «Nosotros estamos encantados de vivir en un país plural, felices de vivir en una tierra en la que hay gente que piensa de manera diferente. Lo que queremos es unirlos. Por eso a nosotros, ni a nuestra izquierda ni a nuestra derecha nos condiciona nadie. Queremos ensanchar nuestro espacio político».
Sémper pertenece al PP que dormiría mejor sin Vox -como Sánchez dixit de Podemos-. Y en esa tarea se afana. Enfrente, las directrices no dejan lugar a dudas. Vox exigirá la representatividad, en el Gobierno, que le otorguen las urnas. Y eso está tasado desde las autonómicas de Castilla y León desde 2022. Agricultura, Industria y Cultura y una Vicepresidencia. Han sido los puntos de partida en cada territorio a negociar. «Apelamos a ciudadanos que en el pasado han podido votar a otras opciones políticas porque se enfadaron con nosotros o porque creyeron que esas otras formaciones políticas que decían tener las respuestas a sus problemas». Más claro, imposible.
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A Martínez Almeida le dejó la arenga a la tropa, el mensaje para que los alcaldes se metan en la faena de campaña. Porque están cansados después de su propia campaña electoral, de negociar pactos en algunos casos y de comenzar a gobernar. «El 90% de la provincia tiene un alcalde del PP», volvió a presumir Conrado Íscar ante el alcalde de Madrid, que repitió la cifra. «Los políticos más cercanos, que somos los que estamos en el ámbito municipal, tenemos una responsabilidad especial. Tenemos la capacidad, en una campaña tan especial y tan difícil, de poder llegar hasta el último de los vecinos», dijo el regidor madrileño. Porque hay que convencerles de que hagan campaña por dos números 1 que tienen asiento en el Ayuntamiento de la capital, Mercedes Cantalapiedra (Congreso) y Jesús Julio Carnero (Senado). Esto último no ha tenido buena venta en el PP de Valladolid. Así que Almeida trató, una vez más, de adobarlo convenientemente con el soterramiento, que ha revivido como argumento electoral. «En Valladolid saben que van a tener un candidato por el Senado al que le va a dar igual que Alberto Núñez Feijóo sea presidente con tal de que haya soterramiento de las vías. No se va a callar -aplausos del público-, para Jesús Julio por encima de las siglas del PP está Valladolid y están los vallisoletanos, y el proyecto prioritario sin lugar a dudas es el soterramiento».
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