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«Venga, vamos allá». Un sorbo de agua y al grano después de una mañana de reuniones de autocrítica y reflexión con los pesos pesados del PSOE en Castilla y León. Luis Tudanca, más calmado que en la noche electoral, anunciaba su continuidad al frente ... del proyecto socialista en la comunidad. «Como me pasa muchas veces, no siempre tengo claro qué hacer, a veces tengo dudas de cuál es el camino a seguir. Pero después de estos dos días y del respaldo recibido quiero empezar diciendo que sigo en pie como responsable del PSOE de Castilla y León y liderando este proyecto político. No voy a fallar al PSOE de Castilla y León».
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El agotamiento de la campaña, apenas mitigado por el sábado de reflexión, siempre tenso, se unió al shock emocional que supuso bajar al vestíbulo del hotel con los datos de la derrota en la mano y encontrarse abrazos, gestos de cariño, un aplauso prolongado de los suyos a pesar de los rostros de abatimiento. Y en ese punto Luis Tudanca pareció despedirse, siete años y medio después y apenas 79 días más tarde de renovar su liderazgo en el PSOE autonómico, de su cargo. Pasado el primer impacto, la realidad impone que siga adelante porque el momento, de nuevo, es crítico.
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Lo primero es ver cómo se deshace el nudo de la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. Y ahí, ese fue el otro anuncio de Tudanca: no habrá favores del PSOE. «Nosotros ya tenemos un cordón sanitario frente a la extrema derecha, siempre lo hemos tenido. No tenemos nada que demostrar. Pero el PP, en 2019, tras la victoria del PSOE, siendo la segunda fuerza, ni siquiera se planteó la posibilidad de que el PSOE gobernara esta tierra [como partido más votado], pactó para que no lo hiciera. El PP ya gobierna con la extrema derecha en Palencia, Aranda de Duero, El Espinar… Ya gobierna en este país con la extrema derecha, bajo su exclusiva responsabilidad y sin que nadie le obligara a hacerlo», aseveró.
Una posición corroborada luego por el secretario general de los socialistas y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que le espetó la misma línea roja al senador Javier Maroto aprovechando que pasaba por el Senado una pregunta sobre la Ley de Movilidad Sostenible. «Si quiere pedir la abstención al PSOE explique por qué quiere la abstención del PSOE en Castilla y León. Porque si explica que la ultraderecha es un peligro para la democracia, a lo mejor nos podemos entender. Si explica que hay que poner un cordón sanitario a quien cuestiona los derechos de las mujeres o del colectivo LGTBI, a lo mejor nos podemos entender. Pero haga una cosa previa: con todos aquellos que pactan con la ultradercha en Madrid y fuera de Madrid, dígales que rompan sus acuerdos con la ultraderecha».
Así que esa sería la condición 'sine qua non' para que el PSOE se replanteara su postura. Que el PP abandonara todos los pactos presentes y futuros con Vox en todas las instituciones. Casi un brindis al sol, en vista de las reacciones de Isabel Díaz Ayuso o del propio Alfonso Fernández Mañueco. «Que el PP quiere pactar con Vox, que no tiene ningún pudor. No tengo ninguna duda, están intentando vestirlo, si lo tienen casi hasta repartido. Lo único que han aprendido es que no le dejarán la portavocía a nadie que no sea del PP», señaló con sarcasmo Tudanca, recordando al ya exportavoz Francisco Igea, de Ciudadanos.
Al fondo, entre los periodistas, apoyaba la intervención de Luis Tudanca su número dos, Ana Sánchez. Aplaudió agitando las manos, como se hace en el lenguaje de signos, cuando acabó la alocución inicial. Casi un remedo del gesto que en la noche electoral le dedicó un hombre cuando se dirigía al micrófono, haciéndole señas para mantener la cabeza alta. «Mentiría si le dijera que no he valorado dimitir», admitía el secretario general de los socialistas en la región. El lunes fue día de mensajes y llamadas. El martes por la mañana, de baño de realismo. «Quienes llevan en esta tierra mucho tiempo ya me conocen y saben que acostumbro a decir lo que pienso y la reflexión del domingo era sincera. Y tenía que hablar con mis compañeros. El apoyo unánime del partido y la necesidad y la convicción de que este partido sigue siendo tremendamente necesario aquí y fuera [me llevan a seguir]», aseguró.
A eso hay que añadir la posibilidad, por pequeña que sea, de que PP y Vox no alcancen un acuerdo, o que el PP no consiga entenderse con los minoritarios y no se forme Gobierno, lo que desembocaría en una nueva convocatoria electoral para el verano. Y aún más. Las elecciones municipales se vislumbran ya a un año vista, y hay que componer candidaturas para mantener ayuntamientos clave que, en vista de los resultados cosechados por Vox y su suma con el PP, pueden verse en riesgo para el PSOE. Así que los socialistas han decidido conservar lo ganado, que son 28 escaños y un resultado que los ha dejado a apenas «veinte mil del PP», como admitió Tudanca. «Estamos en empate técnico, nos hemos quedado a apenas veinte mil votos del PP, pero el que tiene la responsabilidad es el señor Mañueco, que nada nos ha dicho hasta ahora», señaló el dirigente socialista.
De momento, la «reflexión» por los resultados obtenidos sigue abierta, asumió Tudanca. «Es evidente que hay muchas cosas que mejorar, esa reflexión tendremos que seguir haciéndola durante las próximas semanas».
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