San Millán rechaza ser «el aparcamiento de Segovia» y urge más mantenimiento

San Millán mantiene el pulso sentimental de los segovianos. Su cifra de empadronados se sitúa en 2.224 y permanece estable desde hace más de una década. Si bien es cierto que experimenta una ligera caída del 4% desde 2009, el dato resultante del cierre de 2022 es positivo. La edad media es alta y, ante ello, los vecinos velan por la tranquilidad en un entorno fundamentalmente residencial.

«Es una zona céntrica, muy visitada por la gente de fuera, no entendemos su abandono», critica María García, vocal de la Asociación de Vecinos. A su juicio, el mantenimiento de las aceras, calzadas y parques es una cuestión pendiente que centra las demandas de los residentes. La portavoz ejemplifica con la plaza de la Pirámide, ya que está «francamente penosa», además de la calle Gerona, donde hay espacios dedicados a juegos autóctonos e infantiles. «No se pueden utilizar porque está lleno de hierbajos, es vergonzoso», lamenta.

Varios testimonios insisten en que hay adoquines en mal estado y aceras levantadas, como sucede en el tramo inferior del paseo Ezequiel González. «No es cuestión de rehacer nada, sino de mantenerlo, que es lo que menos cuesta», remarca. En la última legislatura se ha acometido la remodelación de la plaza de la Morería, entre otras iniciativas. El Ayuntamiento ha tenido que enfrentarse a sucesos inesperados, como es el socavón de la plaza Aurelio Hernández que se tragó dos vehículos.

Entre los proyectos pendientes se sitúa la rehabilitación de edificios y calles, que optará a financiación europea; y la construcción del tan solicitado ascensor del paseo del Salón. La asociación vecinal era partidaria de una rampa mecánica para evitar el impacto ambiental, aunque aseguran que no se contempló otra alternativa. Los habitantes urgen su ejecución, pues facilitará el traslado de muchas personas mayores al poder evitar las escaleras, habituales en el polígono.

Pese a ello, «no es uno de los peores barrios en accesibilidad», declara Marta del Caz, trabajadora social en Aspace, con sede en el barrio. Muchos de los pacientes de esta entidad acuden en silla de ruedas, por lo que solicita una mayor adaptación de las vías. «Los adoquines son muy malos porque producen muchas vibraciones y también hay bordillos elevados de algunos pasos de peatones», añade.

Otra de las demandas históricas de este distrito es sumar otra vía de salida a la única existente, mientras que hay cuatro entradas. «No es un capricho, es una necesidad», reivindica García, que recuerda el gran tránsito de vehículos que esta zona absorbe cada día. Esta condición se percibe como un aspecto problemático. «Somos un párking rodeado de párkings», advierte.

Ante el reciente rescate del proyecto del aparcamiento de Los Tilos, la asociación de vecinos se niega «taxativamente» a esta propuesta. «Solo falta que nos metan los coches en la cama», dice García. «No necesitamos más; un barrio tiene problemas cuando a las tres de la mañana no hay sitio para estacionar y aquí se queda vacío el 60%», detalla.

La única excepción tiene lugar durante los fines de semana y festivos ante la llegada de turistas, ante lo que la portavoz vecinal propone incentivar el transporte público. Desde el bar Claveles abogan por acondicionar la explanada frente a la rotonda de la estatua de Cándido para «evitar el polvo y dar mejor imagen a los visitantes».

El presidente de la Cofradía de San Millán, Javier Gómez, apuesta por replantear la gestión del aparcamiento de la avenida del Acueducto que está «inutilizado». Asimismo, sugiere crear un centro cultural dirigido a los jóvenes, que servirá también para ampliar el catálogo de ocio de las personas mayores, defiende Irene Criado, regente de la mercería Isabel.

«El barrio ha mejorado en los últimos años, es mucho más bonito de lo que le pintan y la mala fama que tenemos no siempre es verdad», defiende la comerciante. Se refiere a la venta y «trapicheo» de droga, que sigue existiendo, según corrobora García. «Eso es cuestión de conciencia social», subraya, del mismo modo que sucede con los ruidos procedentes de grupos de jóvenes en su trayecto a la Hontanilla para hacer botellón.

Además de por la avenida del Acueducto, el barrio está dividido por el voto. Al menos, en las elecciones locales de 2019. En la parte alta ganó el PP con el 40% de los votos y, en la baja, el PSOE, con el 39%. El equipo popular venció en el recuento total, al anotar 453 papeletas. Le siguen los socialistas, con 371 votos; Ciudadanos, con 143; Izquierda Unida, con 79; Podemos-Equo, con 74; y Vox, que sumó 55.

Los partidos que concurren el próximo 28 de mayo a las urnas coinciden en la necesidad de mejorar la accesibilidad, ya sea con la actuación en el pavimento y acerado o por otros medios, como es la puesta en marcha del elevador en el paseo del Salón y las escaleras mecánicas en la bajada del Carmen, contempladas por PP, IU y PSOE. Los socialistas comprometen, además de la mejora del paseo de Ezequiel González, la renovación del saneamiento, lo que los populares extienden al conjunto del barrio. Asimismo, Ciudadanos persigue mejorar la iluminación.

Otro aspecto común es la rehabilitación de edificios y la regeneración urbana, donde IU y Segovia en Marcha-Podemos-Alianza Verde especifican mejoras en la calle Gerona. Este último también contempla acondicionar la plaza de la Pirámide, además de insistir en un plan de choque de limpieza que también prevé el PP.

De modo parecido, las dos formaciones citadas son las únicas que incluyen en sus programas electorales la búsqueda de una solución para reorganizar la movilidad en San Millán en aras de establecer más vías de salida directa, además de iniciativas para mejorar la seguridad en el barrio. Mientras que los populares plantean intensificar la vigilancia y recuperar la figura del policía de barrio, Segovia en Marcha es partidario de un plan comunitario que aborde los problemas sociales, sobre todo por la venta y consumo de drogas.

La atención de los partidos también se dirige a la estación de autobuses, donde Ciudadanos e IU abogan por su ampliación en la ubicación actual. A juicio de este último grupo, el Velódromo sería un lugar propicio para la construcción de un auditorio al aire libre con posibilidad de aparcamiento subterráneo. A su vez, contempla renovar del área infantil de los Jardinillos de San Roque y dotar de una sede a la asociación de vecinos.