El Salvador reclama el esplendor propio del barrio del Acueducto

La lista de necesidades y demandas es poco menos que inabarcable. La Asociación de Vecinos de El Salvador ha dado un paso adelante y ahora confía en que la clase política les acompañe en pos de la revitalización del barrio, que se aferra para no sucumbir a la debacle demográfica que asfixia a otros distritos similares. En su caso, el censo desciende, pero la curva no es tan acusada como lo es, por ejemplo, en el recinto amurallado. La disminución es del 5,78% en los últimos catorce años tras bajar a comienzos de la pasada década de la barrera de los 2.000 residentes censados.

La nueva junta directiva, presidida por Fernando Sánchez-Gujio, inició hace unos meses el camino para devolver al arrabal el esplendor que se merece el considerado como segundo casco histórico de la ciudad. Un sinfín de actividades han fortalecido la comunidad, pero necesitan frenar y revertir el desgaste y el vaciado que afean el arrabal. Esqueletos de edificios en ruinas languidecen, la vegetación crece descontrolada en algunos sillares; las pintadas emborronan fachadas y puertas; baches incomodan el paseo y entorpecen la circulación; la suciedad se adueña de algunos rincones, y algunos alumnos incívicos rompen la paz durante sus novillos.

Son solo botones de muestra de que hay mucho por mejorar para sacar brillo al orgullo de ser de El Salvador. Sánchez-Guijo, en nombre de la asociación, pone deberes a los candidatos a la Alcaldía del Ayuntamiento de Segovia en las elecciones del próximo 28 de mayo.

La movilidad es una de las asignaturas pendientes que más demandas genera. «Es necesario el arreglo y el asfaltado de calles y aceras, como por ejemplo entre los portales 2 y 7 de la calle Santa Isabel y a lo largo de toda la calle Santa; también es urgente descongestionar la calle San Gabriel», cita el presidente. Pero hay más. La asociación tiene en cuenta a los vecinos de la asociación Frater y las dificultades que padecen para moverse con sus sillas de ruedas. Para ellos, también piden bancos en los que poder descansar.

La accesibilidad en un barrio envejecido, pese a las nuevas hornadas de familias jóvenes que han asentando en él su hogar, es otro de los problemas que la asociación pone encima de la mesa de los candidatos. Entre sus reclamaciones, destaca la «instalación de un ascensor en las escaleras de la calle Pedro de Fuentidueña que suben hasta la parte trasera de la iglesia de El Salvador».

Con respecto al tráfico y las comunicaciones, Sánchez-Guijo y sus compañeros en la junta directiva también demandan que el microbús de la línea del casco histórico pase y pare por el barrio para facilitar la movilidad y favorecer los desplazamientos sobre todo de los residentes más mayores.

La existencia de cuatro centros de enseñanza en el entorno -los institutos Ezequiel González y Mariano Quintanilla, la Escuela Oficial de Idiomas y el colegio Claret- subyace en algunas peticiones que plantea El Salvador a quien empuñe el bastón de mando tras el paso por las urnas. Una insta a estudiar un cambio de ubicación de los autobuses escolares que paran entre las calles Pedro de Fuentidueña y Soldado Español para dejar y recoger a estudiantes, ya que la mera aglomeración suele crear situaciones de riesgo pese a la presencia de policías locales en las horas punta.

Otra requiere un «mayor control sobre los alumnos» que no van a clase y que se quedan merodeando por las calles del barrio en horas lectivas ocasionado a veces molestias a los residentes.

El «deterioro» paulatino que acumula el parque de viviendas del El Salvador preocupa a los residentes. Fernando Sánchez-Guijo apela al Ayuntamiento para que ponga en marcha «ayudas para la rehabilitación del barrio y de edificios en estado de abandono y en condiciones de insalubridad para el resto de inmuebles y vecinos colindantes».

El presidente de la asociación acerca la lupa a algunas zonas que presentan un estado más deplorable, como pasa en la calle Ruiz de Alda, anexa a la fachada de la Academia de Artillería. Esta arteria pide a gritos «más limpieza y un mayor mantenimiento y adecuación porque está siempre sucia y llena de excrementos de perros».

Al citar otras zonas donde se acumula la suciedad, el representante vecinal advierte de «los malos olores y los regueros de la grasa que chorrea de las bolsas de basura» que sacan hoteles y restaurantes, desechos que incluso «atraen a las ratas». Las calles Alamillo, Pedro de Fuentidueña y Soldado Español son de las más afectadas. En este sentido, Sánchez-Guijo recoge otra petición que los vecinos hacen a los políticos segovianos, que es el soterramiento de contenedores en las calles por las que discurre el Acueducto y mejoras en la limpieza vial, en la red de alcantarillado y en el sistema de recogida de basuras. Asimismo, solicitan la retirada del cableado que cuelga de fachadas.

Para que el barrio siga bombeando vida, su emblema patrimonial necesita de cuidados. De ahí que el mantenimiento adecuado del Acueducto sea otra de las peticiones que hacen los vecinos para continuar presumiendo de ese orgullo de barrio. También solicitan un centro de día para personas mayores; aulas de informática para las que la asociación se postula como sede; ayudas para crear y dinamizar el pequeño comercio en el barrio, y el arreglo y conservación de todas las zonas ajardinadas, como el parque del Cementerio o los entornos de Santa Isabel, Pedro de Fuentidueña y la plaza Día Sanz.

En las últimas elecciones municipales de 2019, la fuerza más votada en El Salvador fue el Partido Popular, liderado entonces por Pablo Pérez. De hecho, recuperó un feudo en el que cuatro años antes había ganado el PSOE. Izquierda Unida, Vox y Podemos estuvieron separados por veinte votos en una lucha por la cuarta posición en la que venció Ángel Galindo.

Los partidos que concurren a las elecciones municipales son conscientes de las demandas de El Salvador. La junta directiva se lo ha expuesto en distintas reuniones, asegura Sánchez-Guijo. Las candidaturas han tomado nota y en su programa recogen algunas de esas problemáticas.

Al igual que con el resto de barrios, las demandas de los vecinos figuran en buena parte de los programas electorales. También en el del PSOE. La candidata socialista, Clara Martín, insiste en la necesidad de llevar a cabo un programa de desarrollo urbano del barrio similar al ejecutado en otros puntos de la ciudad como la Judería, las Canonjías o San José. Recuerda que el Ayuntamiento ya está elaborando la memoria y que la decisión final corresponderá a la Junta de Castilla y León.

Martín también se compromete a realizar un estudio sobre la posible instalación de un remonte mecánico o ascensosr entre Soldado Español y la parte trasera de la iglesia del barrio, tal y como solicitan los vecinos. Además, contempla la renovación del alumbrado público y la reurbanización integral de la calle Santa.

El aspirante del Partido Popular, José Mazarías, opina que el «Plan Vida de Barrio será muy positivo para El Salvador porque buscaremos, a través de él, fórmulas para dinamizar el comercio de proximidad y la hostelería, así como la mejora de las aceras, las calles y la iluminación». Asimismo, reconoce la necesidad de dar una «solución urgente a los problemas de accesibilidad» que padece El Salvador. En cuento a revertir el deterioro urbanístico, Mazarías expresa la intención de «solicitar y poner en marcha cuanto antes el Área de Regeneración Urbanística (ARU), no solo porque hay edificios vacíos y abandonados, sino porque muchos son muy antiguos», en sintonía con las propuestas de otras formaciones que también consideran este uno de los problemas a abordar en el próximo mandato.

Lo mismo ocurre con el tráfico, donde a grandes rasgos, las distintas siglas piensan en introducir modificaciones. Así, el candidato del PP subraya que «la reordenación del tráfico del barrio será uno de los temas que se traten en la mesa de movilidad que vamos a poner en marcha». Añade que la voluntad del PP es «dinamizarlo a todos los niveles, fomentando, entre otras cosas, su potencial turístico». Mazarías también aboga por mejorar el acceso a San Gabriel desde Vía Roma para aliviar el tráfico en la rotonda de Dionisio Duque.

El arreglo de las calles es un denominador de común en los planteamientos de quienes aspiran al timón del Ayuntamiento. La candidata de Ciudadanos, Noemí Otero, se hace cargo de la necesidad de «mejorar la pavimentación y el acerado», que a menudo presente desperfectos y baldosas y cantos rotos o sueltos. La preocupación por garantizar la seguridad vial es otro de los capítulos que la formación naranja contempla en su programa, tratando de procurar una mayor protección durante las mañanas, que es el momento de mayor afluencia de estudiantes en la zona. Asimismo, Otero recoge la demanda de «mejorar la iluminación en todas las calles el barrio».

Izquierda Unida, por su parte, también recoge en su programa la necesidad de rehabilitar las viviendas del barrio y mejorar la accesibilidad. Además, incluye propuestas como mejoras en los parterres de Día Sanz, la creación de aparcamientos exclusivos para residentes, la instalación de una pirámide de cuerdas o tirolina en el parque del cementerio o el acondicionamiento de un espacio de biodiversidad entre dicho parque y el Camino de la Presa.

Podemos-Alianza Verde concreta que una de las intervenciones a acometer el El Salvador es «la mejora integral en la calle Fuentesanta, tanto en lo relativo a la accesibilidad, a la red de abastecimiento y al pavimento». Guillermo San Juan, candidato morado, propone «impulsar un proceso de rehabilitación mediante la puesta en marcha de la actualización que se realizó del proyecto del ARU a instancia de una moción que presentamos en 2021». También la movilidad es otro asunto a estudiar y solucionar por Podemos-Alianza Verde, que insta a «repensar la movilidad en El Salvador para facilitar la entrada y salida de vehículos».