El recinto amurallado pide «soluciones estructurales» contra su despoblación

A la hora de revisar las demandas del barrio, al presidente de la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado de Segovia, Pedro Montarelo, le ha bastado con recuperar los apuntes de los años 2017 y 2018 y ha fotocopiado aquellos folios para pasárselos a uno de los grupos municipales. «Seguimos igual. Y lo que no mejora, empeora. Así que podemos ser bastante pesimistas en la trayectoria del casco histórico».

Sí pone en valor la visibilización: «Hemos conseguido que se nos identifique como barrio y que se vea que nos faltan las necesidades básicas de otros barrios». Pone como ejemplo la movilidad y habla de zonas donde el desplazamiento de vehículos es sencillo y no hay problema de aparcamiento. El precio a pagar por el tesoro monumental. Montarelo vincula estrechamente la pérdida de población con la pérdida de servicios. Por ejemplo, los sanitarios. «Hay que ir a buscarlos a San Lorenzo. No es una distancia insalvable, pero en el centro histórico se sigue echando de menos. Teníamos la esperanza de recuperar el famoso Policlínico, pero no hay perspectiva de que se vaya a producir». También echa en falta las tiendas de abastecimiento, lugares que la pandemia puso en valor. «Aquí no llegamos ni a supermercado; simplemente la pequeña tienda de pan y alimentación básica».

El nudo gordiano del casco histórico es el inmobiliario, uno de esos problemas estructurales. «La vida del vecino que tiene como residencia fija el casco histórico cada vez es más difícil y va siendo expulsado; unos porque se van, otros porque mueren. No son sustituidos por un tipo de población equivalente». Ese vecino estable es relevado por un perfil más itinerante, principalmente estudiantes.

Por más que esta tendencia sea homologable a la de cualquier caso histórico, Montarelo añade el factor de IE University como una particularidad segoviana que agudiza la tendencia. «Un colectivo importante de estudiantes con poder adquisitivo que eleva los precios. No son ellos los culpables, sino la ocasión de que los propietarios reformen sus viviendas con esa finalidad». Esa transformación, subraya, es difícilmente reversible para que la ocupe después una familia estable.

A falta de soluciones, los vecinos destacan avances en el diagnóstico. «Hoy se tiene más claro lo que está ocurriendo y cuáles serían los remedios. La duda es si estamos dispuestos a aplicarlos». Como comienzo, piden reducir las incomodidades: combatir el ruido, la suciedad o el estado de las calles. «Tenemos un pavimento que a veces hace realmente peligroso andar por él. Son cosas que sí se pueden corregir de forma inmediata». Celebran que «por fin» estén en marcha las mejoras en el eje Marqués del Arco – Alcázar. Hasta aquí lo retoques, pero el casco histórico requiere de un cambio de paradigma. «La decisión por parte de las Administraciones –no solo el Ayuntamiento– de revertir este proceso. Las condiciones de habitabilidad se están deteriorando y esto requiere la aplicación de medios económicos y legislación». Herramientas como la rehabilitación de edificios. «En Judería dio buen resultado; en Canonjías no dio el mismo resultado, pero funcionó. Es una necesidad perentoria».

En el catálogo de medidas, el PSOE se compromete a «trabajar» para que el antiguo Policlínico sea una dotación sanitaria y a mejorar la señalética, el alumbrado o el servicio de transporte urbano. También pone sobre la mesa la construcción de nuevos baños en la Plaza Mayor, la reurbanización de Daoiz y la aplicación de los fondos europeos para diversificar el turismo, además de reivindicar el plan de gestión de la ciudad vieja.

Para el PP, el casco «necesita mucha mejora». Considera prioritario arreglar sus calles y aceras, así como invertir en accesibilidad – aspecto para el que promete una inversión anual de 350.000 euros– o dar «un importante impulso» al comercio para evitar más cierres. En la práctica, habla de eliminación de barreras arquitectónicas, de crear itinerarios peatonales, renovar la señalización o facilitar el acceso al Recinto Amurallado con sistemas mecánicos. También plantea lanzaderas con autobuses más pequeños y gratuitos desde la plaza de la Artillería. Respecto a lo que Montarelo llama «incomodidades», habla de «intensificar la limpieza» o «actualizar» la ordenanza de convivencia ciudadana de ruido. La recientemente creada Plataforma Contra el Ruido no discute la norma, sino su aplicación.

Cs plantea convertir los edificios públicos en desuso en espacios culturales para incrementar la oferta de actividades. Habla de «accesibilidad universal» en el estado de las calles y asume el compromiso medioambiental de implantar una Zona de Bajas Emisiones «de manera consensuada con vecinos, establecimientos y colectivos implicados».

Segovia en Marcha asume el mensaje de Montarelo a la hora de considerar el Recinto Amurallado «un barrio más». Plantea un «plan de choque» contra el ruido a través de una mesa de diálogo con vecinos, IE University, o Policía Local, a la que pedirá «aplicar la ordenanza de ruidos de oficio cuando haya indicios claros de infracción sin necesidad de denuncia previa». En la misma línea, pide dar a los pisos de alquiler estacional una «regulación similar» a la de los pisos turísticos. También plantea más espacios de ocio –pide usar el patio de la Aneja– y abrir un proceso participativo y que los adolescentes definan los suyos.

Izquierda Unida coincide en el compromiso de la Zona de Bajas Emisiones y da un paso más en la lucha contra el ruido: «Proponemos que se suprima cualquier convenio con IE University si no realiza un protocolo sancionador real y efectivo contra el alumnado que causa estos problemas». Plantea modificar el Plan Especial de Áreas Históricas para proteger el Paseo del Salón –e instalar el ascensor urbano – así como «definir zonas tensionadas» para limitar el precio de la vivienda en virtud de la nueva ley estatal.