Los barrios incorporados reivindican una fiscalidad adaptada a los servicios percibidos

Las localidades citadas se agrupan en un único distrito censal que ha podido mantener e incluso incrementar la población en un 2,4% en la última década. En su conjunto suman más de 1.848 empadronados, y el grueso de habitantes se concentra en Zamarramala, Revenga y Hontoria.

Cada barrio celebra sus diferencias, aunque todos coinciden en la sensación de «abandono» a la que se enfrentan desde hace varias legislaturas. Sus necesidades son infinitas, que se resumen en la mejora de las infraestructuras, mantenimiento y servicios. Respecto a este último punto, insisten en su derecho a tener las mismas oportunidades que los residentes en la ciudad: «A mismos impuestos, mismos servicios», reclaman. En caso contrario, exigen adaptar la fiscalidad.

«No exigimos mucho porque somos muy poquitas familias, pero pagamos los mismos impuestos que los que viven en la Plaza Mayor, sin ninguna reducción», asegura el presidente de la Asociación de Vecinos de Torredondo, Germán Martín. Y pese a ello, «no tenemos las mismas condiciones, al final salimos perdiendo», puntualiza el representante de la asociación San Sebastián de Revenga, Pascual Pacheco.

Esta pedanía, junto a Madrona y Fuentemilanos, lideran las peticiones relativas al transporte metropolitano. «El de ahora es inútil; nos vemos obligados a coger el coche», critica el presidente de los vecinos de este último núcleo, Guillermo Aragoneses. «Somos de la capital, pero estamos muy lejos», insiste. En otros casos, como en Perogordo y Torredondo, no existe este servicio, lo que lleva a Martín a recordar la demanda histórica de establecer una cuota límite para el uso del taxi.

El problema de transporte no se percibe en Hontoria y Zamarramala, que cuentan con autobuses urbanos. No obstante, comparten con los demás barrios otras preocupaciones referentes al asfaltado de calles deterioradas y caminos, la falta de limpieza viaria, la renovación de los saneamientos ante sucesivas averías o la carencia de infraestructuras.

La urgencia en el arreglo de un tramo de carretera de entrada a Perogordo es la única petición del barrio, donde el portavoz de los residentes, Raúl Prieto, invita al futuro equipo de gobierno a agilizar el procedimiento. En Torredondo sucede lo mismo, pero con la «inexistencia» de cobertura móvil que obliga a muchos vecinos a desplazarse a otros pueblos para teletrabajar.

El representante de los vecinos de Madrona, Carlos Berrocal, agradece que en los últimos presupuestos participativos su estrategia para reurbanizar la calle Cantarranas saliese adelante. «Fue gracias a todos los segovianos, no porque el Ayuntamiento lo fuera a hacer», asevera. La obra todavía no se ha ejecutado y lamenta que la luminaria recientemente renovada aún no funcione. Quedan pendientes de arreglar tres vías y han solicitado reductores de velocidad.

Esta última demanda también se emite desde Hontoria, a lo que se suma la necesidad de dotar al barrio de nuevo mobiliario, optimizar la limpieza viaria, «bastante deficiente»; y ampliar las actuales instalaciones deportivas. «Es algo rápido y de poco coste», subraya el presidente de la asociación San Vicente, Esteban Rueda, quien considera «injusto» que los ingresos generados por el barrio no repercutan en mayores inversiones.

Otra propuesta planteada es el acondicionamiento de los caminos «indecentes» de conexión entre pueblos. «Es algo de siempre, son cosas que se van dejando», dice Pacheco desde Revenga, donde alerta del problema de alcantarillado que hay en la parte baja del núcleo. Algo parecido sucede en Zamarramala, ya que el presidente de la asociación Pinilla, Alfonso Velasco, se queja de sucesivas averías por la rotura de tuberías antiguas y la carencia de depuradora. «Son cosas que hemos solicitado y no nos dicen nada», confiesa.

En Fuentemilanos, Aragonses exige acometer mejoras en el arroyo del área recreativa cuyo cauce se ha obstruido, construir una nueva instalación deportiva y otorga gran importancia al arreglo del camino hacia el aeródromo. «Es la vía más abandonada y que mayor tráfico soporta pero nunca se ha sometido a obras», declara. De hecho, incide en que la última «inversión» significativa que se llevó a cabo en la localidad fue en 1992.

Los barrios incorporados y Revenga ya han trasladado su malestar y peticiones a los candidatos a la Alcaldía de cara a las elecciones municipales. En 2019, el PP venció en este distrito al recabar 385 votos, lo que supone el 38% de papeletas emitidas. Le sigue el PSOE, con 226 votos; Ciudadanos, con 139; Centrados, con 79; Vox, con 74; y Podemos-Equo, con 50.

En esta ocasión, todos los partidos se han comprometido a resolver las deficiencias en el transporte metropolitano, lo que Ciudadanos extiende a los barrios que carecen de este servicio. Otro de los planteamientos compartidos es la urbanización de las calles, arreglo de acerados y renovación de saneamientos.

Segovia en Marcha-Podemos-Alianza Verde añade la adecuación de caminos, Izquierda Unida concreta con el tramo que va de Zamarramala a San Marcos, el PP plantea la sustitución del mobiliario estropeado y la formación naranja, la optimización del servicio de limpieza, a lo que suma el desbrozado para evitar incendios.

El PSOE promete un Plan Anual de Renovación de estos barrios, de los que no han trascendido detalles, mientras que el PP es el único que incluye en su programa la colaboración con empresas para reducir la brecha digital. Por su parte, la fiscalidad diferenciada tan solo está presente entre las medidas de Ciudadanos, que también opta por desarrollar unas normas urbanísticas adaptadas.

Por su parte, Izquierda Unida contempla crear o ampliar las áreas infantiles y pedir a la Junta la implementación de los servicios de madrugadores y comedor escolar en los colegios de este distrito. De modo contrario, Segovia en Marcha apuesta por crear programas educativos para facilitar la conciliación para suplir estas carencias. Esta formación también es partidaria de desarrollar proyectos de comunidades energéticas, y todos los partidos aspirantes al gobierno segoviano pretenden ampliar el catálogo de las actividades lúdicas y culturales en los núcleos.