Las muchas realidades del Paseo de Zorrilla

El Paseo de Zorrilla es, con 4,2 kilómetros, no solo una de las calles más largas de Valladolid, sino también un eje que conecta el centro con el sur de la capital y que presenta diversas características sociales y económicas a medida que se recorre. Desde las viviendas más cercanas al Campo Grande hasta los bloques sin garaje del Cuatro de Marzo, desde zonas tradicionales como La Rubia hasta otras de más reciente construcción como Covaresa.

Y esas diferencias también se notan a la hora de votar. Paulina Harriet y sus calles más cercanas son el gran granero de los votos del PP. Allí los populares obtienen registros estratosféricos, con urnas donde reciben casi un 88% de apoyos. En Cuatro de Marzo, la victoria en el 2019 fue para el PSOE. Para analizar toda esta zona que se prolonga desde la plaza de Zorrilla hasta la avenida de Zamora, se han fijado dos bloques. Este, el primero, se centra en el tramo del Paseo de Zorrilla más cercano al centro, la barriada de la Guardia Civil, Cuatro de Marzo y Arturo Eyries (al otro lado del Pisuerga). Este gran distrito agrupa a 28.578 habitantes.

«Los vecinos de esta zona estamos expuestos a ruidos que se pueden evitar», explica Antonio Presa, de la asociación Ribera de Curtidores. Como primera medida para conseguirlo, reclama el uso de un pavimento que reduzca el impacto sonoro que provocan las rodaduras de los 40.000 vehículos (20.000 en cada sentido) que a diario circulan por la avenida del Hospital Militar, desde Arco de Ladrillo hasta el puente de Adolfo Suárez. En esta vía, a la altura de los cines Broadway, proponen también la colocación de un radar de velocidad. Y, además, piden un uso más restringido de las sirenas de los vehículos de urgencias. «Cada vez que pasa una ambulancia, aunque sea para llevar a un señor con el tobillo torcido, ponen las sirenas. Debería limitarse su uso a los casos importantes». Desde la asociación vecinal aplauden varias inversiones llevadas a cabo en la zona, desde las más ambiciosas (la reurbanización de la avenida Reyes Católicos, «por la que estamos altamente satisfechos») hasta otras más sencillas (como la conexión del carril bici «que viene desde la Cúpula del Milenio a la altura del puente Adolfo Suárez»). Presa reclama además un mayor control de la ocupación de la vía pública por parte de las terrazas de hostelería (en el Paseo de Zorrilla y la Acera de Recoletos), así como el mantenimiento de los bancos del Campo Grande («algunos no se pueden utilizar porque están muy sucios por las palomas»).

Los problemas de aparcamiento se acrecientan en el Cuatro de Marzo, un polígono de viviendas sin garajes. «Es un sindiós, porque no hay sitio para aparcar», dice Carmen Lozano, de la asociación vecinal Zona Sur. «En La Farola se aparca con un poco más de facilidad, pero en el Cuatro de Marzo está imposible», por ejemplo en calles como Sarasate, Vives o el entorno de la Iglesia. «Muchos vecinos tienen su tarjeta de residente, pero el espacio está copado por personas que van a El Corte Inglés y que no quieren pagar el aparcamiento», dice Lozano. El exceso de ladrillo de esta zona de la ciudad es difícil de paliar. «No tenemos más espacio para crear nuevas zonas verdes, pero sí que nos gustaría que las que existen estuvieran un poco mejor cuidadas», como la vereda del río («está un pelín abandonada»), el parque Rodríguez Bolaños o la plaza del Ejército. Entre las reivindicaciones que plantea el colectivo vecinal, se encuentra también la recuperación de la parada de autobús, de la línea 7, que se eliminó con la construcción del carril bici y que daba servicio a los vecinos de la calle Goya. «Ahora, hay que cogerlo o en el LAVA o a la altura de El Corte Inglés y nos gustaría que se recuperara esa parada», cuenta Lozano.

Al otro lado del Pisuerga se encuentra el barrio de Arturo Eyries. Pilar Borreguero, presidenta de La Hispanidad, la asociación de residentes en esta zona, recuerda que uno de los principales problemas viene motivado por la falta de una solución a las parcelas privadas de uso público. Los espacios ajardinados del barrio dependen de la gestión de las comunidades de vecinos. Y no todas ellas trabajan adecuadamente en su conservación. Las hay muy cuidadas y otras en un completo estado de abandono. «Hay comunidades que dan prioridad a otras cuestiones, como el arreglo del tejado, y los jardines están descuidados». «Tendría que haber un consenso por parte de todos los vecinos para ceder al Ayuntamiento su limpieza… y no se llega a un acuerdo», cuenta Borreguero. Arturo Eyries se beneficiará de la nueva conexión peatonal con Parquesol a través del ascensor en la ladera este, pero recuerdan que el barrio está encajonado (entre el río, la avenida de Salamanca y la de Medina del Campo), con apenas dos accesos. «Una solución, aunque nos tememos que costosa, es crear un nuevo acceso desde la avenida de Salamanca», indica. El barrio mira con esperanza a la próxima construcción de la sede de la Consejería de Fomento, un proyecto que la Junta ya anunció en 2010 y al que se ha dado un nuevo impulso a principios de este 2023. «Va a ser un antes y un después. En la actualidad es una parcela llena de suciedad, totalmente vacía a la entrada del barrio. Será una inversión muy importante para Arturo Eyries», dice.

-Rehabilitación del Puente Colgante.

-Reordenación integral del Paseo de Zorrilla.

-Nuevo paso rodado entre las calles Hípica y Adolfo Suárez (Ariza).

-Nuevo paso peatonal y ciclista entre Álvarez Taladriz y Domingo Mártínez.

-Renovación de los jardines históricos: Campo Grande, Poniente yRosaleda.

-Recuperación del río Pisuerga y sus riberas.

-«Se continuará invirtiendo en la modernización de los espacios infantiles de juego, aumentando su número, haciéndolos más inclusivos y protegidos de otras actividades que puedan privarlos de la libertad y seguridad. En la medida de lo posible se dotará a estos espacios de cubiertas que los protejan del sol y de las inclemencias atmosféricas».

-Se estudiará la posibilidad de creación de residencias artísticas (en nuevas dependencias del LAVA), con acompañamiento y apoyo continuo para su formación artística, siguiendo el ejemplo de otras residencias de artistas que se dan en muchas ciudades europeas.

-Programa ALVA. Se aumentará el número de viviendas de este programa, cuya finalidad es poner en el mercado del alquiler viviendas vacías de titularidad privada, a un precio asequible para el inquilino, inferior al de mercado.

-Resolver definitivamente la posibilidad de que determinados espacios privados de uso público puedan ser mantenidos por los servicios municipales.

-Ampliar el Campo Grande creando una pasarela en altura que recorra el Campo Grande un en un recorrido en zigzag por encima de los árboles y puntos de interés del parque, al estilo del Tree Canopy Walkaway de Ciudad del Cabo.

-Crear un parque canino en el parque del Doctor Quemada.

-Promover la instalación de un supermercado en Arturo Eyries.

-Utilizar la parcela dotacional de la Calle Colombia en Arturo Eyries para construir un centro para personas mayores y pisos tutelados para personas de la tercera edad.

-Mejorar la limpieza.

-Contribuir a la reforma interna de las viviendas del Cuatro de Marzo superando su situación de infravivienda.

-Mejora del parque tras las antiguas viviendas de la Guardia Civil. Recuperación de la ribera del Pisuerga.

-Paseo de Zorrilla. Recuperar circulación fluida de vehículos. Sustitución de vegetación por otra que reduzca las alergias.

-Devolver a su uso a las plazas de aparcamiento de la calle que en los últimos dos años se han visto invadidas por contenedores muy grandes y muy distanciados entre sí, y ahora por las estaciones de bicicleta.

-Arturo Eyries. Limpieza y mejorar la deficiente iluminación. «El parque del Doctor Quemada , antes del puente de Arturo Eyries está totalmente abandonado».

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