El PSOE aventaja al PP, aunque un puñado de votos decidirán la Alcaldía

Lo de los bloques no es nuevo, en realidad. En 2015, primera vez que Óscar Puente (PSOE) llegó a la Alcaldía, lo hizo con ocho concejales y el apoyo de 4 de Toma la Palabra y 3 de Sí se Puede. El porcentaje de votos de las tres formaciones sumó el 46,64% de los votos válidos. PP, Ciudadanos y Vox acumularon entonces un 44,43%. En 2019, los bloques se alinearon en un 49,14% (PSOE-VTLP) contra un 49,02% (PP, Ciudadanos, Vox). Y la encuesta fija una división de bloques similar para este 28 de mayo: 48% para PSOE y Toma la Palabra y 48,9% para PP, Vox y Ciudadanos.

Y sin embargo el PSOE mantendría sus 11 concejales, con aspiración de llegar a 12, en cuyo caso podría sumar con 2 de Toma la Palabra para formar Gobierno. Esto ocurre porque la división del voto de la derecha es mayor que en la izquierda, y los restos benefician a la lista más votada, que es la socialista. Aunque en este caso existe una variable cuyo alcance va a ser decisivo en el resultado: Ciudadanos.

Los de Pablo Vicente sumaron en 2019 más de 21.000 votos, un 12,6% del total de voto válido. Es un voto peculiar. Se produjo en mayo de 2019, un mes después de las generales en las que el partido de Albert Rivera logró su cénit. En aquellas elecciones al Congreso, en Valladolid, Ciudadanos logró 38.615 votos. En la repetición electoral, en noviembre, se quedó en 15.658. Ese batacazo se repitió en muchos lugares de España y dejó tras de sí un patrón interesante: una parte relevante de sus votantes de abril no acudió a las urnas. Ahora la encuesta deja entrever un trasvase de votos al PP (captura un 30% del voto naranja de 2019) y al PSOE (un 10%) y deja en el aire a un 25% de electores que apoyaron a Ciudadanos y que no han decidido aún qué hacer con su papeleta.

Eso, traducido a números, son aproximadamente 5.300 votos. Y un concejal, siempre que la participación sea similar a la de 2019, puede 'costar' en torno a 6.500. La abstención media desde 1991 se sitúa en un 32,5% y en 2019 bajó al 30,88%.

Esa abstención puede ser también relevante. Si se aproxima a la media puede suponer 3.800 votos que se quedan sin emitir. Y eso, aunque en función de qué parte del electorado se quede en casa, acercaría al PSOE a ese concejal número 12. Con los porcentajes de voto que adjudica GAD3, los de Óscar Puente son los que están más cerca de ganar los restos en la pelea por ese edil en cualquier caso.

Los dos bloques confían en rascar ese voto naranja que se queda huérfano. Principalmente porque está muy localizado: Parquesol, Villa de Prado, Parque Alameda, Covaresa. Y allí han centrado gran parte de la artillería pesada de sus programas y, en el caso del PSOE y de VTLP, de su gestión.

Los naranjas bajan a un 2,5% de votos, por lo que se quedan sin representación según la encuesta. Retienen, por tanto, poco más de cuatro mil papeletas y se quedan en disputa 17.000 sufragios.

La otra formación que pierde fuelle, según la encuesta, es Valladolid Toma la Palabra, a quien adjudica un 9,2% que estaría muy por debajo de los resultados obtenidos en 2019 (10,5%), en 2015 (13,4%) e incluso en 2011 (10,51%). Cabe recordar que en 2019, Podemos obtuvo un 2,98% de los votos y se quedó sin representación. Ese porcentaje, unido al 10,5% de Toma la Palabra entonces, les llevaría ahora hasta un cuarto concejal. Lo que ocurre es que el PSOE se lleva buena parte de ese voto escorado hacia su izquierda, que es en definitiva lo que le empuja a la posibilidad de acceder al duodécimo concejal.

La muestra está tomada los días 5 y 6 de mayo, antes del comienzo de la campaña electoral, y refleja el estado de opinión de un momento que puede evolucionar con el paso de los días. Y una de las cosas que están en progreso es el conocimiento de los candidatos. Jesús Julio Carnero comenzó la campaña con el lastre de haber pasado ocho años en la Diputación y cuatro en la Junta, lo que le situaba bajo un foco menos potente que el de Óscar Puente tras ocho años de Alcaldía. Fuentes del PP cifraban el conocimiento del candidato por parte de los vallisoletanos en torno a un 58%, según algunas encuestas internas. GAD3 eleva ya ese porcentaje hasta el 78,9%, por el 99,1% del alcalde.

Comparativamente, Jesús Julio Carnero parte mejor que su compañera Pilar del Olmo en 2019. Ambos guardan similitudes. Fueron designados muy tarde, proceden de la Junta y decidieron permanecer en sus consejerías mientras eran candidatos, aunque Carnero haya dado un paso al lado justo al inicio de la campaña. En aquel entonces, GAD3 le otorgaba un grado de conocimiento del 67,5% a Del Olmo a dos meses de las urnas.

Un 62,3% dice conocer a Irene Carvajal (Vox), mientras que María Sánchez, de Toma la Palabra, obtiene un 56,8%. Aunque lleva ocho años en labores de gobierno, hasta ahora era Manuel Saravia el cabeza de lista de la candidatura. En 2019, Saravia lograba un grado de conocimiento del 64,2% en el sondeo de GAD3 previo a las elecciones municipales. El último de la lista de los cinco partidos con representación es Pablo Vicente (Ciudadanos), con un 55,2%. En su caso, el portavoz del grupo municipal durante los 4 años, salvo los dos últimos meses, fue Martín Fernández Antolín, ahora en la candidatura del PSOE.

Otra cosa es la valoración de cada cual. Aprueba Óscar Puente, el mejor valorado, con un 5,4, aunque baja una décima respecto a 2019, cuando le calificaban con un 5,5. Y también pasa el suficiente Jesús Julio Carnero, con un 5,1 que supera al 5 raspado que presentaba hace cuatro años Pilar del Olmo. María Sánchez se queda en un 4,7. Pablo Vicente logra un 3,8 e Irene Carvajal se queda en un 3,0.

Entre las cuestiones planteadas a los encuestados hay una que permite palpar lo que se llama 'pulsión de cambio'. Una tendencia que se une a otras variables como la valoración y conocimiento de los candidatos y que ayuda a conformar corrientes de opinión. A la pregunta «¿considera usted que la situación de Valladolid ha mejorado o ha empeorado en los últimos cuatro años?», la respuesta es, en un 46,8%, que ha mejorado. Es un dato relevante si se tiene en cuenta que por medio ha pasado una pandemia. Un 20% estima que sigue igual. Y un 31,6% asegura que ha empeorado.

Entre los votantes de uno y otro bloque, lógicamente, los que declaran que apoyaron a PP y Vox lideran el porcentaje de críticos. Un 59% de los de Vox y un 49% de los del PP afirman que la ciudad está peor. Casi un cuarto de esos votantes, sin embargo, el 25% de Vox y el 23% del PP, creen que está igual. Y hay un 27% de electores del PP que la ven mejor. Pero es Ciudadanos, el nudo gordiano de los indecisos, el que marca esa inercia al cambio o la permanencia. Entre los que apoyaron al partido naranja, un 26% declaran que Valladolid ha mejorado y un 32%, que sigue igual. Y esos son, en buena medida, quienes decidirán el futuro Gobierno.