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Óscar Puente Santiago (Valladolid, 1968) opta a la reelección como alcalde de Valladolid tras ocho años de regidor y después de una campaña atípica para ... un candidato convencido de que su gestión le sitúa en primera posición electoral. «Cuando me rompí la pierna lo primero que se me vino la cabeza fue 'en este momento no', porque sabía que tenía un mes muy intenso», apuntaba esta semana. Puente es un político correoso para el adversario y riguroso con los propios.
Es lo que tiene crecer dentro del PSOE de Valladolid habiendo sido sector crítico durante años y llegar a alcalde tras fajarse en la oposición frente a Javier León de la Riva. Una trayectoria que para Puente demuestra que está donde él quiere estar por convicción y que contrapone a la de su oponente del PP, Jesús Julio Carnero, sobre el que insiste que es «candidato a la fuerza, a regañadientes».
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–¿Votarle a usted es votar a Pedro Sánchez?
–Ese mensaje simplificado parte de un concepto del elector muy pobre, es tomar al ciudadano por tonto. Como yo no les tomo por tonto ni siquiera voy a decir que votar a Jesús Julio Carnero es votar a Mañueco, porque no son lo mismo. Sí creo que votarme a mí es votar por un modelo de gestión pública eficiente, que le ha dado estabilidad y progreso a la ciudad.
–Ha compartido acto electoral con el presidente del Gobierno, ¿suma o resta en esta campaña?
–Tener de tu mano al presidente del Gobierno siempre suma, porque cuando le necesitas para cosas buenas para tu ciudad, está. Yo le necesito para que vengan las fábricas, y le estoy teniendo.
–¿Qué le llevó a descartar el soterramiento tras apoyarlo durante años?
–Las cifras y las deudas. Llegamos al gobierno en el mes de junio de 2015. En el primer consejo de la sociedad Valladolid Alta Velocidad, en 2015, nos explicaron que había una deuda de 400 millones, nos dijeron que el primer vencimiento, 125 millones de euros, era en enero. El alcalde había avalado el 25% de esa deuda. Ese aval era ilegal, no había pasado por el pleno. Tuvimos que parar y valorar alternativas. Una era quebrar la sociedad, hacer frente a la deuda y que los talleres de Renfe hubieran salido a subasta.La otra es que Fomento se hacía cargo de los 400 millones de deuda a cambio de cobrar el primero cuando se vendieran los suelos, nos olvidábamos del soterramiento porque faltaban otros 1.100 millones de euros para hacerlo y que pactábamos una integración del tren en superficie. Aquí no hay falta de liderazgo, lo que hay es la quiebra de una operación pensada en términos especulativos.
–El PP defiende que se puede financiar ese soterramiento como una obra pública
–Como un centro de salud... Me ha gustado mucho la comparativa que hizo Jesús Julio Carnero. No hay más que ir a ver el del Prado de la Magdalena, quince años esperando al centro de salud, tres años parada la obra... en fin. El problema que tiene el PP es que su programa es una película de ficción de los años 80 en la que se ven todos los trucos de los efectos especiales por detrás. Viendo que presentan un estadio Santiago Bernabéu y dicen que lo van a hacer por 25 millones, las cifras que dan del soterramiento supongo que van en esa misma línea.
–Pero el PP defiende que se está soterrando el tren en muchas localidades de España.
–Mentira, eso es falso. Lo que se está haciendo en otras ciudades es lo que se hizo aquí durante 20 años, proyectos, estudios informativos... El papel lo aguanta todo. El único lugar donde se está soterrando es Murcia, y no tiene nada que ver con Valladolid. El coste allí es la mitad de la deuda que tiene Valladolid Alta Velocidad, la mitad.
–Usted defiende un proyecto de integración en el que se ha trabajado, pero es una integración poco avanzada...
–...Sí.
–¿Ha fallado la gestión, les ha atropellado el calendario?
–Si hay una crítica acertada es esa. Cuando uno ve la complejidad que tiene hacer un simple paso de un lado a otro de la vía, los permisos, los estudios, el tiempo que lleva, te planteas que el soterramiento no es que sea irreal por los costes, es que es completamente irreal por los plazos. ¿La integración va lenta? Sí, pero ya está el proyecto de Ariza, en redacción el del Arco de Ladrillo... y hay 90 millones de euros en la caja para hacer obras.
–¿Les resulta fácil explicar esto en Delicias, Pajarillos, Pilarica, al otro lado de la vía? ¿El ritmo de la obra, que no se retome el soterramiento?
–Es fácil explicar a los vecinos de Los Santos-Pilarica que antes tardaban 20 minutos en ir en coche a la Plaza Mayor y ahora 6 o 7. Y los vecinos de Delicias ya están viendo que en unos días tendrán un paso peatonal renovado, accesible, con una plaza, en un lugar que antes era una escombrera y que tendrán dos entradas al barrio, por Panaderos y Labradores, frente al túnel de antes. Eso se explica fácil, quizás los plazos no tanto. Sí le digo a mucha gente mayor que tenga alguna esperanza en el soterramiento que si se llegara a tomar esa decisión, ninguno lo vería. Yo no lo vería y tengo 54 años.
–¿Le va a restar voto con el soterramiento su excompañero de partido Cecilio Vadillo?
–No, en todo caso si le quita votos a alguien será al PP, a Vox a Ciudadanos. La derecha va partida en cuatro en estas elecciones.
–¿Son Valladolid como plaza y usted como dirigente del PSOE trofeos a conquistar por el PP?
–Yo llevo ocho años en el Ayuntamiento y he sido blanco de todo tipo de... agresiones verbales, intromisiones en mi vida personal... Lo han utilizado todo. Si era tan importante la plaza, más valía que se hubieran dedicado a trabajar, porque no han dado ni golpe... Ocho años en la oposición de bracitos cruzados, que hubieran cuajado un liderazgo... Van con un candidato de última hora, que no quería ni ser candidato y que ni vive en Valladolid.
–¿Cuánto hay de implicación del Ayuntamiento en los proyectos industriales de Swicht Mobility y de InoBat?
–Total, soy una pesadilla. Hablo con los responsables de Swicht a diario y con InoBat, tres cuartos de lo mismo. Esto es lo más importante que le va a pasar a Valladolid con mucha diferencia desde hace 60 años. Hemos volado con las licencias, en la interlocución nos hemos volcado con el Gobierno de España, e incluso con el Gobierno autonómico, que no es fácil. Cuando se firmó el protocolo de InoBat, el presidente de la Junta exigió que se firmara en su casa y me preguntaron si tenía algún problema cuando era yo quien llevaba las riendas. Dije 'ninguno', si tengo que ir al infierno a firmar para que una empresa venga a mi ciudad, voy.
–Sobre el terreno no se ha visto nada de esos proyectos.
–Swicht ha comprado un suelo que le ha costado 5 millones y está cumpliendo con los pagos. Nadie tira 5 millones a la basura. No tengo motivos para desconfiar, veo empresas muy sólidas detrás, no hablamos de cuatreros. Las cosas llevan su tiempo. Son inversiones muy fuertes y proyectos complejos. Va muy en serio.
–Zona de Bajas Emisiones, ¿se plantean acotar la superficie de lo que tienen planteado?
–Hay margen, estamos resolviendo las alegaciones. Tampoco hablamos de cambios muy grandes, yo no voy a vender humo. Decir que se va a dejar una zona de emisiones reducida a la mínima expresión es ir a las elecciones a engañar. Donde gobierna la derecha, en Madrid o Alicante, no andan en esas cosas. En Madrid iban a hacer desaparecer Madrid Central y hoy va desde Torrelodones a Alcorcón. Y Alicante tiene una zona de bajas emisiones ya implantada de ocho kilómetros cuadrados cuando aquí es de 3,5. En Valladolid mueren 300 personas al año de manera prematura por efecto de la contaminación. Hay que hacer una zona de bajas emisiones con una dimensión apropiada para racionalizar el uso del vehículo privado. Hoy el coche en Valladolid ha reducido su uso casi un 8% desde 2019, pero no hay menos movilidad, porque hay más uso del transporte público y hay un incremento exponencial de la bicicleta y de los desplazamientos a pie. La gente se mueve, pero un poco menos en coche y de manera más saludable.
–Un parque acuático, un estadio de rugby, una pasarela sobre el Pisuerga, ¿son proyectos de efecto tirón en su programa?
–Es una idea de ciudad que demuestra que no estamos quietos. Podríamos haber ido a estas elecciones a hacer repaso de lo que hemos hecho. La pasarela de la prolongación de San Quirce esta en el PGOU, otra cosa es que nadie hasta ahora se haya decidido a ponerla en marcha. Yo podía haber salido con el presidente de la Federación de Rugby, porque impulsa ese estadio, y no he querido utilizarlo, y el tema del parque acuático, en fin... hay dos parques acuáticos en Logroño, no estamos hablando de nada estrambótico. Prometo lo que puedo cumplir, lo que no se puede hacer es el Bernabeu por 25 millones.
–¿Qué le ha aportado el pacto con Valladolid Toma la Palabra?
–Muchísimo, el pacto explica en parte los éxitos de esta ciudad. Ellos me han aportado seguramente audacia y yo creo que a ellos les he aportado solidez.
–Se baja en esta estación Manuel Saravia, ¿le ha hecho mejor alcalde, ha moderado su carácter?
–No, yo creo que el carácter de Manolo no ha influido en el mío. Cada uno es como es. Lo que Manolo me ha aportado es haber sido un compañero con el que ha sido muy grato trabajar.
–Pongamos que revalida usted el 28 de mayo, ¿qué cambiará del equipo?
–Hay un cambio forzoso con esa salida de Manuel Saravia. Ahí me gustaría corregir alguno de los problemas que hemos tenido, que es el de la lentitud en la tramitación, no todo ha sido idílico.
–¿Descarta gobernar en solitario?
–No descarto nada, hasta el domingo todo está abierto. Está abierta la derrota, el gobierno en coalición y el gobierno en solitario, lo que varían son las probabilidades. No descarto nada. Si tengo que gobernar en solitario, lo haré. Tengo un equipo preparado para ello. Si tengo que gobernar con María, con Alberto... Lo haré encantado.
–¿Ha tenido usted con sus socios más fortuna que Pedro Sánchez con los suyos?
–Absolutamente, lo digo a los cuatro vientos. Esta izquierda es muy realista, con los pies en la tierra. No ha perdido el tiempo en tonterías, se ha dedicado a trabajar, no a dar la nota. La remunicipalización del agua en Valladolid es un hito nacional e internacional, hemos tenido once pleitos contra eso y los once hemos ganado y es porque se han hecho las cosas muy bien. Miro a Madrid y veo una cosa estrambótica. Aquí hemos ido a lo importante, no hemos vestido a los Reyes Magos de payasos.
–La alternativa es PP con Vox, Carnero con Irene Carvajal
–Madre mía, en fin... Un candidato que no quiere ser, que vive en Simancas, y una candidata que no ha pasado al otro lado de la vía en su vida.
–Habla de Jesús Julio Carnero como una persona ajena a Valladolid y ha sido concejal en este Ayuntamiento.
–Sí, sí, ocho años y no consta una sola intervención.
–¿Cómo es su relación?
–En lo personal, muy buena, los dos sabemos de que va esta historia. Él va obligado y se nota. A mí no me preocupa lo que dice que va a hacer si llega al gobierno, que sé que no va a hacer, ni el soterramiento, ni el estadio ni sé si hará la piscina flotante (en el Pisuerga), lo que me preocupa es lo que no está contando y haría nada más llegar al gobierno. ¿Alguien duda de que volverá a privatizar el parquin de la Plaza Mayor? Quiere el poder para lo que la derecha ha hecho históricamente en Valladolid, que es darle el negocio a sus amigos. Cambiar el Plan General para otro Valdechivillas... si lleva de dos en la lista a la persona de aquella historia.
–Usted se la juega el 28 de mayo y el Pucela también, ¿se atreve a vaticinar un doblete y si será de permanencia o descenso?
–Yo creo que lo tengo un poquillo mejor que el Valladolid, sinceramente. Voy primero y lo normal es que el domingo celebre el título de liga políticamente hablando. Con el Valladolid confío en que logremos la salvación. Para mí un día en el que pierde el Valladolid, por bueno que sea en otros aspectos, suele ser un día complicado.
–¿Peca usted de soberbia y de protagonismo?
–De lo primero muy probablemente. Es posible que yo sea una persona que tiene un punto de soberbia selectiva. Suelo serlo con los poderosos, pero si tú me ves con la gente de la calle, no lo soy. El protagonismo lo odio. Los que hablan de protagonismo confunden liderazgo con protagonismo.
–¿No es protagonismo anunciar los conciertos de ferias en su cuenta personal de Twitter, dos en esta campaña?
–Es vender el trabajo que hago, que es directo mío, no es de un funcionario, no es de un director de área. No asumo protagonismo, lo que sí que hago es que la gente tenga claro qué trabajo se hace y quién lo hace.
–En Twitter, ¿corre el riesgo de estar en una realidad paralela, la de las redes sociales?
–Viviría en un mundo paralelo si solo viviese en Twitter, pero también estoy en la calle todo el día. No estoy en una burbuja.Para mí Twitter es una antena, como cuando voy a dar un paseo a las Delicias a la calle Cádiz, el otro día. De los 65.000 ciudadanos que me siguen en Twitter, el 40% son de Valladolid. Escucho siempre.
–Tiene bloqueados a muchas personas, lo que dice esa gente no lo escucha.
–Tengo a gente bloqueada por el primer mensaje. Si el primer mensaje es 'me cago en tus muertos', que es literal, si quieres le sigo escuchando. Con gente que insulta no me relaciono. Necesito ese tiempo para la gente que quiere entenderse con su alcalde desde el respeto, me voten o no. A lo mejor, más que personas bloqueadas tengo perfiles bloqueados. ¿Cuántas personas hay detrás de esos perfiles? ¿Cuántas de esas personas no son concejales del grupo popular? Hay uno que tengo claramente identificado, es un concejal del PP. Son 'troles' prefabricados para ensuciar.
–Se refiere usted a...
–A Paramio y a Bermejo (Carlos Paramio y Antonio Martínez Bermejo). Tienen perfiles falsos en las redes, lo sabe todo el mundo. Pero no uno ni dos... Si esto es como los peritos calígrafos, hay mensajes que son de autor.
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