Castilla y León

El despliegue policial para el 28M será «el mayor de la historia»

Virginia Barcones, delegada del Gobierno en Castilla y León, dio cuenta este miércoles de toda esa labor de intendencia electoral, en la que nadie repara si sale bien. Tres fines de semana de simulacros silenciosos llevan en la Delegación del Gobierno para que los programas electorales –los informáticos, no los de los partidos– funcionen el domingo con precisión de reloj suizo, en una jornada con electores a la baja. Entre el censo de mayo de 2019 y el que se aplicará ahora, cuatro años después, Castilla y León se ha dejado 35.409 electores. Ese 'boquete' es del tamaño del padrón de Aranda de Duero. Es como si entre elección municipal y elección municipal se hubiera esfumado la población de la tercera localidad de Burgos. Ahí es nada.

Y en contraposición a esos electores menguantes, la jornada de votación contará con un dispositivo de seguridad creciente. «El mayor de la historia», alabó Barcones, integrado por 9.835 agentes, entre guardias civiles, policías nacionales y locales, que son un 7% más que los que patrullaron colegios electorales y vigilaron instalaciones para garantizar el ejercicio del derecho al voto en 2019.

Parte de ese dispositivo de seguridad se dedicará desde este viernes a intensificar la vigilancia de «infraestructuras críticas», prestando una especial atención a la «ciberseguridad». ¿Qué encaja en esa etiqueta de 'infraestructura crítica'? La delegada del Gobierno opta por el sigilo total a esta pregunta para no dar pistas a posible «malhechores». Se sobreentiende que serán desde almacenes de material electoral a colegios, pasando por infraestructuras de energía, sedes oficiales y dependencias con servidores informáticos imprescindibles para las conexiones y el funcionamiento de un sistema que plantea una información del escrutinio con muy poco decalaje en tiempo de la apertura de las papeletas.

La intendencia electoral se apoya en esos casi 10.000 agentes y en otro contingente de sufridos ciudadanos para los que el domingo será un día de trabajo. Se trata de los 14.049 presidentes y vocales a los que les toca ser mesa electoral, con el respaldo de 5.376 trabajadores de administraciones, de las subdelegaciones del gobierno y de las juntas electorales.

Todo eso es necesario para que la «fiesta de la democracia», definición tópica que no falta en un proceso electoral, no vire hacia el fiasco organizativo. Sin esa tramoya del voto no tendría sentido alguno ese mundo paralelo de candidatos y padrinos de candidatos ejerciendo de comerciales electorales, promesa tras promesa. La campaña entra en su recta final y los aspirantes de Valladolid dan el último acelerón a la agenda, entre actos, debates cara a cara y entrevistas. Al menos los tres que más presencia han tenido estas semanas y que encabezan las candidaturas de PSOE, PP y Valladolid Toma la Palabra.

El alcalde y candidato a la reelección eligió el colegio León Felipe para anunciar «la apertura de los patios de los colegios durante las tardes y también los fines de semana, de manera que puedan servir para que se haga deporte en ellos y que los disfruten los niños de todo el barrio». El centro albergará (compartido con el instituto Juan de Juni), junto al Teresa Íñigo de Toro y el Miguel Delibes, uno de los tres polideportivos anunciados por la coalición de PSOE y Valladolid Toma la Palabra en la antesala de la campaña. La Junta iba a pagar el 50%. «Esperemos que cumpla», apuntó el candidato del PSOE, que anunció la ampliación «inmediata» de la escuela infantil Caballito Blanco, en Los Santos-Pilarica.

Mañana de colegio, tarde de museo para Puente. En compañía del ministro de Asuntos Exteriores. José Manuel Albares con plan en el Patio Herreriano, a la vera de la plaza de Poniente y paseo de Isabel La Católica que el popular Jesús Julio Carnero eligió para reiterar que va a revertir los cambios en el tráfico de esa zona. El candidato del PP comprometió la ampliación del puente de Poniente con 'alerones' de metro y medio a cada lado del 'tablero'. que permitan tres carriles para coches.

Y por la tarde, cita con jóvenes en un bar del centro con el concejal Rodrigo Nieto, abierto a preguntas sin filtro para que «conozcan al candidato». Acto distendido con comentario acerado hacia los posibles socios de un futurible gobierno municipal. «Seguro que nosotros no pinchamos, como les pasa a otros», auguraban desde las filas del PP, con la foto en la retina del acto central de campaña de Vox en Valladolid, la tarde del martes, en el Centro Cívico de la Victoria.

En el cartel, Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta, y Jorge Buxadé, europarlamentario y miembro de cogollo de dirigentes que rodea a Santiago Abascal. Ganaban las butacas vacías por goleada, salvo en las tres primeras filas del salón de actos que llenaban principalmente dirigente del partido, cargos intermedios en las consejerías que Vox gobierna en la Junta y asesores en nómina en la Administración autonómica y las Cortes. Era el acto central de una campaña en la que el partido a optado por aplicar con la exposición pública de la candidata, Irene Carvajal, la máxima de menos en más. Y ese aforo, en una ciudad que ronda los 300.000 habitantes, apunta a la organización del evento.

De las dos candidaturas que hoy tienen presencia municipal, Ciudadanos se fue de mercado a las Delicias y María Sánchez, de Valladolid Toma la Palabra, planteó un servicio municipal de dentista para que persona vulnerables no tengan que elegir entre afrontar gastos de primera necesidad y atajar un problema de salud bucodental. Los candidatos de VTLP hicieron campaña en Villa del Prado. El barrio se ha quedado sin colegio electoral por cortesía de las Cortes, que solicitaron expresamente dejar de albergar mesas, cabinas con papeletas, urnas...

Desde el equipo de Carlos Pollán, que preside el parlamento con el carné de Vox, señalan que el borrado del listado de los colegios electorales se había pedido en la legislatura anterior aunque se ha plasmado en este. El resultado es que el barrio se queda sin ese servicio y quien lo 'cierra' es una institución que bebe su legitimidad en unas urnas similares a las que da portazo. Jesús Revenga, de la asociación vecinal Villa de Prado lo tiene claro: «Cualquier disculpa les puede servir, pero es algo injustificable».