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Valladolid también se la juega, desde el punto de vista turístico, durante los próximos cuatro años. La ciudad se enfrenta a un doble desafío. Por un lado, encarrilar sus cifras de viajeros y pernoctaciones, que sufrieron un frenazo total durante la pandemia.
El sector -golpeado por cierres, ertes y restricciones- fue uno de los más afectados por la covid y ahora debe convivir con unos clientes que lidian con hipotecas más caras y una alta inflación. Pero, por otro, tendrá que afinar su modelo, adoptar medidas para atraer turismo de calidad (no solo importa el número de visitantes, sino también su impacto económico) y acabar con la competencia desleal que ejercen los pisos turísticos pirata.
¿Cuál es la situación actual? La capital empieza a recuperar (lo ha hecho de forma muy lenta) el pulso prepandémico. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este martes las cifras de ocupación hotelera del pasado mes de abril, con el tirón que implica la Semana Santa. Fueron los segundos mejores datos para ese mes desde 2005. El número de viajeros (38.364) y el de pernoctaciones (67.985) fue superior al de los dos años previos al inicio de la pandemia (2018 y 2019) y solo 2017 se situó por encima.
Si ampliamos la vista y nos fijamos no solo en abril, sino en los primeros meses del año, vemos que, durante el primer cuatrimestre, Valladolid registró 215.769 hospedajes. Todavía no se alcanzan los valores de los últimos años prepandémicos (enero y febrero se comportaron muy por debajo de aquellos años), pero las cifras de abril invitan al optimismo.
Y si el análisis apunta hacia el año completo, vemos que el desafío está en superar los registros de 2018, cuando se alcanzaron las 784.388 pernoctaciones (el récord desde 2005, el primero año en el que el INE ofrece registros). ¿Cómo aspirar a estas cifras?
Valladolid debe lidiar con un hándicap que no tienen otras ciudades. Hay puntos turísticos que han logrado un colchón estable de viajeros, sin necesidad de que haya que organizar eventos extraordinarios para atraer visitas. Son destinos ya consolidados que tienen tirón con su solo nombre: de Barcelona a Segovia, de Toledo a Sevilla. Valladolid (y su provincia) tienen una base cada vez más fiel (sobre todo los fines de semana) gracias al enoturismo y la gastronomía. Madrid es su principal mercado. En abril, uno de cada tres viajeros (el 33,21%) llegó de allí.
Pero la salud turística de la capital todavía depende en gran medida de las inyecciones extra que suponen determinadas citas del calendario (Pingüinos, el TAC, Semana Santa…) y acciones específicas de promoción, como la organización de congresos o competiciones deportivas.
Valladolid acoge cada año en torno a 300 campeonatos y torneos deportivos, que en 2022 generaron un impacto económico de 50 millones, según los datos facilitados por la concejalía de Deportes. En 2015 fueron ocho millones (según cifras aportadas por el alcalde, Óscar Puente). Los hoteles aplauden esta apuesta por el turismo deportivo («comenzó en 2014»), que las pasadas navidades implicó 60.000 pernoctaciones directas (con campeonatos de voleibol) y que dispara al 80% la ocupación de estos meses de mayo y junio.
El Observatorio Cultural y Turístico elaboró durante 2021 una encuesta entre los asistentes a estas citas deportivas, lo que permite trazar el perfil de este tipo de turista. El 38,8% de los encuestados tenían entre 45 y 54 años y el 14,2% no habían cumplido los 25 (por los torneos de categorías inferiores). El 51,2% había completado sus estudios de Bachillerato, el 36,1% eran universitarios, el 76,3%, asalariados. La mayor parte (41,5%) procedían de otras provincias de Castilla y León, seguida por Madrid (15%) y la Comunidad Valenciana (9,2%). El 78% llegaron a la ciudad en su propio vehículo (el 7% en autobús y el 5,2% en tren) y, a la hora de hospedarse, el 79,9% lo hizo en hoteles. El gasto medio por persona y día se sitúa en 51,4 euros (entre alojamiento, restaurantes, compras y cultura).
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Francisco Posada, de la asociación Hoteles de Valladolid, celebra este tipo de acciones y espera que esta apuesta por el turismo deportivo se extienda al de congresos (que permitiría incrementar las cifras de ocupación a diario, en las jornadas laborables). Es uno de los puntos en los que la capital tendrá que mejorar sus cifras. Para ello, requerirá una oferta suficiente de espacios amplios y polivalentes que permitan albergar este tipo de citas.
El último informe de la demanda (correspondiente a 2022) dice que el 34,25% de los visitantes llegan a Valladolid para la asistencia a una feria, congreso o jornada (aquí está incluido el turismo deportivo). El 52,52% elige Valladolid por razones de ocio y turismo, el 11,16% viene para visitar a amigos o familiares y apenas el 0,58% dice viajar por razones de trabajo.
Pero el éxito turístico no depende solo de las cifras totales de visitantes, sino de su impacto en la economía vallisoletana. La hostelería y el sector hotelero explicaron que, pese al lleno total en la pasada Semana Santa, se había advertido un descenso en el consumo (en un periodo de alta inflación y pérdida de poder adquisitivo).
92 euros
es el gasto medio por viajero y día.
El último informe elaborado por el Ayuntamiento (publicado este mes de febrero) dice que el gasto medio de los turistas que hacen noche en Valladolid es de 126,44 euros. Si pernocta en un alojamiento no reglado (piso turístico), el gasto se reduce a 35,04 euros. El excursionista (que no se hospeda en Valladolid) se deja en torno a los 53 euros. Así, el gasto medio persona y día en Valladolid se estima en 92 euros.
El Ayuntamiento cifra en 352 millones de euros el chute económico que el turismo inyecta en la economía local (frente a los 189 de hace ocho años).
¿Qué imagen tiene los turistas de Valladolid? Una encuesta elaborada por la Sociedad Mixta para la Promoción del Turismo dice que la conservación de los monumentos es el aspecto más valorado por los visitantes, con una nota de 8,98 sobre diez. Entre los puntos peor valorados, el cuidado del medio ambiente y las comunicaciones y accesos (aunque en ambos casos la nota es de notable).
El segundo aspecto más valorado es la oferta cultural, que ha sido objeto también de una encuesta (en este caso a los propios vallisoletanos). Las actividades de ocio en los barrios y la programación del Teatro Calderón son los aspectos que despiertan más interés, pero la mejor valoración la obtienen las actividades programas en el LAVA. La cultura se sitúa además como un imán turístico, vinculado a marcas como el TAC o la Seminci. Valladolid es Ciudad Creativa de la Unesco, en materia cinematográfica, y en 2024 albergará la gala de los Goya. Precisamente, esdta ceremonia se celebra a finales de enero o principios de febrero, los meses más débiles para el sector.
Entre las cuestiones también vinculadas con el turismo (no solo con él) se encuentra la ordenanza de terrazas, con la modificación de los criterios aprobados para su ampliación en plazas de aparcamiento, como medida para amortiguar la herida provocada por la covid (fueron 148 en 2021 y 61 renovaron para este 2023).
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Habría que sumar además el movimiento empresarial. Primero, con el cierre de establecimientos hosteleros: Valladolid ha perdido el 16,6% de sus plazas disponibles en tres años (con cierres de hoteles como La Vega, Roma, Tryp Sofía o Amadeus). Al mismo tiempo, se anuncia el desembarco de establecimientos de grandes cadenas hosteleras, como Barceló (un cuatro estrellas) y Eurostars (que abrirá un cinco estrellas en el edificio del antiguo El Corte Inglés de Constitución).
Pero el gran reto del sector pasa por una regulación de los pisos turísticos. El Ayuntamiento calcula que cerca de 185.000 pernoctaciones anuales no son contabilizadas en la estadística anual.
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Los datos del INE, en su encuesta de ocupación de apartamentos turísticos, dicen que el año pasado hubo 56.214 pernoctaciones, con cerca de 120 establecimientos (433 plazas) y un grado de ocupación que registró máximo en mayo y octubre (con el 68,31 y el 62,2% lleno los fines de semana).
Sin embargo, el número de pisos disponibles es superior a ese consignado por el INE. La estimación municipal es que uno de cada tres apartamentos turísticos está sin regularizar. El crecimiento de este mercado en la provincia ha sido espectacular durante los últimos cinco años. En enero de 2020, el registro de viviendas de uso turístico de la Junta (las cifras oficiales y regularizadas) incluía 132. En este mes de mayo de 2023 son 231. Y esos son los apartamentos que están dados de alta, registrados. Aquí no se cuentan los pisos pirata (que según esos cálculos municipales podrían ser más de cien). El sector de los hoteles reclama medidas que luchen contra la competencia desleal que suponen estos establecimientos no dados de alta y que operan al margen de la legalidad. Y también el Ayuntamiento pide a la Junta que regule una materia que es de competencia autonómica.
El futuro turístico de la ciudad está encauzado además por los Planes de Sostenibilidad Turística 2023-2025, que contemplan 15 millones de financiación, a los que sumar otros 8,6 procedentes de fondos europeos. El destino de estas partidas serán la transición verde (medidas para que el sector se adapte al cambio climático) y proyectos como el Centro de la Cultura del Vino, previsto en el convento de Santa Catalina.
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