Ciudadanos se aferra al último tranvía
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La eurodiputada Soraya Rodríguez, candidata del PSOE en 2007, apoya a Pablo Vicente en su intento por sostener a los naranjasLa foto está en blanco y negro, aunque solo haga 16 años, cosas de las rotativas, y representa el mismo fervor, la misma fe, el mismo entusiasmo de cualquier mitin de cualquier tiempo. Banderas al viento, musiquita repetitiva, gritos de «¡alcaldesa, alcaldesa!». Aparece Óscar Puente, ... sin barba, pero entre el público, y un presidente del Gobierno socialista, Zapatero. Y en el escenario, candidatura en ristre, Soraya Rodríguez. Y una propuesta estrella: el tranvía.
Un tranvía que provocó la mofa de Javier León de la Riva (PP) en forma de coplilla: «¡Valladolid tiene tren, tiene tren, pero no tiene tranvía. Si gobernara Soraya, ¡caramba!, ya tendríamos tranvía, ¡caramba!, pero como es mentirosa, ¡caramba!, nadie se lo creería, ¡caramba! Y por mucho que prometa, ¡caramba!, no ganará la Alcaldía, ¡caramba!».
Fue Soraya Rodríguez, al abandonar la oposición en el Ayuntamiento para ocupar la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional en 2008, la que abrió la puerta al liderazgo de Óscar Puente en la bancada socialista. La que luego formó parte del 'Equipo Susana' contra el 'Equipo Sánchez', lo que equivale a decir que se enfrentó a Puente. Y la que ahora, desde un puesto de eurodiputada por Ciudadanos, trata de apoyar otra lucha contra Puente, la de su compañero de filas Pablo Vicente. Por segunda vez, la ex socialista hizo campaña con el actual candidato naranja.
El tranvía, esta vez, puede ser el llamado 'Deseo', como el de Tennessee Williams, o 'El último', como el de Lina Morgan.
«Aspiramos a tener un concejal». A Pablo Vicente se le escapó la sinceridad en uno de los debates por los que se ha multiplicado desde que comenzó la campaña, en un afán indesmayable por hacerse un hueco entre los dos bloques. Una rival le recomendó que buscara un mensaje más optimista. Así que últimamente ha matizado: «Aspiramos a ser decisivos». Su caseta abrió este sábado antes que ninguna en la calle Santiago, donde se alojan sus dos rivales a la derecha, PP y Vox. Una pantalla muestra unas infografías que edifican sus promesas electorales para que se visualicen mejor. Y lanza propuestas sin parar. Algunas, de hecho, no sería extraño que en poco tiempo se las apropiara quien esté en el Gobierno municipal, con o sin Pablo Vicente, como la de agrupar la venta online de entradas de los museos vallisoletanos, que algunos no la ofrecen.
Es el tranvía llamado Deseo, el de quien aspira a sostener a flote un partido del que parecen haber huido todos sus referentes. Ya se bajó Luis Garicano, otro vallisoletano ex eurodiputado por Ciudadanos que resolvió volver a su vida civil y olvidarse de la política. Miguel Ángel González, ex procurador por Valladolid; Gema Gómez, aún vicepresidenta de la Diputación y concejal en el Ayuntamiento; Marta Sanz, enrolada en el PP de Arroyo como número 2 de la lista; Martín Fernández Antolín, ahora número 7 de la papeleta del PSOE… Todos ausentes del primer plano naranja. Francisco Igea, que fue capaz de retener 12.272 votos (un 7,63%) en los comicios autonómicos de hace un año, se pasó por la pegada de carteles, pero este fin de semana hace campaña en Soria y en Madrid, con Begoña Villacís, y antes por Mario Simón (Palencia). Las ciudades donde Ciudadanos aún aspira a rascar algo. Donde tiene estación el tranvía del ojalá.
👉 Este domingo, 21 de mayo, no te pierdas nuestro encuentro con @begonavillacis y @FranciscoIgea
— CS Madrid Chamberí (@CsChamberi) May 19, 2023
📍En Las Tablas, en el distrito de Fuencarral-El Pardo #VivaLaVilla #EnMadridSomosDeVilla pic.twitter.com/t4epe69Mik
A Pablo Vicente las encuestas le auguran un porcentaje de voto por debajo del 5% necesario para optar a conseguir representación. Muy por debajo: entre el 1,8% y el 2,5%. Necesita que ese 25% de votantes de Ciudadanos de 2019 que se muestran indecisos quieran volver a confiar en ellos. Su sensación es que están en camino de lograrlo. Soraya Rodríguez apoya con un dato: «Ciudadanos tiene candidaturas en 800 municipios». Lo que, traducido, quiere decir que puede mantener la estructura con la que seguir vivo en política a la espera de tiempos mejores. «Como alternativa a la polarización», insiste, al gobierno «de los extremos». Y pone como ejemplo PP-Vox en la Junta y PSOE-Unidas Podemos en el Gobierno central.
Soraya Rodríguez necesita, además, que su partido respire pasado el 28 de mayo y que eso le permita sostener un mínimo hálito vital en diciembre, en las generales. Porque el año que viene, en junio, habrá elecciones europeas. Y Ciudadanos defiende 7 puestos. Entre ellos, el suyo.
Los partidos políticos jugaron ayer a hacerse un 'Bustos'. A imitar la gymkana del concejal de Deportes los fines de semana enlos que encadena fútbol, hockey, esgrima, baloncesto y carrera popular por los campos de la ciudad. Comenzaron con la marcha contra la diabetes para lanzarse después a mitinear. Jesús Julio Carnero (PP), por Pinar de Jalón, donde prometió rebajas del IBI y del impuesto de vehículos, así como un túnel en la rotonda de San Agustín, pero en la VA-30. ¿El modelo? El de la avenida de Salamanca, que costó 11 millones de euros. Después se marchó hacia La Rubia, donde se topó, emocionado, con un hombre con el que compartió UCI por culpa del maldito covid.
Óscar Puente paseó por Delicias. Para insistir en los cambios que se avecinan en el barrio más poblado de Valladolid, con las nuevas urbanizaciones en Farnesio y los cuarteles. Y más allá. «Entre Delicias y Pinar de Jalón, se construirán 2.967 viviendas, de las que la mitad serán protegidas». Luego tuvo tiempo para tuitear un nuevo concierto, el de Lola Índigo para el 6 de septiembre, y alborotar el gallinero del pajarito azul. Y reclamó a la Junta la reapertura del Centro de Especialidades del barrio, reivindicación que apoyó Toma la Palabra, que también tocó ayer el tema de los museos, como Ciudadanos. María Sánchez propuso que la docena larga que hay se coordinen, vinculen a veces su programaciones, participen activamente en la formación artística de los vallisoletanos... Antes de participar en una manifestación, pasar por Huerta del Rey, luego los campos de fútbol Ribera de Castilla y las danzas urbanas en Portugalete.
Irene Carvajal (Vox) llevó su carpa hasta Puente Duero y dejó un retén en la caseta de la Plaza Zorrilla. Por la tarde, tocaba andar de 'cañas por España' con la senadora Pepa Millán.
A Óscar Puente le viene a ver hoy Pedro Sánchez. En la foto, que será en color, no estará esta vez Soraya Rodríguez, que ha virado del rojo al naranja y que seguirá 'campañeando' por el territorio nacional en pos de esa supervivencia deseada. Blanche Du Bois, en la obra de Tennessee Williams, cuenta desencajada: «Me dijeron que tomara un tranvía llamado Deseo, que trasbordara a otro llamado Cementerio […]». Y ese sí que sería un último tranvía político.
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