La Albuera busca salir de la periferia y convertirse en un punto estratégico

Su mayor fortaleza es el gran catálogo de servicios que ofrece, así como su ubicación periférica y a la vez cercana al centro de la ciudad. Es un barrio fundamentalmente residencial, pero «nos guste o no, se ha quedado viejo», lamenta el presidente de la Asociación de Vecinos de La Albuera, José Luis Labrador. El envejecimiento es una preocupación agravada en los últimos años, tan solo salvada por la llegada de personas de otras nacionalidades.

La Albuera ocupa el primer puesto en el ránking de población del conjunto de la ciudad, con 6.428 empadronados en sus cinco distritos en 2022. Es una cifra un 15,9% inferior a 2009, cuando registró más de 7.600. Es la segunda caída más destacada después de la del recinto amurallado. La progresión es negativa año por año, lo que supone el principal reto a superar por el vecindario.

Este entorno nació a mediados de siglo ante el grave problema de vivienda que sufría Segovia. Más de cincuenta años después, «está un poco completo todo», refiere Victoria, comerciante de Lencería Victoria. «Es cierto que la gente se hace mayor, pero las casas viejas se rehabilitan y vienen nuevas familias a vivir», puntualiza. Los vecinos confían en que nuevos proyectos urbanísticos den un respiro al mercado inmobiliario y al desplome de la población. «Se van a construir tres bloques de ocho plantas para 1.500 personas; es una propuesta muy positiva para el barrio», sostiene Labrador.

A su juicio, el impulso a La Albuera parte de esta reordenación y de finalizar la mejora de las infraestructuras ya iniciada en la actual legislatura. «No podemos quejarnos de las obras llevadas a cabo por el Ayuntamiento; se habla de una inversión de seis millones de euros», afirma el presidente de los vecinos. Ejemplifica con la renovación de redes de saneamiento y abastecimiento, además del asfaltado de la calle Tejedores.

«Siempre hay algún problema con baldosas que están sueltas, pero es 'peccata minuta', no es cuestión de obras nuevas», apostilla. A día de hoy, Labrador pone la vista en el convenio urbanístico para unir las calles de Tours, Valencia y Marqués de Lozoya, tramo cerrado que ahora mismo «acaba en un fondo de saco». Con esta reordenación, la vía se convertiría en «una buena salida para el barrio y en una arteria más», defiende.

El barrio presume de tener un ambulatorio, un centro de servicios sociales, mercado, grandes superficies, dos iglesias, dos institutos, dos colegios e instalaciones deportivas, una de ellas inaugurada en abril. Aún así, los vecinos consideran necesario crear más espacios de juegos adaptados al público infantil y zonas verdes. La carencia de vegetación es un aspecto reconocido por el Consistorio, por lo que se ha presentado a fondos europeos un proyecto de creación de «islas de la naturaleza» que ha sido propuesto como beneficiario de 110.000 euros.

La vida en La Albuera se valora de forma positiva por sus residentes, aunque coinciden en que necesita un impulso para que se convierta en un punto estratégico en la ciudad y «salga de la periferia». Una de las alternativas que proponen es la remodelación del mercado municipal, presentada también en varias convocatorias de ayudas europeas. «Es algo fundamental para el día a día del barrio», indica el hostelero Álvaro Navarro, cuyo local se encuentra en esta galería comercial.

«Si este punto central se fomentase, nos ayudaría a los demás», manifiesta la comerciante Victoria. Pero antes de eso, es prioritario dar una solución al problema de aparcamiento, «que es muy complicado y con las obras, alguna plaza han quitado», determina. También se han visto reducidos en número por la implatación del contenedor marrón. «La solución es muy difícil, pero necesaria, no hay opciones de ir a mejor si la gente no puede venir al barrio porque no tiene lugar donde dejar el coche», reitera Navarro.

El presidente de los vecinos también vela por realizar mejoras puntuales en el estacionamiento, aunque en ningún caso extender la zona azul. «Por la tarde no hay ningún problema, todo cambia en las horas lectivas en los institutos», cuando se desplazan al barrio profesores, alumnos y trabajadores del alfoz. «Dejan el coche y cogen el autobús para ir al centro, ya que tenemos un buen servicio de urbanos», se alegra. A su vez, hace hincapié en que una de las quejas recogida de los comerciantes es la dificultad que tienen los proveedores para entregar la mercancía por este motivo.

Esta es una de las principales demandas trasladadas a los partidos políticos de cara a las elecciones municipales del 28 de mayo, donde las formaciones pugnarán por obtener o revalidar la victoria en uno de los históricos feudos socialistas. En los últimos comicios, 1.353 residentes de sus cinco distritos votaron al PSOE, lo que supone el 40% de las papeletas emitidas -sin contar votos en blanco o nulos-. Le sigue el PP, con 961 votos; Ciudadanos, con 494; Izquierda Unida, con 245; Podemos-Equo, con 156; Vox, con 11; y Centrados, con escasos 16 apoyos contabilizados.

Las infraestructuras protagonizan los programas de los diferentes políticos. Todos ellos coinciden en la urgente necesidad de impulsar el mercado municipal, ya sea con la «rehabilitación integral», a iniciativa de Ciudadanos; su «modernización» a cuenta del PSOE, su «mejora», según el PP; o el acondicionamiento para una mayor eficiencia energética y en apoyo al comercio local, tal y como defienden Izquierda Unida y Segovia En Marcha-Podemos-Alianza Verde.

Este último partido traslada la misma actuación al CISS La Albuera, a lo que añade la instalación de energías verdes en la azotea y tejado de ambos edificios. PSOE propone su envolvente y IU es partidario de que este centro abra los fines de semana y recupere el servicio de cafetería, además de sumar el de podología y peluquería.

Respecto a la movilidad, el candidato Guillermo San Juan, al frente de Segovia en Marcha, es el único que propone una alternativa para el aparcamiento, especialmente cerca del IES María Moliner, consistente en intervenir los solares vacíos del barrio para ubicar los coches o desarrollar zonas verdes y de ocio.

Por su parte, plantea aprovechar los fondos europeos para mejorar la accesibilidad y las redes de santeamiento en la calle Pascual Marín. El acondicionamiento del acerado de esta emblemática localización también está entre los planteamientos de la candidata socialista Clara Martín, que añade la consolidación del desarrollo de la calle Tours. La formación naranja va más allá y extiende esta ambición «definitiva» al sector A y B.

Tanto PP como Ciudadanos e IU trasladan la optimización de la accesibilidad a todas las calles del barrio, aunque el equipo popular liderado por José Mazarías insiste también en una sustitución de las tuberías antiguas y de la mejora de la iluminación, a la vez que compromete la recuperación de la zona recreativa de Las Arenas.

El asfalto también es una cuestión pendiente para la candidata del partido naranja, Noemí Otero: «Basta ya de parches que, al poco tiempo, hay que reparar de nuevo», sostiene. La adaptación de las instalaciones deportivas a las necesidades actuales, que lleva aparejada la creación del módulo cubierto de atletismo y la residencia de deportistas, también es una cuestión formulada por Ciudadanos. Por su parte, el aspirante Ángel Galindo, de IU, contempla, además de su cubrición, la renovación del tartán de las pistas de atletismo.