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Con el fin de la Navidad y su época de celebraciones y regalos llega, a la vez que recibimos el nuevo año, uno de los momentos más temidos en el el ámbito de la economía doméstica: la cuesta de enero.
Al concluir la sucesión ... de celebraciones concentradas en apenas un par de semanas, toca hacer cuentas y afrontar un nuevo año con nuevos propósitos. En lo económico, algunas de las aspiraciones que nos proponemos suelen ir relacionadas con aumentar los ahorros, llevar un mejor control de los gastos o realizar alguna inversión. Sin embargo, esto puede parecer especialmente difícil cuando se comienza el año con la temida cuesta de enero. ¿En qué consiste exactamente?.
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El incremento de los precios que ocurre cada año a causa de la inflación.
La subida de precios en ciertos servicios públicos con tarifas reguladas.
El gasto, a menudo excesivo, que se da durante la Navidad y el comienzo de año, vinculado a las numerosas compras, comidas, cenas, fiestas o la vuelta a las aulas.
Esther Lorente, responsable de la delegación catalana de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirma que «durante la cuesta de enero prácticamente todos los tipos de suministros (como electricidad o gas) incrementan los precios. «Nosotros, en ese sentido, recomendamos aprovechar el mes de enero para revisar qué tipo de contrato o tarifa tenemos con el fin de comprobar si podemos encontrar alguna más económica». Además, recuerda que «ahora también se han cambiado las tarifas de IVA que existían anteriormente y los precios han vuelto a la normalidad, por lo que su incremento podrá ser especialmente notable».
Desde la OCU afirman que realmente no se perciben cambios en los hábitos de consumo entre esta Navidad y los pasados años, «ya que son periodos en los que la gente tiene mucha ilusión y a pesar de la época de alta inflación, se sigue gastando». Sin embargo, es notable un cambio de conducta para buscar alternativas más económicas aunque no recomiendan pedir préstamos o financiaciones rápidas «ya que solamente agravarán la inflación».
En lo referido a los préstamos de tipo 'microcrédito', desde la Organización de Consumidores y Usuarios destacan su peligrosidad: «Muchas veces, observamos que para las fiestas de Navidad o para asumir la cuesta de enero, las personas tienden a solicitar créditos rápidos que, sin pedir ningún tipo de documentación, hacen llegar el dinero a la cuenta de forma fácil y rápida». Los importes suelen ser moderados, de unos 200 o 300 euros. Sin embargo, la OCU recomienda «no recurrir a este tipo de préstamos, porque los intereses que tienen son totalmente usurarios, muy por encima de la media y, por lo tanto, su devolución es muy difícil». «Quienes proporcionan estos créditos piden un interés muy elevado porque no tienen ningún tipo de garantía de que vayan a ser devueltos».
Revisar los servicios contratados y pensar dos veces antes de comprar pueden ser algunos buenos consejos. Tal y como recomienda Esther Lorente, «se debe tomar precauciones, tener cuidado, intentar pensar bien lo que se quiere gastar o revisar todas las contrataciones que tenemos (que suelen cambiar a principio de año), como los servicios de telefonía. A este respecto, también se debe comprobar si hay tarifas en el mercado que se adapten mejor a nuestras necesidades».
Además, Lorente recuerda que «las entidades bancarias suelen enviar un reporte de los gastos de los servicios contratados, como la tarjeta de crédito o el mantenimiento de cuenta». Se debe aprovechar este momento para revisar todos estos detalles y, en el caso de que existan mejores opciones en el mercado, realizar los cambios pertinentes.
Por otro lado, ante el comienzo de año y sobre todo si se considera realizar compras durante el periodo de rebajas, la OCU considera que «la mejor forma de evitar problemas es mirar bien qué se va a comprar y hacer una lista de lo que necesitamos». De esta forma, se podrá evitar una compra compulsiva que, sin duda, contribuirá a encarecer la ya difícil cuesta de enero. Asimismo, la OCU destaca la importancia de revisar que el producto esté rebajado en comparación con el precio anterior, y que conserve las garantías habituales.
La cuesta de enero puede estar marcada por tentaciones a nuestros ahorros que, si bien se nos presentan como grandes oportunidades de compra, puede que «no sea oro todo lo que reluce».
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