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l. m. de pablos / víctor borda
Valladolid
Domingo, 22 de marzo 2020, 08:33
Los técnicos de élite de los equipos vallisoletanos siguen al pie del cañón pese a que no se vislumbra cercano el regreso a la competición. Algunos de ellos, caso de David Pisonero y Hugo López, se verán afectados por un ERTE como miles de trabajadores de este país. El deporte no es ajeno a la incógnita de cuándo se recuperará la normalidad y se podrá volver a entrenar para que los equipos regresen a las canchas.
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Luis Miguel de Pablos
Víctor Borda
Confinados en sus domicilios junto a sus familias trabajan en la posible vuelta a sus respectivas ligas y también en la planificación de la próxima campaña. No queda otra. Al menos tienen la posibilidad de llevar una preparación física 'on line' para que la forma no se pierda. Colgados del teléfono y conectados al ordenador, teletrabajan para no perder comba.
David Pisonero / Atlético Valladolid
El técnico del Recoletas Atlético Valladolid mantiene la cuarentena junto a su familia, pero sin olvidarse del balonmano y de la preparación del plantel. La imposibilidad de entrenar obliga a trabajar cada uno en su casa. Solo Robin Dourte se ha marchado de Valladolid y está con su familia en Francia, aunque eso no le impide entrenar a través de Skype junto al resto de sus compañeros y cuerpo técnico. David Pisonero destaca el gran trabajo que ha realizado el preparador físico de la plantilla, Pablo Arranz, donde dirige a todos a la vez de manera telemática. Sesiones de más de una hora de carga física que suelen ser sobre las 12:30 horas y con un frecuencia de tres o cuatro sesiones por semana.
Además, el entrenador vallisoletano trabaja en la planificación del equipo y viendo vídeos y partidos de balonmano. Todo eso por la mañana. La tarde la dedica de manera más especial a la familia y hacer más llevadero la cuarentena.
«No va a ser sencillo reanudar la competición después de este confinamiento», indica. «No resulta fácil. La competición debería acabar en junio y hay jugadores que tienen contrato hasta el 31 de mayo. Es complicado. Estamos ante una situación atípica que exige medidas atípicas. Requiere hacer encaje de bolillos»
Reconoce que será necesaria una pequeña pretemporada para que los jugadores regresen a la competición en las condiciones adecuadas si esta se retoma finalmente. La incógnita de saber si se retomará la Liga Asobal o no y sobre todo cuándo marca en estos momentos el trabajo y el estado de la preparación. «No podemos hacer una previsión a largo plazo porque seguro que no acertamos. Vamos semana a semana en función de los requerimientos del Gobierno y las pautas que marca la Asobal».
A la Asobal le restan 11 jornadas de competición. La única solución sería, si la situación de alarma se alarga al mes de abril, jugar entre semana y el fin de semana en los meses de mayo y junio. «Eso significaría un desgaste enorme para los jugadores», advierte.
Miguel Ángel Peñas / Aula Alimentos de Valladolid
El entrenador del Aula Alimentos de Valladolid intenta poner al mal tiempo buena cara. Confinado con su familia no se olvida del balonmano, viendo partidos y planificando la temporada próxima de este equipo femenino de balonmano. Por las mañanas echa una mano a los pequeños de la casa con las tareas del colegio que les llegan a través de una plataforma.
El confinamiento «lo llevo mal», afirma. «Hago gimnasia para intentar mantenerme en forma junto a toda la familia e intentar pasar el tiempo».
Pese a que la plantilla no puede entrenar, las jugadoras disponen de una plan específico para mantener la forma durante este parón. La preparadora Leticia Heredero se ocupa de la parte física y la de nutrición, y Peñas de esa tercera pata, el vídeo. Manda a sus jugadoras imágenes cortadas de cada partido y ellas responden comentando las acciones que se ven, lo que consideran que se ha hecho bien como lo que se ha hecho mal tanto en defensa como en ataque, como en repliegue y el contraataque.
Peñas subraya que la continuidad o no de la Liga Guerreras Iberdrola es una «gran incógnita» en estos momentos. Quedan por delante seis jornadas de liga y la final a ocho de la Copa de la Reina, además de los dos partidos de semifinales de la Challenge Cup que pueden ser cuatro de alcanzar la final. Reconoce que sería un maratón de partidos entre mayo y junio, con varios encuentros entre semana. «No queda otra que esperar a ver cómo evoluciona todo esto y si es factible retomar la competición o empezar a pensar en el año que viene», resalta.
De momento, toda la plantilla está confinada en sus casas en Valladolid, excepto la bejarana Ángela Nieto, la zamorana Elba Álvarez, la palentina Elena Cuadrado y la catalana Sara Molés, a las que esta pandemia ha pillado en sus lugares de origen.
Hugo López / CBC Valladolid
Cada club tiene sus condicionantes pero en el caso del CBC Valladolid el premio del ascenso a Liga ACB lo tenía tan al alcance que la incertidumbre sobre el final de la competición se convierte en rabia. «Sé que es una quimera y que hay que ser prudentes, pero queremos volver a jugar. Hemos sido primeros durante 21 o 22 jornadas y no queremos que ese premio se evapore», comenta su técnico, que no ve una salida fácil para terminar la temporada. «No lo veo a corto plazo pero cualquier fórmula que se utilice va a ser extraordinaria con beneficiados y perjudicados. Hay que ser prudentes porque estamos en un momento de extrema gravedad y ahora lo que preocupa es la salud de todos», sostiene.
Mientras llega esa decisión, Hugo López está en permanente contacto con sus ayudantes, especialmente con Félix de Fuentes, preparador físico del club, consciente de que si se reanuda el campeonato será necesaria una mini pretemporada. «Hemos hecho un plan para que los jugadores mantengan un buen tono muscular. Hay que estar preparados, si tienes el coche parado un mes o mes y medio necesitas luego una puesta a punto».
El preparador de las ardillas compagina esta planificación con una labor de actualización y formación personal que nunca pierde de vista. «Aprovecho para repasar ACB y Euroliga, y también para ver conferencias de entrenadores americanos y españoles o de Julio Calleja, que es el preparador personal de Serge Ibaka», observa. El pívot de los Raptors, en cuarentena, sigue unas pautas ajenas a cualquier otro jugador español. «Es otro mundo. Allí el club le ha montado un gimnasio en casa, le ha enviado una bici estática, le lleva comida a diario,...», apunta sobre el jugador nacionalizado con el que trabaja de forma más exhaustiva cada verano.
Sergio González / Real Valladolid
Era uno de los más optimistas y día a día ha ido perdiendo la esperanza de que el fútbol pueda regresar a los estadios de Primera División. «Poco a poco voy creyendo que no vuelve», aseguraba en las últimas horas a la cadena Cope. El técnico del Real Valladolid aprovecha el día para recuperar el tiempo perdido con la familia pero también para actualizarse y analizar las posibles soluciones que se manejan y que hay a día de hoy sobre la mesa. Escenarios que comparte a diario con el director deportivo, con el que planifica una hipotética vuelta a la actividad. «Todas las mañanas hablo a las once con Miguel Ángel Gómez para repasar todo lo que va surgiendo, y luego tenemos un grupo de trabajo que se encarga de que todos se mantengan activos. Hay que pensar que la liga va a continuar y trabajar en ese sentido», explica, apuntando que dentro de esa planificación también incluye visionar lo que su equipo ha hecho bien o mal esta temporada.
Ángel Ruiz / CPLV Hockey Línea
Superado el momento de incertidumbre que dejó por unas horas en el aire al club en el que tanto mimo ha invertido, el alma mater del hockey línea en Valladolid ha recuperado la sonrisa y el optimismo que siempre le han caracterizado. «Ahora estamos más tranquilos, pero lo hemos pasado verdaderamente mal porque no hay ingresos y nos temíamos lo peor», señala, explicando que el club también se ha acogido a un ERTE para las doce empleados que tiene, y que gracias a las medidas anunciadas la situación se ve de manera distinta.
A nivel interno, el CPLV funciona ahora mediante WhatsApp y los vídeos con los que los diferentes entrenadores de la cantera acribillan a todos los que forman la familia del hockey línea en Valladolid. Son más de cuatrocientos chavales los que reciben un trabajo específico e instrucciones de todo tipo, incluso de ámbito nutricional. «Nuestro preparador físico, Sergio Maroto, nos ha preparado un vídeo para que hagan un circuito en sus casas durante cinco días», apunta Ángel Ruiz, que separa a los jugadores de base de los mayores. «Con ellos hemos comprado elásticos y bolas suizas, y alguno cuenta con bici estática», explica, pegado al ordenador desde el que lo organiza todo. «Nos repartimos con los entrenadores de cantera de forma que todas tengan un trabajo específico, también los de las escuelas en la provincia», comenta desde su retiro en El Pinar.
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