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Heyer, con su característico sombrero tirolés, sentado en el monoplaza del equipo ATS, en el GP de Alemania de 1977.
Ahí me colé y en tu fiesta me planté...
Historias de la F1

Ahí me colé y en tu fiesta me planté...

El piloto alemán no había logrado clasificarse para tomar la salida del Gran Premio de Alemania de 1977, pero alguien dejó una barrera abierta

Viernes, 27 de octubre 2023, 19:35

El 31 de julio de 1977 se disputa el Gran Premio de Alemania en el circuito de Hockenheim. Entre los equipos participantes está ATS. Nada que ver con el Automobili Turismo e Sport creado por la diáspora de ingenieros de Ferrari. Hablamos de Carlo Chitti, Romolo Tavoni y Giotto Bizzarrini que, en 1963, les lleva a crear su propia escudería sostenida por el Conde Volpi y Jaime Ortiz Patiño. Ahora hablamos de ATS, Auto Technises Spezialzubehor. Se trataba de un proyecto del alemán Günther Scmidt. Este, junto a su socio Eric Stlhslschmidt, era uno de los pioneros de las llantas de aleación al principio de los años setenta y, gracias al desarrollo de nuevos procesos de fabricación, producían llantas de aluminio en masa. Entre sus clientes estaba Porsche.

Un floreciente negocio y Günther, apasionado de las carreras (incluso había competido y ganado una prueba de Fórmula Vee en los años sesenta) aprovecha su buena posición económica y, con el pretexto de promocionar ATS, decide crear un equipo de Fórmula 1. Compra todo el material del equipo Penske, contrata al francés Jean Pierre Jarier y debuta en el Gran Premio de Long Beach de 1977.

Cuando llega el de Alemania, en su casa, decide inscribir un segundo monoplaza. Al volante pone a Hans Heyer, un reconocido piloto de GT y Turismos que luce habitualmente un característico sombrero tirolés.

A mediados de los años setenta, en las parrillas de la Fórmula 1, a los equipos clásicos se suman varias escuderías privadas, gracias a la facilidad de construir un monoplaza alrededor del legendario motor Ford Cosworth. Esto obliga a los organizadores a instaurar un 'numerus clausus' de participantes en base a los tiempos en las tandas de clasificación.

El sábado tarde, Heyer realiza el vigésimo séptimo tiempo entre los participantes..., y solo hay 24 plazas en la parrilla de Hockenheim.

El día de la carrera, con el beneplácito de su jefe y la colaboración de un amigo comisario que olvidaba abierta la barrera entre el paddock y la línea de estands, sitúa su coche en la misma. Un grupo de 'pitbabes' las famosas chicas de 'boxes' que antaño lucían marcas publicitarias en los circuitos, se encarga de tapar el coche de Heyer.

La salida es un caos pues, se da con la bandera tradicional (el semáforo no funcionaba) y Jones y Regazzoni colisionan en la primera curva. En medio de la confusión, Hans Heyer arranca y sale a la pista sin que nadie se fije demasiado en su maniobra en la línea de 'boxes'.

Pasan varias vueltas y Heyer, va superando a algunos de los coches que habían salido por delante. El público está de fiesta, su compatriota es un piloto popular entre los aficionados.

Bandera negra

Por fin, los comisarios se dan cuenta que en la pista hay dos amarillos monoplazas de equipo ATS cuando solo Jean Pierre Jarier podía correr.

Así que, tras deliberar, preparan la correspondiente bandera negra para mostrar al Penske número 35. Pero, antes, en la novena vuelta, Hans Heyer entra en 'boxes' con la palanca de cambios rota.

Es descalificado, y, posteriormente, queda excluido, a perpetuidad de la F1. Seguirá una brillante trayectoria en pruebas de resistencia y turismos, con tres triunfos en las 24 Horas de Spá, entre otros.

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