El cros de Cantimpalos mantiene su espíritu original en sus bodas de oro

Un cincuenta aniversario, resume el coordinador del evento, Íñigo Jimeno, es algo que se vive una vez en la vida. La organización recae en el Ayuntamiento de Cantimpalos, que cuenta con financiación de la Diputación de Segovia y la Junta de Castilla y León. Lo que empezó el año pasado como un 'streaming' para LaLiga Sports y la Televisión de Castilla y León ha evolucionado a una retransmisión en directo por Teledeporte para las dos pruebas absolutas.

Las pruebas de cros se enfrentan este año a una caída generalizada de la participación. Jimeno espera que el número de inscritos se mantenga entre los 1.800 y los 2.000. «Otra cosa bien diferente es la persona que entra en meta», matiza, para un evento que mantiene la gratuidad de los dorsales en todas sus categorías, tanto escolares como adultos. «Al final nos falla mucha gente». Jimeno lamenta la exigencia de la Real Federación Española de Atletismo a la hora de plantear un circuito que no supere los dos kilómetros. «Para que la gente lo vea. Pero cuando llevas seis kilómetros, te viene el africano de turno y te dobla, a mucha gente no le hace gracia», declara.

La prueba terminó el año pasado en su edición masculina con la victoria de Rodrigue Kwizera, con el mismo tiempo que su amigo Thierry Endikumwenayo, que ganó en Cantimpalos en la edición de 2019 cuando era un desconocido. «Es la filosofía que tiene este cross. Hacemos cuatro o cinco apuestas de chavales que están empezando». El año pasado, Kwizera era el noveno del mundo –ganó el circuito mundial– y Endikumwenayo, el undécimo. Ambos han dado el salto en los últimos meses: Endikumwenayo ha ganado los tres cros que ha disputado en Atapuerca, Soria e Itálica.

La consecuencia es que ya no está en la órbita de la organización, que se aseguró la presencia de ambos atletas por un precio menor del que hoy está ofertando en busca de nombres ilustres. Traer a cualquiera de los dos cuesta cuatro veces más que en 2021. Aunque los organizadores no han tirado la toalla con Kwizera o una promesa como Víctor Ruiz.

La incógnita de qué nombres ilustres vendrán depende de la voluntad de los españoles que se han quedado fuera de la selección de cros y de qué atletas acepten las ofertas que tienen sobre la mesa. Hay otro condicionante, la maratón de Valencia, que descarta a participantes de otras ediciones como Javi Guerra, Chiqui Pérez, Dani Mateo o Ayad Landassem. «Les pagan infinitamente más que nosotros», resume Jimeno. Con la pandemia en el retrovisor, hay más competencia. «Hay cros todos los fines de semana. Se ha comprimido más el calendario. Al poner el campeonato de España en enero, todas las pruebas se han adelantado». Sí estará la ganadora del año pasado, la segoviana Idaira Prieto, que asumirá el rol de estrella local.

A nivel deportivo, difiere poco de otros años. «Vamos a montar prácticamente el mismo recorrido. Se va a mejorar un poquito porque no queremos bajar mucho más allá de una recta de 700 metros; la hemos reducido para que no se le haga muy pesado al atleta». Habrá pantalla gigante y una carpa que resultó necesaria el año pasado por el frío. El plan es que la carrera popular cierre pasadas las 14:30 horas y que el homenaje a los campeones tenga lugar en torno a las 15:15 horas.

El grupo incluye campeones de España y corredores olímpicos, procedentes de zonas como Palencia, Salamanca, Valladolid o Madrid. Otros se han excusado por la distancia y la presencia de atletas africanos es ya inabordable. Pero será un bonito homenaje al atletismo de proximidad, con hazañas como la del primer ganador, el madrileño Jorge González Amo, actual responsable de medio fondo de la selección española de atletismo. Aquel atleta «de medio pelo», como se define él mismo, viajó con un amigo en una Vespa.

La moto la conducía el bueno, pero un trayecto en pleno diciembre subiendo Navacerrada deja secuelas. Aquel corredor no podía articular un paso cuando paró la moto y se impuso su amigo, que resume la anécdota: «De diez carreras me ganaba once». La primera edición era un evento en familia, unas decenas de locos que querían pasar frío.

El cros surgió del Ayuntamiento en el final del franquismo, gestionado por Félix Postigo, el dueño de la choricera y cabeza de la institución que regía el municipio. La leyenda dice que un grupo de jugadores de balonmano fue a pedir dinero –eran la excepción de la provincia, pues el Balonmano Nava no se fundó hasta 1976– para costearse los desplazamientos.

La respuesta de la delegación fue: «Es que para balonmano… Mira, si me organizáis una carrera, yo os doy dinero». Y así surgió el cros. Íñigo continúa la anécdota: la corporación municipal se fue a comer después de la primera edición y vieron el final del telediario de TVE 1. «Cuando terminó, este hombre se levantó, cogió el teléfono y no se sabe a quién llamó. A los cinco minutos, salió el presentador diciendo que se había disputado la primera edición del Cross de Cantimpalos». González Amo y María Teresa Bermejo tuvieron sus segundos de gloria.