«El confinamiento se me hace muy pesado, lo llevo mal»

–La esgrima es una disciplina inventada por los españoles en la que los húngaros son referencia mundial. ¿Qué hace una chica de allí por aquí?

–Vine a España por casualidad. En un competición conocí a Daniel Bravo y él me invitó a llevar a cabo un intercambio para venir a Valladolid. Llegué para un año o como mucho, dos; y llevo casi 12 años ya...

–¿Dónde está pasando este confinamiento?

–En mi casa, con mi marido.

–¿Es un piso amplio?

–Es un piso normalito: dos habitaciones, un cuarto de baño y un salón.

–Tal y como lo describe, 60 metros cuadrados.

–Sí, eso es, creo que tiene ese tamaño.

-No es mucho espacio. ¿Qué tal lo está llevando?

–Mal, la verdad es que mal. Muy mal. Me resulta muy pesado, muy agobiante. Duro

–¿A su marido le sucede lo mismo?

–No, él es sanitario, es enfermero, y al menos sale y se pasa la mañana fuera.

–Los sanitarios son la primera línea de defensa de todos nosotros ahora mismo.

–Sí. Él trabaja en el centro de salud de Portillo, pero imaginamos que en cualquier momento le enviarán a otro sitio.

–¿Qué ve cuando se asoma a la ventana?

–La Feria de Muestras; Parquesol al fondo. Asfalto y un poco de naturaleza.

–¿Cómo es ahora su vida?

–He podido recuperar el placer de desayunar, por ejemplo. Antes nunca desayunaba, no tenía tiempo. Ahora me levanto y desayuno tranquilamente. Es un buen momento. Y mientras desayuno veo las noticias y me pongo al día de lo que ha ido pasando. Luego ordeno la casa y, si hace bueno, salgo al balcón. Es pequeño, pero permite colocar un par de sillas y estar un rato leyendo.

–¿Y qué lee?

–Me gustan las novelas de aventuras, históricas, libros que me ayuden a evadirme y olvidar por un rato lo que estamos pasando.

–¿En español? ¿En húngaro?

–En los dos idiomas. Precisamente antes de que todo esto se desatara estuve en casa de mi padre y me regaló varios libros. En húngaro, claro. Y con ellos estoy. En cuanto termine atacaré los de español.

–Eso por la mañana, hasta la comida. ¿Y luego?

–Dos días a la semana trabajo con mis alumnos y el resto hago preparación física con mis compañeras del VCE. Luego salgo a las ocho a aplaudir –yo con más fuerza que nadie–.

–¿Cómo y qué trabaja con sus alumnos?

–Algo de preparación física, estiramientos, abdominales, movimientos... lo que sea para evitar que estén todo el día sentados. También charlamos un rato y así veo que tal están asumiendo todo esto y trato de animarles y ser positiva.

–La esgrima es una especialidad deportiva que en ciertos movimientos recuerda al ballet, y que demanda mucha elasticidad y un tono muscular muy elevado. Todo eso lo damos por perdido ¿no?

–Completamente. Me va a tocar hacer una pretemporada durísima. Más dura de lo habitual. Metida en un piso es imposible mantener la musculatura a tono.

-Lee, ve las noticias, hace ejercicio... Y la tele ¿cuándo y como?

–La veo cuando plancho.

–¿Y qué ve?

–'La Casa de Papel'. Lo malo es que me la he visto muy seguida. Me ha durado muy poco.

–Lo que si hará es aprovechar para recuperar aficiones perdidas u olvidadas.

-Más que eso me estoy dedicando a terminar el trabajo de fin de carrera.

–¿Qué carrera?

–Educación Física. Estoy en la UEMC para poder convalidar mis títulos húngaros, porque lo que estudié allí aquí no existe.

–¿Qué estudió?

–Entrenadora de esgrima y gestión deportiva. Dos carreras.