![Desconsuelo en las filas tureganenses.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/06/10/turegano-zamora-detorre1-kmSF-U200526612872TKI-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Final mundano para el sueño del Turégano
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Los segovianos, tibios en ataque, pagan un error defensivo y se despiden del ascenso a Tercera en El Burgo ante un filial rocosoSecciones
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Los segovianos, tibios en ataque, pagan un error defensivo y se despiden del ascenso a Tercera en El Burgo ante un filial rocosoLos anhelos de épica del Turégano tuvieron un final mundano, un triste empate en su caldera, todo un privilegio en Regional, ante un filial sin brillo. El Burgo asistió a la eliminación del gran favorito al ascenso a Tercera División, un equipo que llegaba al ' ... play off' tras ganar sus últimos diez partidos de liga como mejor segundo. No pudo completar la tarea que rozó el año pasado ante el Unami en un ejercicio de frustración, incapaces de encontrar el brillo de otros días, el gol que forzara la prórroga.
Ya fuera por los nervios o por una sincronía inaudita, el encuentro empezó con tres minutos de antelación, toda una sorpresa para los aficionados que habían calculado el tiempo para su última caña en el bar. Un pueblo velando armas deportivas, desde las pancartas al bombo o las bocinas; cada hincha tiene un papel asignado. Es la estampa de un campo de los de siempre, con bancos municipales en las bandas y el público de pie, distribuido por todo el campo.
Turégano
Guille, Juli (Luis Eugercios, min. 82), Marcos, Guille Duque, David Arranz, Carlos, Cotrina (Kike, min. 67), Morata, Jorge (Juan, min. 76), Choflas y Luis del Barrio (Nacho, min. 76)
1
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Zamora B
Tapias, Samuel, Bryan, Aziz, José, Mario, Cordero, Jorge (Luis, min. 83), Medina (Roni, min. 62), Jesús (Edgar, min. 80) y Bamta (Cruz, min. 83)
Goles: 0-1 (min. 16) Bamta; 1-1 (min. 41) Luis del Barrio.
Árbitro: José Antonio Martínez Rodríguez (León). Amonestó con amarilla a Luis Bertó, Carlos y Marcos por el Turégano; a Samu, Aziz y Jorge por el Zamora B. Julio vio la roja por los locales cuando ya estaba en el banquillo.
Incidencias: Encuentro de vuelta de las semifinales de 'play off' de ascenso a Tercera División diputado en el Campo de El Burgo (lleno).
El papel de favorito, la desventaja de la ida y el ambiente a su favor en El Burgo invitaban al Turégano a un puñetazo inicial, a una primera oleada que dejara claras las cosas. Lo intentó a través de pregunta aéreas. El primer ataque local fue un balón dividido que peleó en falta Morata; en el siguiente lance, él y Choflas encimaron a un defensa visitante junto al córner que acabó entregando el esférico en un mal despeje. No había virtuosismo, pero el dominio posicional era rojo. Había ocasiones como el córner que forzó Luis del Barrio tras un buen acelerón o una falta en el balcón del área, pero la ejecución del balón parado fue tibia y Tapias atajó con solidez por arriba y por abajo.
El Zamora B sobrevivió sin drama el primer asalto con su entrenador corrigiendo huecos desde el banquillo y Bamta, el delantero de referencia que marcó el único gol del choque de ida en el descuento, imponiendo su cuerpo para sacar faltas y dar oxígeno a su equipo. Si los locales buscaban un gol tempranero que allanase el recorrido, se encontraron con un puerto añadido. Porque Bamta supo leer las dudas entre la defensa del Turégano y su portero para anticiparse, superar a Guille, el mejor seis días atrás en el Ruta de la Plata, y silenciar al bombo. Jarro de agua fría.
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Luis Javier González
El Turégano necesitaba tres goles para jugar la final, pero debía marcar el primero antes que el tercero, encontrar ese punto de inflexión anímico en el sitio más inesperado. Lo rozó Morata, derribado en el balcón del área mientras apretaba el gatillo. La falta propicia desembocó en un tiro raso de Del Barrio que atajó seguro el meta. El bloqueo local no solo era mental, sino futbolístico, sin trazas entre sus líneas y con errores como el choque de Juli y Jorge a un metro del banquillo visitante. El único símbolo de resistencia segoviana venía del speaker: «Vamos, que se puede». Por momentos, estaba más cerca el segundo visitante –Guille Duque desvió un balón suelto en su área con la meta desguarnecida– que el deseado empate.
La chispa estuvo cerca de prenderla Choflas en un balón en largo que no supo convertir en pase de la muerte. Pero este equipo tiene pólvora y lo demostró Luis del Barrio cazando un balón suelto en la línea horizontal de área grande para colarlo de primeras en la portería visitante. Una celebración ansiada y un alivio que redujo la tarea al descanso –Tapias desvió otro cabezazo con un gran esfuerzo minutos después– y permitió las bromas en el bar: los coches están bien aparcados y la exageración de que ya iban 1.311 entradas vendidas.
El Turégano estaba a un gol de empatar la eliminatoria y tenía tiempo de sobra para lograrlo, pero ya no había margen para empezar de nuevo. Por eso un balón suelto en su área chica despertó algún que otro grito agudo en el público. Lo cierto es que cuando el balón llegaba a los dominios zamoranos pasaban cosas. Morata tuvo dos tiros para hacer bingo, pero no impactó de lleno. Resistía el filial, que no se encerró a guardar la ropa.
El desenlace iba a ser cuestión de momentos como la falta que provocó Del Barrio, que hacía un descosido por la izquierda, en el córner del bar, el lugar más caliente del campo. Aquel envío entre palmas terminó en una prolongación y un cabezazo a bocajarro de Morata que no cogió portería. Sorteo el abismo el Zamora, que se debatía entre buscar la sentencia –casi la encuentra Bamta en un disparo que mandó alto– y perder tiempo, siguiendo los consejos de un compañero: «¡Que te mueras ahí!». El paso de los minutos aumentaba sobremanera el riesgo de los locales en su retaguardia, un mal necesario cuando toca remontar.
Al Turégano le faltó una virtud clave que le han permitido asfixiar a los rivales en el tramo final de los partidos: el apartado físico, una fortaleza que el filial supo nivelar. La parte innegociable, la lucha, estuvo ahí hasta el final, en los últimos córners, un diálogo al que respondía con sobriedad la defensa zamorana. Luis Bertó vació sus naves con su tocayo Eugercios para los últimos diez minutos: toda la pólvora para un equipo tan prolífico en lo ofensivo durante todo el curso como escaso cuando importaba. Los cinco minutos de descuento fueron en vano y la ansiada fiesta de todo un pueblo terminó en una sonora celebración visitante.
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